Pr¨®tesis
No recuerdo una obra de ficci¨®n que aborde con tal atrevida verdad y tan rica met¨¢fora la eterna controversia de la lucha de clases
El hombre, escribi¨® Freud mostrando dotes prof¨¦ticas, se ha convertido en un dios con pr¨®tesis, y su estampa es magn¨ªfica cuando va armado de todos sus artefactos auxiliares, que no le garantizan sin embargo la felicidad. El futuro traer¨¢, sigue el Freud adivino de 1930, ¡°nuevos y quiz¨¢ inconcebibles progresos en este terreno de la civilizaci¨®n, exaltando a¨²n m¨¢s la deificaci¨®n del hombre¡± (El malestar en la cultura). El avance tecnol¨®gico que nos hace dioses omnipotentes, seres ubicuos y r¨¢pidos aunque esclavos de lo inmediato, est¨¢ reflejado de manera tan inteligente como hilarante en la triunfal pel¨ªcula surcoreana Par¨¢sitos, que sigue en cartel. Arranca con un p¨¢nico provocado en la familia pobre del filme por la falta de wifi en el s¨®tano donde malviven; dos horas despu¨¦s, los ricos endiosados pero amables son v¨ªctimas de un brutal desenlace que no hay que contar, y entre medias, tratados en clave de alta comedia de humor negro, muchos ¡°temas de nuestro tiempo¡±: las dulzuras de la conectividad total, el drama de la falta de cobertura, la tragedia de los refugiados hambrientos, el juguete de las aplicaciones f¨¢ciles, el fraude de los curr¨ªculos falsificados, la usurpaci¨®n o la estafa de la vivienda, la desigualdad provocada. ?Cine social? No recuerdo una obra de ficci¨®n que aborde con tal atrevida verdad y tan rica met¨¢fora la eterna controversia de la lucha de clases, y pocas veces me he re¨ªdo como en la secuencia, en coreano subtitulado, en que la familia rica descubre que la clase obrera huele distinto. ¡°Olor a trapo fregado¡±.
El director Bong Joon-ho consuma su corrosivo esperpento a una velocidad casi igual de trepidante que nuestro mundo. Ah, y para que no falte ning¨²n indicio de su rabiosa contemporaneidad, un diluvio lo arrasa todo. Gota fr¨ªa, o quiz¨¢, en un falso happy end, el arca de No¨¦ sin clases.
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