La noche antes del Nobel
El autor explica la emoci¨®n del galardonado William Kaelin tras la muerte de su mujer, con quien hab¨ªa fantaseado sobre la posibilidad de recibir el Nobel
Aquella noche, William Kaelin so?¨® que lo despertaba una llamada telef¨®nica a las 5:55 de la ma?ana, y en su sue?o comprend¨ªa que ya era demasiado tarde para recibir el mensaje de Suecia. Entonces se despert¨®: no eran las 5:55, sino las 2:30. ?A¨²n pod¨ªa llegar la llamada del Nobel! Se oblig¨® a dormir. Un tel¨¦fono son¨® al alba y Kaelin, aturdido, no supo si la llamada suced¨ªa de nuevo en otro sue?o o si realmente el sonido le hab¨ªa despertado. Era un n¨²mero con demasiados d¨ªgitos, ¡°no pod¨ªa ser una llamada local¡±. Kaelin contest¨® y sufri¨® un shock tan fuerte que no recuerda palabra alguna de la conversaci¨®n con el profesor sueco, solo ¡°un sentimiento de profunda gratitud¡±.
No hay vida sin ox¨ªgeno. Un elemento peligroso, que corroe el hierro, intoxica por exceso y mata por defecto, debe ser consumido con precisi¨®n. Debido a ello, los organismos multicelulares han desarrollado sofisticados mecanismos para adaptarse a un entorno con una disponibilidad variable de ox¨ªgeno. Este a?o Semenza, Ratcliffe y Kaelin han recibido el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de los circuitos moleculares que act¨²an como sensores de los niveles de ox¨ªgeno en las c¨¦lulas. Sus investigaciones podr¨ªan tener repercusiones pr¨¢cticas en el tratamiento de las anemias, el infarto de miocardio y el c¨¢ncer.
William Kaelin no es un corderito, ni siquiera es un lobito bueno. Cuando critica, va a la yugular. ¡°Los cient¨ªficos sue?an con el galard¨®n sueco; quienes lo niegan, mienten¡±, dijo durante la rueda de prensa donde se anunci¨® su premio. ¡°Quienes hacen mala ciencia son dominantes negativas¡±, le han o¨ªdo decir. Dominantes negativas son prote¨ªnas que no solo no tienen funci¨®n propia, sino que inactivan a otras. ¡°Fui jefe de residentes en Johns Hopkins y mi misi¨®n consist¨ªa en aterrorizar a los residentes con conocimientos sobre enfermedades raras¡±, explic¨® medio en broma. Su actitud contrasta con la de Jim Allison, Premio Nobel de Medicina de 2018, sabio amable y carism¨¢tico, profundo en el laboratorio y capaz de cantar con Willie Nelson.
Kaelin tiene la silla Sidney Farber en la Facultad de Medicina de Harvard y en el Instituto Oncol¨®gico Dana Farber. Tambi¨¦n es profesor del Instituto M¨¦dico Howard Hughes. No se puede subir m¨¢s alto. ?Qu¨¦ pensar¨¢ el profesor de universidad que asever¨® que Kaelin ¡°ten¨ªa el futuro fuera del laboratorio¡±? No todos los maestros son como aquel de Albert Camus a quien este dio las gracias cuando recibi¨® el Nobel de Literatura.
Kaelin sufri¨® un shock tan fuerte que no recuerda palabra alguna de la conversaci¨®n con el profesor sueco, solo ¡°un sentimiento de profunda gratitud¡±
Conoc¨ª a Kaelin a trav¨¦s de la SPORE en tumores cerebrales, una beca que solo disfrutan un pu?ado instituciones. Kaelin era co-investigador, sin papel de l¨ªder, en la SPORE de Harvard. La mayor¨ªa de los becados son neurocirujanos o neur¨®logos, ?por qu¨¦ participaba Kaelin, un cient¨ªfico b¨¢sico, en un proyecto centrado en buscar la cura de los tumores malignos del cerebro? Ten¨ªa sus razones. Su mujer, Caroline, una prestigiosa cirujana especializada en c¨¢ncer de mama, famosa por su compasi¨®n ¡ªse la ve¨ªa con frecuencia tomando la mano de una paciente mientras le hablaba¡ª hab¨ªa sufrido un tumor cerebral contra el que nadie pudo hacer nada. Kaelin pidi¨® que en su entierro en lugar de flores se hiciesen donaciones para erradicar los tumores cerebrales.
Un matrimonio muy unido, hab¨ªan fantaseado juntos sobre el Nobel, hab¨ªan discutido c¨®mo se sentir¨ªan si Kaelin lo recibiese, qu¨¦ har¨ªan cuando eso ocurriese. Cuando Caroline falleci¨®, el Nobel dej¨® de interesarle: ¡°Pens¨¦ que casi era mejor que no me lo diesen; iba a ser una experiencia amarga recibirlo sin ella¡±. As¨ª Kaelin comenz¨® su noche emocional.
En su art¨ªculo en la revista Science en 2001, Kaelin public¨® que una prote¨ªna llamada VHL (Von Hippel Lindau) se comportaba como un sensor del ox¨ªgeno al destruir otra prote¨ªna que se activaba con la hipoxia y hab¨ªa sido descubierta por Semenza. Kaelin comenta que se interes¨® en el s¨ªndrome de Von Hippel Lindau, una enfermedad hereditaria caracterizada por la formaci¨®n de tumores muy vascularizados, durante su periodo de jefe de residentes. Era una de esas enfermedades raras¡
Advert¨ªa Gabriel Celaya que exigimos ox¨ªgeno trece veces por minuto. Los vasos sangu¨ªneos y los hemat¨ªes son responsables de llevar oxigeno desde el pulm¨®n a los tejidos. La falta de gl¨®bulos rojos, con el resultado de un bajo reparto de ox¨ªgeno, se denomina anemia. El bloqueo de los vasos sangu¨ªneos, por trombos o ¨¦mbolos, produce isquemia o falta de ox¨ªgeno en los tejidos. Adem¨¢s, los tumores deben generar vasos para conseguir oxigenar las c¨¦lulas de c¨¢ncer y permitirlas crecer. Sin vasos sangu¨ªneos u ox¨ªgeno, no existir¨ªan tumores.
Las aplicaciones pr¨¢cticas de los descubrimientos de Kaelin pasan por la generaci¨®n de f¨¢rmacos que simulan falta de ox¨ªgeno en pacientes con anemia. Esta falsa hipoxia provoca una masiva producci¨®n de gl¨®bulos rojos, mejorando los s¨ªntomas de los pacientes con anemia. F¨¢rmacos que mejoren la utilizaci¨®n del ox¨ªgeno podr¨ªan usarse para tratar situaciones de isquemia, como la angina de pecho o los ictus. Otra aplicaci¨®n de estos nuevos f¨¢rmacos ser¨ªa la inhibici¨®n de vasos sangu¨ªneos en tumores, asfixiando sus c¨¦lulas. Estos f¨¢rmacos se est¨¢n probando en estudios cl¨ªnicos en pacientes con anemia y con c¨¢ncer de ri?¨®n en el mundo occidental.
En el funeral de su esposa, en lugar de flores,?Kaelin? quiso que se hiciesen donaciones para erradicar los tumores cerebrales
Semenza, Ratcliffe y Kaelin recibir¨¢n el prestigioso galard¨®n el 10 de diciembre. No creo que ese d¨ªa a Semenza o a Rafklin les d¨¦ por pensar que la historia de la ciencia no puede contarse a trav¨¦s de la biograf¨ªa de los Premios Nobel. Las omisiones, la misoginia y los errores han sido demasiado frecuentes y relativizan la fuerza hist¨®rica de los Nobel. Solo dos espa?oles han recibido el Nobel de Medicina, Santiago Ram¨®n y Cajal y Severo Ochoa, y este ¨²ltimo fue galardonado por error. No olvidemos tampoco que Fibiger gan¨® el Nobel de Medicina por identificar el germen que causaba el c¨¢ncer, pero su Spiroptera carcinoma ni causaba c¨¢ncer, ni exist¨ªa. Por este error, Suecia penaliz¨® sin premios a la investigaci¨®n sobre c¨¢ncer en los siguientes a?os. De hecho, el primer Premio Nobel de Medicina a la terapia del c¨¢ncer fue dado a Allison y Honjo el a?o pasado, 118 despu¨¦s del primer Nobel. La ciencia es una empresa colectiva: premiar un m¨¢ximo de tres cient¨ªficos por a?o parece insuficiente, cuando no absurdo o irrelevante.
La majestuosa y emocional ceremonia en la que los cient¨ªficos pueden sentirse miembros de la aristocracia por un d¨ªa no afectar¨¢ a William Kaelin. Por encima de cualquier pompa y circunstancia, ¨¦l estar¨¢ pensando en Caroline.
Juan Fueyo es?neur¨®logo en el Hospital MD Anderson (EE UU) y escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.