La tentaci¨®n del fanatismo
?C¨®mo explicar que hay valores dignos de respeto mientras otros atacan sencillamente al n¨²cleo democr¨¢tico que hace posible que existan, por ejemplo, los debates?
Dec¨ªa Roc¨ªo Monasterio en el debate de este jueves que ¡°la izquierda pone las ideas, el centro las asume y la derecha las gestiona¡±, y que eso es lo que da sentido a un partido como Vox, llamado a ¡°romper el consenso progre¡± en el que se situar¨ªan todos los partidos, salvo quienes, estando como Trump fuera del establishment, ¡°no han venido a limpiar la p¨¢tina¡±. Y lo cierto es que no hay ejemplo m¨¢s paradigm¨¢tico de lo que, ya desde hace tiempo, sucede en el espacio p¨²blico europeo: el desasosegante despertar de un discurso del odio que, salt¨¢ndose todas las l¨ªneas rojas, ataca bajo el eufemismo del ¡°consenso progre¡± a lo que, literalmente, constituye los cimientos mismos de nuestro sistema democr¨¢tico.
Los interrogantes son conocidos: ?c¨®mo lidiar con ello? ?Qu¨¦ provocaciones deben ser contestadas y cu¨¢les ignoradas? ?C¨®mo evitar el encuadre populista y apostar en su lugar por abordar los problemas p¨²blicos desde una agenda democr¨¢tica que busque resolverlos, en lugar de azuzar el odio en pos del r¨¦dito electoral? Y lo dram¨¢tico es que debemos responder sabiendo que, cu¨¢nto m¨¢s los demonizamos, m¨¢s los distinguimos del resto y m¨¢s atractivos resultan a su potencial electorado, hastiado ya de las din¨¢micas de siempre. La respuesta se complica, adem¨¢s, por la decidida apuesta por la exageraci¨®n y el morbo bajo la demag¨®gica excusa de responder al inter¨¦s de la audiencia. El escabroso minuto de Abascal lanzando el falso dilema de ¡°autonom¨ªas o pensiones¡± capta m¨¢s nuestra atenci¨®n que una sesuda explicaci¨®n de c¨®mo lograr su sostenibilidad.
?C¨®mo explicar en un debate que no todos los argumentos valen lo mismo, que hay valores dignos de respeto mientras otros atacan sencillamente al n¨²cleo democr¨¢tico que hace posible que exista, por ejemplo, ese mismo debate? El relativismo en esta cuesti¨®n, el todo vale, puede terminar volvi¨¦ndonos insensibles a la mentira, el caldo de cultivo, como nos ense?¨® Orwell, de toda peligrosa represi¨®n. Al menos, deber¨ªamos preguntarnos por las intenciones de quien sit¨²a arbitrariamente fuera de cualquier valor compartido al adversario, ridiculiz¨¢ndolo con medidos eufemismos que esconden, en realidad, un salto antidemocr¨¢tico de libro. Porque si es cierto que la verdad est¨¢ en decadencia como principio regulador y parece sustituida, seg¨²n proclama Matthew d¡¯Ancona, por un ¡°pernicioso relativismo disfrazado de leg¨ªtimo escepticismo¡±, quiz¨¢ sea la hora de defenderla activamente, para ayudarnos a todos a huir de la resbaladiza tentaci¨®n del fanatismo. @MariamMartinezB
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