El mayor patriota de Hollywood es un alem¨¢n
Roland Emmerich es el responsable de partir en dos al p¨²blico estadounidense: a unos su cine les hace ondear las banderas nacionales y otros solo ven una patra?a propagand¨ªstica. Despu¨¦s de 'Independence Day' y 'Godzilla' ahora ataca con 'Midway'
Los ejecutivos le aseguraron a Roland Emmerich (Suttgart, 1955) que el p¨²blico estadounidense jam¨¢s podr¨ªa disfrutar con la imagen de la Casa Blanca explotando por los aires, a lo que el director respondi¨®: ¡°La gente est¨¢ muy frustrada con los pol¨ªticos y va a jalear esa escena¡±. Independence Day fue la segunda pel¨ªcula m¨¢s taquillera de la historia en 1996.
Emmerich, un alem¨¢n homosexual, inyect¨® un chute de adrenalina en la virilidad y el patriotismo yankis sin iron¨ªa, sin pudor y sin l¨ªmites, export¨¢ndolos como cualquier otro producto de consumo made in USA. En realidad, para optimizar costes, la mano de obra era extranjera (los t¨¦cnicos de Independence day eran alemanes), pero los h¨¦roes eran machos americanos: soldados, civiles y hasta el presidente, que declaraba que el 4 de julio ser¨ªa ¡°el d¨ªa de la independencia de la especie humana¡±. Estados Unidos deten¨ªa una invasi¨®n y aprovechaba para emprender otra.
Despu¨¦s Emmerich rod¨® Godzilla, cuya virilidad ya te hac¨ªa bullying desde el p¨®ster (¡°El tama?o S? importa¡±) y donde los americanos Matthew Broderick y Hank Azaria eran unos cobardes: el ¨²nico con agallas era franc¨¦s (Jean Reno). Fracas¨® en taquilla.
Tras los atentados de las Torres Gemelas, Joe Viskocil, el dise?ador de las destrucciones masivas de Independence Day, se pas¨® dos semanas sin salir de casa convencido de que ¨¦l hab¨ªa inspirado a los terroristas para lograr un impacto visual: aquel ataque tambi¨¦n dur¨® algo menos de dos horas y tuvo sus h¨¦roes (los bomberos), su villano (Osama Bin Laden) y su secuela (la guerra de Irak). El patriotismo ya no pod¨ªa entenderse sin espect¨¢culo.
Con Midway (que se acaba de estrenar), el realizador vuelve a facturar una pel¨ªcula espect¨¢culo acerca de una de las batallas m¨¢s sangrientas y ¨¦picas de la Segunda Guerra Mundial. Para Emmerich, el espect¨¢culo no tiene fin.
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