1989-2019-2049
En la actualidad se van consolidando dos grandes tendencias: el capitalismo y el iliberalismo; se cre¨ªan antit¨¦ticas, pero podr¨ªan verse reforzadas a la vez por la revoluci¨®n en las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n
El 9 de noviembre de 1989: una fecha que mi generaci¨®n jam¨¢s olvidar¨¢, y que quedar¨¢ inscrita para siempre en la historia de la humanidad. Ese d¨ªa se produjo la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, de la que hoy se cumplen 30 a?os. Tras la derrota del fascismo, el resquebrajamiento del bloque sovi¨¦tico llev¨® al comunismo a protagonizar el segundo gran fracaso ideol¨®gico del siglo XX. El capitalismo liberal y su principal exponente, Estados Unidos, se quedaron solos en la cima y se prepararon para disfrutar de una incontestable hegemon¨ªa.
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En este nuevo entorno no fueron pocos los pa¨ªses que florecieron. Por ejemplo, Polonia dio carpetazo al comunismo poco antes de que cayera el muro de Berl¨ªn y, tras sobreponerse a los problemas asociados a la transici¨®n, se embarc¨® en un viaje asombrosamente pl¨¢cido hacia la OTAN y la Uni¨®n Europea. El ¨²ltimo a?o en el que el PIB polaco se contrajo fue el ya lejano 1991; de hecho, mientras que la econom¨ªa de todos los dem¨¢s miembros de la Uni¨®n Europea se desplom¨® en 2009, la de Polonia creci¨® pr¨¢cticamente al 3%.
Sin embargo, hoy sabemos que 1989 no fue un punto final en la historia, sino un punto y aparte. La democracia liberal occidental, a la que Francis Fukuyama augur¨® una supremac¨ªa eterna, se halla ahora seriamente cuestionada. Asimismo, el periodo de absoluto dominio estadounidense result¨® ser ef¨ªmero. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 destaparon la vulnerabilidad de las grandes potencias a la emergencia de actores no estatales, y la entrada de China ese mismo a?o en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio le proporcion¨® el impulso definitivo en su fulgurante ascenso. La unipolaridad comenz¨® a diluirse y el mundo se acostumbr¨® gradualmente a hablar el lenguaje de la multipolaridad.
Algunos Gobiernos est¨¢n explorando el potencial de?Internet como herramienta de control social
El ascenso de China ha roto muchos esquemas. Recordemos que, en 1989, el Partido Comunista chino parec¨ªa extremadamente vulnerable. La crisis de la otra punta de lanza del comunismo ¡ªla Uni¨®n Sovi¨¦tica¡ª qued¨® expuesta justo cuando China todav¨ªa sufr¨ªa las secuelas de las protestas en Tiananmen. El Partido Comunista chino reaccion¨® a ambos episodios cerrando todas las puertas a la liberalizaci¨®n pol¨ªtica. Finalmente, a diferencia de lo que muchos predijeron, ni el colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica contagi¨® a China, ni el desarrollo que viene experimentando esta ¨²ltima ha hecho mella en su modelo autocr¨¢tico. M¨¢s bien al contrario: en 2019, la primac¨ªa del Partido Comunista se sigue consolidando bajo la batuta de Xi Jinping, y otros pa¨ªses han empezado incluso a fijarse en Pek¨ªn como fuente de inspiraci¨®n.
No obstante, el relato alternativo que ofrece Pek¨ªn tambi¨¦n tiene ¨¢ngulos muertos. Recientemente, se ha celebrado el 70? aniversario de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular China, que ya ha superado en longevidad a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Pero esto no significa que la China comunista haya cumplido 70 a?os: pese a las referencias ret¨®ricas, China ya no alberga aspiraciones comunistas, y debe puntualizarse que el despegue econ¨®mico del pa¨ªs emana fundamentalmente de las reformas aperturistas que promulg¨® Deng Xiaoping en 1978. Como ilustra Branko Milanovic en su nuevo libro Capitalism, Alone, la China contempor¨¢nea no abandera un modelo distinto al capitalismo, sino un modelo distinto de capitalismo. Actualmente, el sistema capitalista no conoce rival, con lo que a¨²n no se ha probado que los pron¨®sticos de Fukuyama fuesen desencaminados en este sentido.
Una de las grandes paradojas de nuestro tiempo es que China, nominalmente comunista, se exprese como una de las grandes defensoras de la globalizaci¨®n. Por supuesto, la realidad se halla en los matices: la nueva China capitalista ha adoptado muchos de los principios de la globalizaci¨®n, pero su apertura al exterior sigue siendo relativamente limitada. Pese a sus contradicciones, China est¨¢ asumiendo una posici¨®n de liderazgo en ciertos foros econ¨®micos, en gran parte por desidia ajena. Los dos grandes motores hist¨®ricos del libre comercio ¡ªEstados Unidos y el Reino Unido¡ª se encuentran en pleno repliegue nacional, y la globalizaci¨®n es manifiestamente m¨¢s popular hoy en Asia que en Occidente.
La China actual no abandera un modelo distinto ¡®al¡¯ capitalismo, sino un modelo distinto ¡®de¡¯ capitalismo
Tanto en Estados Unidos como en Europa, suele pensarse que los llamados ¡°perdedores de la globalizaci¨®n¡± han aupado al poder a figuras como el presidente Trump, que arremeten contra los pilares del liberalismo. Pero esta tesis, centrada en la econom¨ªa, es incompleta. Fij¨¦monos de nuevo en el caso polaco: tras erigirse en un ejemplo mod¨¦lico de las transiciones del socialismo al capitalismo liberal, y tras lograr incluso esquivar la Gran Recesi¨®n, Polonia ha abrazado el ¡°iliberalismo¡± que encarna el partido Ley y Justicia. Este partido ¡ªque acaba de ganar sus segundas elecciones parlamentarias consecutivas¡ª ha logrado capitalizar el desasosiego econ¨®mico de algunas capas de la poblaci¨®n, pero sobre todo el desasosiego identitario, que est¨¢ m¨¢s extendido. Un factor a tener en cuenta es que la autonom¨ªa de Polonia se ha visto muy constre?ida en el ¨²ltimo siglo, ya sea de forma involuntaria (cayendo bajo el control de potencias extranjeras) o voluntaria (ingresando en la Uni¨®n Europea). Esto contribuye a que muchos de sus habitantes recelen de los actuales ideales internacionalistas y cosmopolitas.
Sea como fuere, parece claro que se vienen consolidando dos grandes tendencias a nivel global: el avance del capitalismo y el avance del iliberalismo. Estas dos tendencias, que se cre¨ªan antit¨¦ticas, podr¨ªan verse reforzadas simult¨¢neamente por la revoluci¨®n en las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. Desde que la World Wide Web se inventase precisamente en 1989, su impacto ha sido m¨¢s ambivalente del esperado, habi¨¦ndose demostrado que no siempre sirve para unir a las sociedades, sino que a menudo contribuye a dividirlas en peque?as c¨¢maras de eco. Adem¨¢s, algunos Gobiernos est¨¢n explorando el potencial de Internet ¡ªy de otros recursos asociados, como los macrodatos¡ª como herramienta de control social. El caso m¨¢s paradigm¨¢tico es el del Partido Comunista chino, que no desea que nada se interponga en sus planes para alcanzar el ¡°pleno desarrollo¡± en 2049, cuando se cumplir¨¢ un siglo desde la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular.
Como dice Yuval Noah Harari en 21 lecciones para el siglo XXI, ¡°si alguien nos describe el mundo de mediados del siglo XXI y parece ciencia ficci¨®n, probablemente sea falso. Pero si alguien nos describe el mundo de mediados del siglo XXI y no parece ciencia ficci¨®n, entonces es falso con toda seguridad¡±. Lo m¨¢s importante que deber¨ªamos aprender de nuestro largo historial de predicciones es que erramos el tiro casi siempre, y que conviene evitar tanto el fatalismo como la euforia. ?Nos encaminamos hacia un escenario de potencias iliberales en constante colisi¨®n o, por el contrario, valores como la democracia y el multilateralismo experimentar¨¢n un repunte? Solo hay una cosa de la que podamos estar seguros: nuestros actos de hoy dejar¨¢n huella sobre nuestro mundo de ma?ana.
Javier Solana es distinguished fellow en la Brookings Institution y presidente de ESADEgeo, el Centro de Econom¨ªa y Geopol¨ªtica Global de ESADE.
? Project Syndicate, 2019.
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