Olivier Dassault, el millonario que fabrica aviones pero prefiere ser artista
Pertenece a una de las familias m¨¢s ricas del mundo, s¨ªmbolo de la industria militar francesa y propietaria del diario ¡®Le Figaro¡¯
El nombre de Olivier Dassault est¨¢ asociado indefectiblemente a la industria de la aviaci¨®n y a la del armamento. Tambi¨¦n a la de ese exclusivo grupo de familias que algunas listas sit¨²an entre las 25 m¨¢s ricas del mundo. La suya, en concreto, acumula una fortuna de m¨¢s de 20.000 millones de euros, seg¨²n public¨® la revista Forbes en 2018. El Grupo Dassault es propietario de la empresa que ha fabricado los aviones Falcon, los Mirage los Myst¨¨re y, m¨¢s recientemente, los Rafale. Igual facilitan un avi¨®n privado para un particular, que negocian contratos de aviones de guerra con pa¨ªses como Israel, Egipto, India, Mal¨ª o Francia. El entramado empresarial posee intereses inmobiliarios que cotizan en bolsa; son inversores mayoritarios del grupo de comunicaci¨®n Figaro, al que pertenece el diario Le Figaro; poseen el Ch?teau Couperie que produce 46.000 botellas de vino al a?o y tambi¨¦n una casa de subastas, Artcurial, con sedes en Par¨ªs, Montecarlo y Hong Kong y que mueve m¨¢s de 212 millones de euros anuales.
Olivier, 68 a?os, es uno de los cuatro hijos de Serg¨¨ y nieto de Marcel Dassault, el fundador del imperio que era hijo de un m¨¦dico jud¨ªo y que cuando falleci¨® a los 94 a?os, en 1986, se hab¨ªa ganado el t¨ªtulo de empresario legendario, hombre bueno y con gran sentido del humor, seg¨²n las rese?as period¨ªsticas de la ¨¦poca.
Su nieto ha heredado mucho m¨¢s que una fortuna multimillonaria. Sentado en la galer¨ªa Malborough de Madrid, rodeado de su obra fotogr¨¢fica, derrocha humor y no disimula su admiraci¨®n hacia su abuelo incluso a costa de dejar en segundo plano en su lista de afectos a su propio padre: ¡°Estuve muy cerca de mi abuelo, trabajando con ¨¦l en la concepci¨®n de los aviones. Con mi padre no tuve la misma relaci¨®n, lo que llegaba a hacer con mi abuelo en cinco minutos, tardaba 10 a?os en conseguirlo con mi padre".
Olivier Dassault se atribuye la incorporaci¨®n de los winglets en las alas de los aviones y no reniega de sus privilegios pero tampoco se siente acomplejado por ellos: ¡°Mi divisa es dejar atr¨¢s los inconvenientes y hacerse con las ventajas. No lo he conseguido todo por mi familia. En el plano art¨ªstico, por ejemplo, me ha desfavorecido. Cuando tu nombre es demasiado conocido, te conocen mal¡±, afirma.
?l es ingeniero, matem¨¢tico, piloto, diputado de la Asamblea francesa por el partido republicano desde 1988, juega al golf, le gusta la caza ¡ªactividad por la que se deja ver con cierta frecuencia en Espa?a¡ª, ha hecho m¨²sica para empresas e instituciones como las galer¨ªas Lafayette, la Fundaci¨®n Cartier o los aeropuertos franceses, y adem¨¢s es artista y fot¨®grafo. Con este historial y su procedencia francesa es f¨¢cil bromear sobre si en alg¨²n momento se cay¨® en la poci¨®n m¨¢gica de Ast¨¦rix y Ob¨¦lix. ¡°Mi poci¨®n m¨¢gica no es otra que la pasi¨®n, mucho trabajo, dormir poco por la noche y mi equipo¡±, dice Dassault con la seguridad de quien est¨¢ acostumbrado a tomar decisiones r¨¢pidas. ¡°Es un equilibrio de pasiones, pasar de la pol¨ªtica a la industria o el arte, pero siempre la gu¨ªa es la belleza¡±.
Se adelanta y ¨¦l mismo se pregunta: ¡°?C¨®mo es posible la belleza en pol¨ªtica? Porque en pol¨ªtica lo que me interesa es poder hacer que la gente sea m¨¢s feliz, aunque luego el 90% de las personas est¨¦ desilusionada¡±. Eso s¨ª, tampoco se cohibe al asegurar que muchas veces las cosas no se consiguen porque cuando llegan las reformas ¡°los ciudadanos no respetan las decisiones de quienes han elegido y hacen manifestaciones y huelgas¡±. Tambi¨¦n considera que ¡°se hacen cosas idiotas como crear impuestos que provocan que la gente rica se vaya al extranjero¡± o ¡°que el gran problema de los pa¨ªses europeos es la seguridad. Hay inmigrantes, muchos clandestinos, que no se integran. Hay que abrir puertas, pero no poemos acoger a todo el mundo¡±.
Aficionado a las pel¨ªculas de Marvel, la pregunta es casi obvia:
¡ª?Alguna vez se ha arrepentido como Tony Starck, Ironman, del da?o que hacen las armas que fabrica?
¡ª"No vendemos armas, aunque somos un poco responsables porque fabricamos el avi¨®n que las lleva. Vendemos a pa¨ªses para que garanticen la paz¡±.
Casado dos veces, tiene tres hijos, de 29, 18 y 8 a?os, a los que reconoce no dedica ¡°el tiempo sufiente¡±. Afirma que no recuerda los fracasos porque ¡°olvido las cosas malas y siempre pienso en positivo¡±. Tiene miedo a los rayos y a los moscones, ¡°me dan mucho asco¡±, y sobre la agitada vida social que suele rodear a las personas con poder dice ¡°buscar el equilibrio". "Salir para que te vean en las fotos le gusta mucho a uno de mis hermanos. Yo si voy a alg¨²n lado es porque a alguien le va a hacer ilusi¨®n, porque es un evento cultural o porque tengo que vender y los clientes no vienen solos¡±, incide. La m¨²sica es otro de sus refugios. ¡°Empec¨¦ de peque?o, me fascinan los teclados, los sintetizadores, la trompeta, el viol¨ªn...¡±. Con tanta actividad uno se pregunta si Olivier Dassault conocer¨¢ el valor del aburrimiento. Para responder a este interrogante, hace uso de una frase que le dirigi¨® la noche anterior Pierre Levai, propietario de las galer¨ªas Malboroug: ¡°Olivier es un hombre del Renacimiento del siglo XX que nunca tiene tiempo de no hacer nada¡±.
La fotograf¨ªa como pasi¨®n y v¨¢lvula de escape
El pasado mi¨¦rcoles Olivier Dassault pilot¨® su propio Falcon para aterrizar en Madrid. El motivo no era otro que inaugurar una nueva exposici¨®n de sus fotograf¨ªas, Lumi¨¨res, que permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el cuatro de enero en la galer¨ªa Malborough. Sus obras se cotizan entre 6.000 y 60.000 euros y en esta ocasi¨®n se han decantado por el estilo abstracto, aunque ¨¦l no se siente c¨®modo con los l¨ªmites. "Hay fot¨®grafos que se centran en un estilo y nunca cambian, yo he pasado por todos los estilos posibles: Impresionista, surrealista, hiperrealista, simbolista y ahora abstracto", explica con una gran sonrisa mientras muestra la c¨¢mara Minolta, "anal¨®gica", que le trajo su padre como regalo de Jap¨®n hace 40 a?os y que utiliza para todas sus creaciones. "Hay un trabajo de laboratorio, pero lo importante es el ojo", afirma sobre sus obras.
Su pasi¨®n por la fotograf¨ªa tuvo un comienzo casual: ¡°Mi madre me llevaba con ella de ni?o a visitar museos y cuando me cansaba de escuchar las explicaciones del gu¨ªa, hac¨ªa fotos con una c¨¢mara instamatic. Despu¨¦s hice retratos de amigos, sobre todo de j¨®venes porque me llevo 14 a?os con mi hermana peque?a y le hice muchos retratos a ella y a sus amigos. Ahora la creaci¨®n es continua, pero no siempre tengo tiempo ni cargo continuamente con la c¨¢mara¡±. Adem¨¢s el artista, como en el Renacimiento, tambi¨¦n necesita trabajar por encargo¡±, afirma
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