?Y qu¨¦ piensa ?frica sobre los desaf¨ªos planetarios?
Destacados intelectuales franc¨®fonos se re¨²nen en Dakar en la tercera edici¨®n de 'Los Talleres del Pensamiento' para reflexionar sobre los retos de la humanidad desde una perspectiva africana
Son poco m¨¢s de las nueve de la ma?ana y el anfiteatro del nuevo Museo de las Civilizaciones Negras de Dakar (Senegal) est¨¢ a rebosar de p¨²blico. Gente sentada en las escaleras, de pie por las esquinas o incluso en el pasillo contiguo. Todos han venido a seguir en directo una de las citas m¨¢s importantes del panorama intelectual africano y franc¨®fono: Les Ateliers de la Pens¨¦e, los Talleres del Pensamiento celebran este a?o su tercera edici¨®n en medio de una expectaci¨®n creciente.
Han sido cuatro intensos d¨ªas de debates entre individuos con un recorrido destacado en disciplinas como la filosof¨ªa, la arquitectura antropol¨®gica o la econom¨ªa. La voluntad es la de retomar la iniciativa del pensamiento cr¨ªtico del continente africano en un mundo en pleno proceso de cambio. Los temas discutidos son, asimismo, diversos: reparaci¨®n de la herida colonial, futuro monetario del ?frica franc¨®fona, estrategias de resiliencia de poblaciones en estado de inseguridad alimentaria...
En el origen de esta iniciativa, dos nombres que casi no necesitan presentaci¨®n en ?frica: el economista senegal¨¦s Felwine Sarr y el historiador camerun¨¦s Achille Mbembe, ambos escritores y profesores universitarios. ¡°La idea naci¨® de una verdadera amistad intelectual y de una apreciaci¨®n mutua¡±, cuenta Mbembe durante una entrevista en el hotel Djolof de Dakar, campamento base de los participantes. ¡°Surgi¨® cuando dos instituciones nos propusieron un di¨¢logo entre dos de nuestras obras¡±, prosigue Sarr. Los libros son Pol¨ªticas de la Enemistad, de Mbembe, y Afrotopia?de Sarr, publicado por Casa ?frica en castellano. ¡°Sugerimos entonces ampliar el di¨¢logo y empezamos a pensar en la creaci¨®n de una verdadera plataforma¡±.
Ese impulso se materializ¨® en 2016 con la primera edici¨®n, que ya reuni¨® a una selecta pluralidad de voces, principalmente del continente, pero tambi¨¦n de su di¨¢spora. Por estos encuentros han pasado nombres de la talla del escritor congole?o Alain Mabanckou, la periodista francesa Audrey Pulvar o la m¨²sica maliense Rokia Traor¨¦, que este a?o presentaba un espect¨¢culo. Entre los participantes reincidentes, la polit¨®loga Fran?oise Verg¨¨s, una gran figura del feminismo antirracista decolonial; Nadia Yala Kisukidi, fil¨®sofa franco-congole?a; o Mehdi Alioua, soci¨®logo y activista antirracista marroqu¨ª. Discuten y cuestionan con ideas innovadoras, por ejemplo, la migraci¨®n africana interna, que pesa m¨¢s que la que se dirige hacia otros continentes. Fueron 19 millones de personas en 2018.
El intercambio se realiza en mesas redondas seguidas de un debate con los asistentes. Son sesiones abiertas al p¨²blico y retransmitidas en directo por el canal Youtube oficial. Aunque se celebran siempre en varios espacios de la capital senegalesa, el lugar estrella de esta edici¨®n es el Museo de Civilizaciones Negras. Como explica Sarr, su ¡°aspecto simb¨®lico era importante para nosotros. Es un sitio inaugurado recientemente y donde ya hab¨ªamos estado para hablar, por ejemplo, sobre el tema de la Restituci¨®n. Hab¨ªa quedado claro que el museo es tambi¨¦n un laboratorio, un lugar para el pensamiento y la reflexi¨®n sobre s¨ª mismo¡±.
Por estos encuentros han pasado nombres de la talla del escritor congole?o Alain Mabanckou o la m¨²sica maliense Rokia Traor¨¦
Las jornadas se clausuran con la llamada Noche del Pensamiento, con paneles que, por la hora tard¨ªa, sumergen en un ambiente m¨¢s intimista. Es a la vez un formato que rompe con la rigidez acad¨¦mica y recuerda m¨¢s a un espect¨¢culo de teatro o un concierto, con los panelistas recibidos entre aplausos, como si de estrellas se tratase. Precisamente, parte de las cr¨ªticas que han recibido los Talleres es la de ser un espacio elitista de pensadores preocupados por su propia imagen y que utilizan un lenguaje inaccesible. La cr¨ªtica tiene que ver con la existencia de ¡°una atm¨®sfera muy anti-intelectual, no solo en ?frica, sino un poco en todos sitios¡±, se defiende Mbembe. ?C¨®mo transmitir el mensaje a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n y, sobre todo, a los j¨®venes que son el futuro del continente? La respuesta reside en la mediaci¨®n. ¡°Yo no aspiro a tener la influencia de un DJ Arafat o de un Samuel Eto¡¯o¡±, contin¨²a el camerun¨¦s. ¡°Hay que preguntarse qu¨¦ tipo de ideolog¨ªas vehiculan esas personas. ?Se trata de ideolog¨ªas liberadoras, realmente? (...) Coches grandes, mujeres despanpanantes, relojes de oro¡ ?Es eso lo que queremos celebrar?¡±.
Quiz¨¢s la respuesta m¨¢s esperanzadora viene de una parte del p¨²blico: los estudiantes de instituto. Muchos toman la palabra en el turno de debate con una voz nada dubitativa. Conocen a los organizadores y a algunos intervinientes, y en clase estudian textos de Mbembe y de Sarr. Durante cuatro d¨ªas, se sientan frente a figuras que son su referencia intelectual, vivas y que existen fuera de los manuales concebidos en Occidente. Conscientes del importante papel de la juventud africana, los impulsores crearon el pasado a?o una actividad paralela: la Escuela Doctoral. Con la vocaci¨®n de ¡°producir a las nuevas generaciones¡±, explica Mbembe. ¡°Para gente que estar¨¢ los suficientemente equipada para afrontar los que ser¨¢n sus propios desaf¨ªos¡±.
Esos desaf¨ªos giraban en torno a problemas exclusivamente africanos, en la primera edici¨®n, por la ¡°urgencia de explicarnos a nosotros mismos¡±, comenta Felwine Sarr. Pero? se han ido ampliando al an¨¢lisis de la situaci¨®n planetaria aportando perspectivas del continente. El t¨ªtulo de este a?o, algo as¨ª como Fluctuaci¨®n de los mundos y pr¨¢cticas de desvulnerabilidad, trata de los retos a los que se enfrenta nuestro mundo, como el aumento de nacionalismos y extremismos o los desaf¨ªos ¨¦ticos relacionados con las nuevas tecnolog¨ªas. Y, por supuesto, la urgencia ecol¨®gica. ¡°Los efectos del cambio clim¨¢tico son visibles, en Senegal lo vemos cada d¨ªa en la erosi¨®n de nuestras costas¡±, explica en su panel la agroeconomista Coumba Dieng. ¡°Cada a?o se pierden de 10 a 20 metros de costa en el Golfo de Guinea. Hay que vivir fuera del mundo y ser presidente de Estados Unidos para no darse cuenta de eso".
La ¡°devulnerabilizaci¨®n¡± no es otra cosa que las respuestas que aportan individuos y colectivos para protegerse y construir un futuro posible. Puede traducirse en estrategias como las que menciona S¨¦name Koffi Agbodjinou, conocido por crear la primera impresora 3D 100% africana, y que incita a buscar inspiraci¨®n en arquitecturas ancestrales africanas para afrontar los retos de las ciudades futuras en un continente con un proceso de urbanizaci¨®n vertiginoso.
La devulnerabilizaci¨®n toca tambi¨¦n las pol¨ªticas econ¨®micas relativas al pago de la deuda externa o la industrializaci¨®n del continente. ¡°Para m¨ª, la no transformaci¨®n del algod¨®n en ?frica Occidental es el mayor esc¨¢ndalo de nuestro siglo¡±, reclama en su panel el economista y antiguo ministro togol¨¦s Kako Nubukpo. Y menciona uno de los mayores mercados callejeros de Dakar, Colobane, donde se venden ropas venidas de China y Europa. ¡°No es posible, sabiendo que producimos m¨¢s de un mill¨®n de toneladas de algod¨®n por a?o, que solo consumamos un 3%¡±.
Lori-Anne Theroux-Benoni, directora del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS), apela a cuestionar lo que sabemos acerca del terrorismo en la zona del Sahel. Su grupo ha creado una base de datos desde 2016 para entender las causas de ese extremismo a partir de entrevistas con los actores de la violencia para comprender mejor el fen¨®meno. M¨¢s all¨¢ de motivos ideol¨®gicos, los datos reflejan que los? terroristas se unen a los grupos para proteger una actividad econ¨®mica como la ganader¨ªa o la caza, o garantizar la seguridad de los suyos, en comunidades donde la legitimidad de los gobiernos centrales se ha deteriorado. En lugar de las respuestas mayoritariamente militares, Theroux-Benoni defiende trabajar en la gobernabilidad de esas zonas.
Cada a?o se pierden de 10 a 20 metros de costa en el Golfo de Guinea. Hay que vivir fuera del mundo y ser presidente de Estados Unidos para no darse cuenta de eso Coumba Dieng, agroeconomista
En los Talleres se han vivido tambi¨¦n momentos de emotividad. Como durante el elocuente discurso de Christiane Taubira, antigua ministra de justicia de Francia, gran defensora de las libertades en su pa¨ªs. La ma?ana estuvo consagrada a cuestiones como la restituci¨®n de los bienes mal adquiridos por las excolonias o la reparaci¨®n del hecho esclavista y colonial. Taubira, nacida en Guayana francesa, transporta al p¨²blico en un viaje por la historia de los africanos, la trata transatl¨¢ntica de seres humanos y las historias de resiliencia, como el nacimiento del jazz o el blues, ¡°ese regalo a la Humanidad¡± surgido de ¡°la sublimaci¨®n del sufrimiento y de la expresi¨®n cotidiana de la condici¨®n humana¡±.
Respecto a la reparaci¨®n del crimen contra la Humanidad que fue la esclavitud y que los pa¨ªses occidentales se niegan a debatir, Taubira es consistente: ¡°El crimen es irreparable; la reparaci¨®n, aunque sea imposible, sigue siendo un derecho¡±. Y termina con fuertes palabras: ¡°Somos los supervivientes obstinados y resilientes¡±. Durante m¨¢s de cinco minutos, el p¨²blico aplaude de pie en las gradas. Alguien toma la palabra: ¡°Esta es la intervenci¨®n que necesit¨¢bamos para apaciguarnos despu¨¦s del discurso de Sarkozy¡±. Habla de la famosa alocuci¨®n que el antiguo presidente pronunci¨®, tambi¨¦n en Dakar, en 2007, donde afirm¨® sin ninguna base que ¡°los africanos no han llegado a entrar suficientemente en la Historia¡±. Durante estos cuatro d¨ªas ha quedado claro algo: los africanos est¨¢n escribiendo el futuro y, tambi¨¦n, una p¨¢gina de nuestra Historia con H may¨²scula.
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