Las confesiones matrimoniales de la reina Margarita de Dinamarca
En un libro con motivo de su pr¨®ximo cumplea?os, la soberana asegura que sab¨ªa lo complicado que era el car¨¢cter de su marido, Enrique, y que cuando muri¨® "result¨® abrumador ver cu¨¢nto le importaba a la gente"

Resulta poco habitual que los reyes europeos concedan entrevistas o hablen de forma p¨²blica de su vida personal y de sus sentimientos. Por eso sorprende ahora que Margarita de Dinamarca, con casi medio siglo de experiencia en el trono a sus espaldas, relate ahora detalles ¨ªntimos de su vida y en concreto de su esposo, el pol¨¦mico pr¨ªncipe Enrique, fallecido en febrero de 2018.
La muerte de Enrique, de 83 a?os, lleg¨® en un momento complicado. Aquejado de demencia (como se supo apenas seis meses antes de su muerte), su popularidad estaba en horas bajas debido a su car¨¢cter caprichoso y err¨¢tico. Sin embargo, la reina asegura ahora que se sinti¨® gratamente sorprendida por el cari?o que le dispens¨® el pueblo dan¨¦s a su difunto esposo y a toda la familia tras ese fallecimiento. "Cuando muri¨® mi esposo result¨® abrumador ver cu¨¢nto le importaba a la gente", explica la reina en un libro llamado?Dronning Margrethe (Reina Margarita), que ha escrito la periodista danesa Karin Palshoj con motivo del 80? cumplea?os de la soberana, que se celebrar¨¢n el pr¨®ximo 16 de abril. "Fue una tarea emocionante y por lo que me he sentido muy honrada", ha afirmado Palshoj sobre su obra, que ha salido a la venta este fin de semana.
"Me habr¨ªa gustado que mi esposo experimentara un poco de toda esa simpat¨ªa", se lamenta ahora la reina, como recoge el diario dan¨¦s BT.?Enrique hab¨ªa contado en una entrevista concedida hace m¨¢s de 15 a?os que se sent¨ªa desplazado en la corte,?"in¨²til y relegado", concretamente, y que por ello se decidi¨® a mudarse a su castillo de Caix, al norte de Francia. La cuesti¨®n se agrav¨® cuando su hijo y heredero, Federico de Dinamarca, empez¨® a tener un papel institucional de mayor calado y¨¦l qued¨® relegado a la tercera posici¨®n. Sus quejas despertaron los recelos del pueblo dan¨¦s contra ¨¦l. Sin embargo, se lo perdonaron al morir: casi 20.000 ciudadanos hicieron horas de cola ante la iglesia del castillo de Christianborg para despedir al marido de su monarca.

"A veces la gente ten¨ªa problemas al ver las facetas m¨¢s complicadas de mi esposo; yo estaba all¨ª, tamb¨ªen pod¨ªa verlas. As¨ª que fue incre¨ªble ver a la gente reunirse para apoyarnos de esa manera", explica en el libro Margarita sobre la capilla ardiente de su marido, que adem¨¢s quiso ser incinerado?y que no quer¨ªa ser enterrado en la catedral junto a su esposa, algo nada com¨²n en la tradici¨®n real danesa y que sin embargo acab¨® concedi¨¦ndosele. "Nos quer¨ªamos mucho", relata la reina en el libro. "Fue un amor realmente apasionado por ambas partes", asegura sobre su uni¨®n con Enrique, al que conoci¨® en Londres en 1965 y con quien se cas¨® dos a?os despu¨¦s en la iglesia de Holmen, en Copenhague. Juntos tuvieron dos hijos: Federico y Joaqu¨ªn.
La propia Margarita ha explicado en alguna ocasi¨®n que no todo fue id¨ªlico en su uni¨®n, en la que Enrique siempre se consider¨® un paso por detr¨¢s. Las diferencias entre el matrimonio les llevaron a vivir separados, uno en Dinamarca y el otro en Francia, tierra natal de Enrique. "Los ¨²ltimos seis meses no estuvimos tanto tiempo juntos, porque ¨¦l ya no gozaba de buena salud. Me alegra que el final fuera tan digno. Fue un buen final para su vida", ha reflexionado. La reina tambi¨¦n ha explicado que, durante los dos ¨²ltimos a?os y tras medio siglo juntos, tuvo que acostumbrarse a hacer las cosas sola.
Quien no parece estar en el final de su reinado es la propia Margarita. Ella misma ha explicado que no desea renunciar y que no abdicar¨¢. Algo que no ha modificado con su viudedad ni al acercarse a los 80 a?os: "No he cambiado mi actitud al respecto".
En una entrevista concedida a un diario sueco hace un par de meses, en la que habl¨® en su castillo de Amalienborg sobre la edad o la familia, Margarita explicaba en un tono divertido sobre sus ocho nietos: "Definitivamente, no soy la mejor abuela del mundo". La soberana danesa habla sueco con fluidez, ya que su madre, la reina Ingrid, era una princesa sueca, y ella es prima del rey Carlos Gustavo de Suecia. "Creo que es maravilloso que las madres y abuelas abracen mucho a los ni?os. Yo no soy tan buena en eso, no soy una abuela que se pasa el d¨ªa sentada y tejiendo". Y aseguraba:?"No poseo ning¨²n tipo de paciencia angelical".
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