Fusi¨®n en el aire

La compra de la aerol¨ªnea Air Europa por parte del consorcio IAG, del que forman parte British Airways e Iberia, ratifica que en los mercados maduros como el del transporte a¨¦reo las adquisiciones de empresas constituyen una de las escasas opciones para crecer y aumentar la cuota de mercado. Pero en el caso de IAG y Air Europa se plantean dos cuestiones que deben ser examinadas con cuidado. La primera es de orden estrat¨¦gico; IAG pretende con la operaci¨®n garantizarse el mercado latinoamericano, de la misma forma que reforz¨® sus posiciones en el mercado norteamericano con la compra de Aer Lingus. La operaci¨®n tiene un sentido econ¨®mico meridiano: cerrar el flanco de los vuelos a Latinoam¨¦rica y convertir al aeropuerto de Barajas en el centro de operaciones de referencia para cruzar el Atl¨¢ntico. IAG se apoyar¨ªa en dos centros de primer nivel, Heathrow y Barajas.

La segunda gran cuesti¨®n ata?e a las reglas de competencia. Despu¨¦s de la compra de Air Europa, IAG ser¨¢ probablemente el operador dominante en el mercado espa?ol y en el de los vuelos con Latinoam¨¦rica. Las adquisiciones anteriores de Vueling y Aer Lingus son indicios suficientes para suscitar los recelos de las autoridades europeas de competencia, que se pronunciar¨¢n sobre la operaci¨®n en 2020. A corto plazo, el efecto sobre los consumidores puede ser positivo, en tanto que en un primer momento los precios de los billetes pueden abaratarse; pero a medio plazo la falta de competencia favorece las subidas de precios. Y hay que contar con la probabilidad de que otras aerol¨ªneas protesten ante el evidente dominio del mercado a¨¦reo. Es muy probable que las autoridades de competencia exijan recortes sustanciales en los derechos de vuelo o impongan severas restricciones en el comportamiento del grupo resultante para aprobar la operaci¨®n.

Hay que mencionar otros factores para explicar la artiller¨ªa de grueso calibre empleada por IAG. La desaceleraci¨®n econ¨®mica es un hecho, las compa?¨ªas tendr¨¢n que plantear en alg¨²n momento planes de inversi¨®n de corte medioambiental y la competencia de las l¨ªneas de bajo coste no cesa de apretar las clavijas de los ingresos de las grandes aerol¨ªneas. Por el momento, las ¨²nicas respuestas disponibles son reducir los costes del servicio prestado a los pasajeros, una v¨ªa que est¨¢ rozando el l¨ªmite que marca el low cost, o aumentar de tama?o y bajar los costes mediante econom¨ªas de escala.

Las decisiones de competencia en los casos de fusiones y adquisiciones son cruciales; ni pueden ni deben ningunearse en nombre de criterios estrat¨¦gicos, sean nacionales o europeos. Por eso, la decisi¨®n de Competencia ser¨¢ un indicador muy fiable del compromiso de Bruselas con las reglas del juego entre empresas y clientes.