Gancedo, una familia con mucha tela
De importar creaciones exclusivas a exportar pa?os fabricados en Espa?a. A punto de cumplir 75 a?os, la casa Gancedo aspira a convertirse en foro sobre interiorismo y artesan¨ªa.
EL PAPEL PINTADO es muy resistente. Su mantenimiento, f¨¢cil: dura mucho m¨¢s que la pintura. Por eso, tras casi cuatro d¨¦cadas, ha vuelto¡±. Nati Gancedo es la cuarta hija de una familia de seis hermanos en la que cinco capitanean el negocio familiar. Son muchas las tendencias decorativas que esta m¨ªtica tapicer¨ªa ha visto cambiar en 75 a?os. A veces llegan de la mano de la moda: ¡°Este invierno, el terciopelo estar¨¢ en los sof¨¢s y en los cuerpos¡±, apunta Emmeline, la hermana responsable del equipo de dise?o. Otras veces ¡°el minimalismo acall¨® cualquier atisbo de color¡±, subraya Beatriz, encargada de marketing. Ellas tres y sus hermanos Manuel y Jos¨¦ son la tercera generaci¨®n al mando de una de las empresas familiares con m¨¢s solera de Espa?a.
Oriundo de Villablino, en Le¨®n, el fundador de las tapicer¨ªas, Pepe Gancedo Otero, era hijo de ganaderos y tras estudiar en la Fundaci¨®n Sierra-Pambley ¡ªque ide¨®, entre otros, el fil¨®sofo Francisco Giner de los R¨ªos¡ª viaj¨® a Madrid para aprender el oficio con unos familiares en la tapicer¨ªa Rodr¨ªguez Hermanos. Corr¨ªa 1945 cuando eligi¨® Barcelona para abrir negocio propio con su hermano Bernardo. ¡°Aunque eran tiempos dif¨ªciles, decidi¨® que la ubicaci¨®n en el centro y la calidad ser¨ªan innegociables¡±, habla ahora Manuel. Esa decisi¨®n, en plena posguerra, supuso abrir una ventana al mundo al importar dise?os de Morris & Co., Marimekko o Luigi Bevilacqua que nunca se hab¨ªan visto en una Espa?a con muchas carencias. ¡°Toda la vida he escuchado que cuando descargaban los rulos de tela, los tapiceros llegaban corriendo y se las quitaban de las manos¡±, evoca Beatriz.
Exportan el 20% de cuanto producen en sus talleres de Sollana, Valencia, y desde hace siete a?os tienen una delegaci¨®n en M¨¦xico
La tienda de la Rambla de Catalu?a se convirti¨® en el centro de la vida familiar. La mujer del fundador, Natividad Bag¨¢, que era maestra, se incorpor¨® al negocio. Su hijo Pepe, que estudi¨® Ingenier¨ªa Textil en Terrassa y presum¨ªa de haber comenzado barri¨¦ndola, ¡°hac¨ªa lo que hiciese falta¡±, dice Beatriz, y a?ade: ¡°Lo mismo que nosotros¡±. ?l fue el que multiplic¨® y redefini¨® la empresa. Ese hijo de leon¨¦s y catalana, Pepe Gancedo Bag¨¢, abri¨® tiendas en Bilbao, Oviedo, Valencia, M¨¢laga, Granada, Torremolinos y Palma de Mallorca. Y la acerc¨® al mundo de la cultura. Como la primera tienda en Madrid, en la calle de Recoletos, estaba al lado del Caf¨¦ Gij¨®n, Gancedo se aficion¨® a las tertulias y no tard¨® en llevar el arte y el dise?o a su negocio. Al excepcional arquitecto Curro Inza le encarg¨® las tiendas de Madrid y Barcelona. ¡°A pintores como Cuixart o escultores como Gerardo Rueda y el grupo de Cuenca, alfombras¡±, explica Jos¨¦. ¡°Como ingeniero textil, su sue?o era abarcar todo el proceso: desde la selecci¨®n de las calidades de los hilos hasta la fabricaci¨®n y comercializaci¨®n de las telas¡±.
La propia Beatriz ¡ªque acompa?aba a su padre por las ferias internacionales desde muy joven¡ª recuerda que siempre les dejaba opinar.
Tambi¨¦n que en la Espa?a de los setenta hab¨ªa cuotas de importaci¨®n. ¡°Por eso ten¨ªamos que calcular la cantidad de algod¨®n o lino que pod¨ªamos traer¡±, explica Beatriz. En la actualidad exportan el 20% de cuanto producen en sus telares de Sollana, en Valencia, fundamentalmente a Europa. Hace siete a?os abrieron delegaci¨®n en M¨¦xico, donde Pepe Muixi Gancedo inaugura la cuarta generaci¨®n al mando.
Con ese pasado, los hermanos reconocen que su mayor logro empresarial ha sido parcelar las decisiones y unirse para entender su negocio como ¡°una especie de centro cultural de las telas¡±, coinciden. No hay grandilocuencia en la definici¨®n: uno aprende con cada visita a sus tapicer¨ªas.
?Sabr¨ªa usted diferenciar entre el terciopelo y la chenilla? ¡°El primero se teje con dos urdimbres y una trama; la chenilla, que es m¨¢s vasta, con un hilo piloso¡±, explica Beatriz. En Gancedo responden dejando tocar las telas.
La tapicer¨ªa es un oficio artesano transmitido de generaci¨®n en generaci¨®n. Hoy muchos tapiceros no tienen a qui¨¦n pasar su negocio y conocimientos. Para interesar a las nuevas generaciones y evitar que desaparezca la profesi¨®n, Emmeline defiende la creaci¨®n de escuelas-taller.
Pepe Gancedo perteneci¨® a una sociedad que se implicaba en el crecimiento y la mejora de su ciudad. En 1968 lanz¨® una de las primeras revistas de decoraci¨®n: TG, con un listado de exposiciones en galer¨ªas de arte y un directorio de tapiceros que ¨¦l consideraba artesanos del mueble. Es justamente eso, la tienda como activo cultural, lo que sus hijos quieren recuperar con un nuevo local ideado por la arquitecta Teresa Sapey que acaban de inaugurar en Madrid. A la italiana la eligieron por votaci¨®n: ¡°Trajo luz y actualiz¨® la relaci¨®n con los tejidos¡±, explica Manuel.
En Gancedo calculan que una tendencia en interiorismo permanece vigente durante unos cuatro a?os. Ellos exponen sus colecciones cada enero en la feria Paris Deco Off. Y aunque nunca han dejado de importar, con el siglo XXI comenzaron a exportar. En una plantilla de 130 trabajadores cuentan con 6 dise?adores que crean y prueban hilos y texturas en la f¨¢brica. All¨ª tambi¨¦n se realizan flecos, borlas, cordones y galones en telares antiguos que a¨²n conservan. ¡°Debemos ser de los pocos fabricantes de pasamaner¨ªa que quedan en Espa?a¡±, apunta Manuel. Trabajando en la actualizaci¨®n e internacionalizaci¨®n de la marca, aseguran que no temen las modas porque las han visto pasar.
Las novedades llegan a las casas a trav¨¦s de las redes sociales. Pero en la tienda se puede tocar y aprender
Incluida la funda n¨®rdica blanca, que reina en los hoteles. Defienden que a ellos tambi¨¦n les gusta la frescura y la limpieza. Pero advierten que ¡°los hoteles necesitan las telas para poder mantener el silencio¡±. Saben de qu¨¦ hablan: trabajan para grupos como Marriott, Hesperia, Meli¨¢ o Palladium.
Defienden que, adem¨¢s, las telas contribuyen a la democratizaci¨®n de la decoraci¨®n. ¡°Con una inversi¨®n limitada y sin complicaciones de obras, tienen el poder de transformar un espacio¡±, explica Beatriz. ¡°Conseguimos dar una segunda vida a un sof¨¢. Esto, en la cultura del usar y tirar en la que vivimos, es un legado y un compromiso¡±.
M¨¢s all¨¢ del eterno retorno de la vanguardia, creen que hoy las novedades llegan a las casas a trav¨¦s de las redes sociales. Pero es eso lo que hace que luego se acerquen a la tienda. Es ah¨ª donde se puede mirar, tocar, preguntar y aprender, y ahora tambi¨¦n comprar bolsos y pantallas de l¨¢mparas. ?Por qu¨¦? ¡°Porque con las telas se pueden hacer muchas cosas. Los art¨ªculos que elaboramos con nuestras colecciones hablan de todo lo que dan de s¨ª¡±, contin¨²a Emmeline.
En el pasado, Gancedo tapiz¨® asientos en aviones de Iberia, butacas en barcos de Transmediterr¨¢nea y hasta de la casa de los entonces Pr¨ªncipes de Espa?a. ¡°Hoy colaboramos con Patrimonio Nacional y nos codeamos con los decoradores, arquitectos e interioristas m¨¢s punteros¡±.
Actualizar su legado no es f¨¢cil. Buscar la vanguardia en tiempos de redes sociales exige astucia, conocimiento y sosiego. Aseguran que les interesan las novedades que llegan para quedarse. Y las buscan encargando intervenciones en sus tiendas y apoyando a los j¨®venes creadores con premios como el ideado para la Escuela de Artes Decorativas de Madrid.
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