Los duelistas
No entrar¨¦ a comparar sus respectivas carreras de corrupci¨®n, pero s¨ª apuntar¨¦ que pactar con Vox me parece tan grave como hacerlo con ERC
Recordar¨¢n la trama del relato de Conrad El duelo (1908), llevado al cine por Ridley Scott en 1977 con el t¨ªtulo Los duelistas: dos oficiales franceses se enfrentan en un duelo sin fin celebrado por entregas a lo largo de las guerras napole¨®nicas. Pues bien, nuestros dos grandes partidos de Estado, PSOE y PP, tambi¨¦n est¨¢n trabados desde 1990 por un duelo interminable que les obliga a atacarse una y otra vez sin poder darse cuartel. Se trata de una rivalidad negativa cifrada en la l¨®gica del ¡°y t¨² m¨¢s¡±, pues no compiten por ofertar pol¨ªticas beneficiosas (lo m¨ªo mejor) sino por imputar culpas criminales: lo tuyo peor. Y los lances m¨¢s recientes de esta contienda sin fin son el doble debate de 1), qu¨¦ caso de corrupci¨®n es m¨¢s grave, si la G¨¹rtel del PP o los ERE del PSOE; y 2), qu¨¦ pacto pol¨ªtico resulta m¨¢s antidemocr¨¢tico, si el de la derecha con Vox o el de la izquierda con ERC.
No entrar¨¦ a comparar sus respectivas carreras de corrupci¨®n, pero s¨ª apuntar¨¦ que pactar con Vox me parece tan grave como hacerlo con ERC. El independentismo proyecta un ataque antidemocr¨¢tico contra el Estado social y de derecho: contra el social porque busca romper la caja ¨²nica de la Hacienda P¨²blica y la Seguridad Social; y contra el de derecho porque busca romper con unilateralismo el princi-pio de legalidad. Pero no es menos antidemocr¨¢tico el ataque que Vox proyecta contra los derechos de ciudadan¨ªa, al negarse a proteger a mujeres o inmigrantes de la discriminaci¨®n que sufren. Por eso tan peligroso resulta pactar con aquellos como con estos, en lugar de acordar pactos preventivos contra ambos por igual.
Pero esta evidencia no la saben ver ninguno de nuestros dos adversarios, cegados como est¨¢n por el pundonor del duelista que les obliga a enfrentarse al rival a cualquier precio, aun a costa de perjudicar el inter¨¦s general. Una ceguera que les impide advertir que ambos problemas pol¨ªticos, planteados por la ultraderecha y el independentismo, les afectan a los dos en com¨²n, pues representan una amenaza existencial que afecta por igual a las bases de ambos duelistas. Si Vox accediese al poder, se ver¨ªan perjudicados los derechos fundamentales de mujeres, migrantes o gais tanto de derechas como de izquierdas; y, si el soberanismo lograse la secesi¨®n, se ver¨ªan lesionados los intereses y los derechos sociales de todos los ciudadanos a izquierda y derecha. Pero los obcecados duelistas no saben verlo as¨ª, lo que les lleva a creer que su rival es una amenaza peor que la de su aliado antidemocr¨¢tico: a Casado le parece Vox un peligro inferior del que representa S¨¢nchez, y este tambi¨¦n considera a ERC un peligro menor que Casado. Esta es su peor ceguera, que les impide unir fuerzas (lo que no implica necesariamente una gran coalici¨®n) contra el riesgo com¨²n que representan nuestras dos patolog¨ªas populistas: el secesionismo y la ultraderecha. Y, en vez de hacerlo as¨ª, los duelistas proseguir¨¢n su contienda suicida a nuestra costa. Un anacronismo, pues el duelo qued¨® hace tiempo abolido por el advenimiento de la democracia.
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