Kasp¨¢rov paraliza y ejecuta
Directo a la yugular, ¡®El Ogro de Bak¨²¡¯ inutiliza las defensas y remata el ataque con elegancia
El teatro del Recinto Ferial de la Casa de Campo de Madrid fue la sede, en diciembre de 1988, de un encuentro de partidas r¨¢pidas entre las selecciones de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (URSS) y el Resto del Mundo, aunque la Federaci¨®n Sovi¨¦tica manifest¨® su disconformidad y no reconoci¨® ese equipo como una selecci¨®n oficial, sino como ¡°un grupo de amigos de Kasp¨¢rov¡±, en pleno cisma entre la Federaci¨®n Internacional (FIDE) y la Asociaci¨®n de Grandes Maestros (GMA). Todos los jugadores donaron sus premios a las v¨ªctimas de un gran terremoto en Armenia. La URSS termin¨® ganando (32,5-31,5), pero el equipo de Kasp¨¢rov sufri¨® mucho, y de hecho empez¨® perdiendo. Cuando ¨¦l estaba disputando la maravillosa partida que glosa este v¨ªdeo -en la que sacrifica tres peones para inmovilizar a los alfiles de su rival-, frente al brit¨¢nico Jonathan Speelman, semifinalista entonces del Torneo de Candidatos, Joaqu¨ªn Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, entro en la sala y qued¨® muy impresionado por el ritmo trepidante del ajedrez r¨¢pido: ¡°?Esto es un espect¨¢culo fascinante! ?Nunca pens¨¦ que podr¨ªa ser as¨ª!¡±.
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