Grandes fracasos que han hecho de este un mundo mejor
Un museo sueco exhibe todo lo que sali¨® mal cuando todav¨ªa no decid¨ªan los algoritmos
Si el mundo de ayer se hubiese planeado como el de ahora ¨Chay m¨¢s consultores y project managers que fontaneros arreglando tuber¨ªas¨C, McDonald's nunca habr¨ªa sacado en los ochenta una hamburguesa deconstruida. La McDLT manten¨ªa la carne caliente a un lado, y la lechuga y el tomate frescos y crujientes al otro. Muri¨® sin ¨¦xito porque no tiene sentido separar los ingredientes de una hamburguesa, un plato que siempre se ha comido con las dos manos, y obligar al comensal a juntar sus partes, en un sitio adem¨¢s de fast food, adonde vas principalmente porque ni tienes ganas de cocinar, ni siquiera de cenar con cubiertos.
Igual suerte tuvieron los sistemas AromaRama y Smell-O-Vision, que en las salas de cine emit¨ªan olores en sinton¨ªa con las escenas, el primero desde el aire acondicionado y el segundo por debajo de las butacas, para recuperar al p¨²blico que en los cincuenta prefer¨ªa quedarse en casa viendo la tele. De lo anecd¨®tico que era el resultado, John Waters lo reprodujo en las sesiones de su pel¨ªcula Polyester.
Otro caso m¨¢s: la m¨¢scara de pl¨¢stico Rejuvenique. Seg¨²n la teor¨ªa, tonificaba las 12 zonas del rostro vulnerables a la edad a partir de impulsos el¨¦ctricos que pod¨ªan manejarse con una bater¨ªa de nueve voltios. ¡°Rejuvenique es a la cara lo que el deporte al cuerpo¡±, le comentaba el inventor a la actriz Linda Evans, imagen del producto, en un v¨ªdeo promocional de 1999.
Hoy, su publicidad se la hace el Museo del Fracaso en Helsingborg, Suecia. Pero, ojo, dice ese museo que toda innovaci¨®n requiere un gran error. El problema es que ya solo se dise?a en base a lo que ha funcionado. Tanto director creativo para que, total, la sociedad se haya quedado reducida a un espejo con forma de algoritmo.
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