Del poder total a la renuncia del poder
Durante 13 a?os, ning¨²n partido de la oposici¨®n tuvo la fuerza electoral para derrotar a Evo Morales
C¨®mo pas¨® Evo Morales Ayma de ser un presidente ungido por las mayor¨ªas a renunciar presionado por las protestas sociales? La pregunta no tiene una respuesta en la coyuntura actual, sino en la acumulaci¨®n del malestar pol¨ªtico, en la defensa del voto y la soberan¨ªa del pueblo. La situaci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs no puede ser entendida sin una referencia al refer¨¦ndum de 2016. Un hito que marcar¨¢ el descenso paulatino en la confianza y credibilidad del entonces presidente de Bolivia, a pesar de sus logros sociales y econ¨®micos.
Morales gan¨® las elecciones de 2014 con el 63,36% de los votos, consolidando su liderazgo con un tercer mandato (2015-2020) que nunca debi¨® ser: la Constituci¨®n Pol¨ªtica del Estado prev¨¦ la reelecci¨®n continua una sola vez. Pero una interpretaci¨®n del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) estableci¨® que el verdadero primer mandato de Morales fue el de 2010 a 2015 ya que, seg¨²n los magistrados, entre 2006 y 2009, el Estado Plurinacional no hab¨ªa nacido y segu¨ªa prevaliendo el ¡°viejo Estado¡±. El deseo de garantizar una respostulaci¨®n para buscar un nuevo mandato (2020-2025) embarc¨® al partido gobernante en un peligroso proceso de desgaste en la opini¨®n p¨²blica. Aceler¨® sus tiempos e impuls¨® un refer¨¦ndum que perdi¨®.
La ciudadan¨ªa rechaz¨® con el 51,3% de los votos la repostulaci¨®n de Morales y ?lvaro Garc¨ªa Linera, pero el Gobierno argument¨® que su derrota fue producto de la ¡°mentira¡±, refiri¨¦ndose al esc¨¢ndalo que salpic¨® al mandatario, acusado de tr¨¢fico de influencia tras favorecer a una empresa china vinculada a su expareja. Negando su derrota, buscaron un nuevo mecanismo para forzar la repostulaci¨®n. Acudieron nuevamente al TCP, que estableci¨® que las autoridades pueden ser electas sin l¨ªmites ni restricciones. Seis magistrados interpretaron que la reelecci¨®n de una autoridad es un ¡°derecho humano¡±, ¡°amparado¡± en el art¨ªculo 23 de la Convenci¨®n Americana de Derechos Humanos, por encima de la voluntad de 2.682.517 ciudadanos, que rechazaron una cuarta repostulaci¨®n. Este es el antecedente para comprender el desenlace de los hechos recientes.
Un ministro advirti¨® con convertir el pa¨ªs en un ¡°Vietnam¡± y el vicepresidente alert¨® de una ¡°insurrecci¨®n¡± del ganador
Uno de los principios fundamentales de la Constituci¨®n boliviana es que ¡°la soberan¨ªa reside en el pueblo¡±, es decir, nada est¨¢ por encima de la voluntad del pueblo, un concepto que en el caso de la repostulaci¨®n ha sido quebrantado. En este periplo de repostulaciones, los partidos opositores participaron del proceso electoral, desconfiados de que Morales acepte los resultados, m¨¢s a¨²n si ¨¦ste le era desfavorable.
En 13 a?os, nueve meses y 18 d¨ªas de mandato ninguna oposici¨®n hab¨ªa tenido la fuerza electoral para derrocar a Morales, ni la capacidad de movilizaci¨®n para ponerlo en jaque. No obstante, lo que los partidos tradicionales no lograron lo hizo una generaci¨®n que solo conoci¨® a este Gobierno. Las manifestaciones, con una fuerte presencia juvenil al inicio, se movieron por una sola causa: la ¡°defensa de su voto¡±. Evitar que le ¡°escamoteen¡± los resultados, ante los graves se?alamientos de fraude, provocados por un cuestionado y deslegitimado Tribunal Supremo Electoral. Interrumpir sin explicaci¨®n casi 24 horas el conteo r¨¢pido de votos ¡ªcon datos que confirmaban la necesidad de ir a una segunda vuelta¡ª y que luego estos se vuelquen a favor de Morales, desat¨® la desconfianza y una ola de manifestaciones imparables.
Carlos Mesa, el segundo favorito en los comicios, que hab¨ªa llamado a la movilizaci¨®n para que se respete la segunda vuelta, fue superado con la irrupci¨®n del l¨ªder c¨ªvico y empresario de corte conservador de la regi¨®n oriental de Bolivia (Santa Cruz), Luis Fernando Camacho, quien lanz¨® la consigna m¨¢s desafiante de nuevas elecciones y lleg¨® a pedir la renuncia del presidente. Camacho articul¨® a los sectores m¨¢s descontentos en contra del Gobierno. Empez¨® un paro de 21 d¨ªas en el basti¨®n de la oposici¨®n, Santa Cruz, que se extendi¨® a otras regiones. Se arrop¨® de un discurso radical basado en la fe, prometiendo meter de nuevo la Biblia en Palacio de Gobierno.
El Gobierno defendi¨® los resultados, endureci¨® su discurso amenazando con un ¡°cerco¡± a las ciudades, un ministro advirti¨® con convertir el pa¨ªs en un ¡°Vietnam¡±, el vicepresidente alert¨® de una ¡°insurrecci¨®n¡± del ganador. Discursos que solo fortalecieron la resistencia en las calles frente a la represi¨®n policial. Dos hechos marcaron el destino de Morales el 10 de noviembre, cuando renunci¨®: el lapidario informe de auditor¨ªa de la OEA, solicitado por el mismo Gobierno, que estableci¨® ¡°graves¡± irregularidades en el proceso. Y la decisi¨®n de las Fuerzas Armadas de sugerir su renuncia, en un escenario de levantamiento popular y convulsi¨®n social con la posibilidad de un enfrentamiento entre civiles, exacerbado por discursos raciales y discriminatorios. Amenaza que no ha sido superada.
Bolivia no ha culminado la mayor crisis pol¨ªtica de estos ¨²ltimos 13 a?os. Un nuevo Gobierno transitorio que tiene como prioridad llamar a nuevas elecciones, no cuenta con mayor¨ªa en el Congreso para garantizar este prop¨®sito. Mientras el Movimiento al Socialismo (MAS) se rearticula, el expresidente Morales desde su ¡°asilo¡± en M¨¦xico lanza l¨ªneas pol¨ªticas a trav¨¦s de sus organizaciones sociales y de instituciones que controla, lo que hace inviable una transici¨®n hacia un nuevo Gobierno que tendr¨ªa que asumir el 22 de enero de 2020.
Nancy Vacaflor es periodista pol¨ªtica de la Agencia de Noticias Fides.
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