Internet con fronteras
Poco a poco el mundo digital se va pareciendo m¨¢s a un conjunto de entornos aislados, controlados por un pu?ado de actores p¨²blicos y privados, donde los usuarios interact¨²an hasta donde pueden
En Rusia acaba de entrar en vigor la llamada Ley de Internet Soberana, que permite que el organismo que vigila a los medios, el Roskomnadzor, pueda bloquear todo contenido que considere sospechoso. No se necesita ni orden judicial ni pedir permiso a los proveedores de telecomunicaciones. En caso de ¡°emergencia¡± (circunstancia que ser¨¢ determinada por el Kremlin), se puede dejar al pa¨ªs literalmente desconectado del resto del mundo. El presidente Putin est¨¢ obsesionado con poder tirar del enchufe si lo necesita. Asegura que quiere evitar ciberataques, pero no olvida las movilizaciones online de 2011, cuando los internautas rusos colgaron en redes sociales documentos que probaban irregularidades en las elecciones. Entonces se tomaron las represalias habituales: detenciones, bloqueo de p¨¢ginas, m¨¢s censura. Ahora se quiere poner toda la infraestructura bajo control pol¨ªtico.
Internet naci¨® como una promesa de libertad y apertura. Pero 30 a?os m¨¢s tarde el paradigma est¨¢ en riesgo. La Red se ha ido haciendo m¨¢s r¨¢pida y m¨¢s barata, aunque no m¨¢s libre. Le ha abierto ventanas al mundo a millones de personas y ha contribuido al desarrollo econ¨®mico, si bien eso se ve amenazado por una creciente opacidad. Poco a poco el mundo digital se va pareciendo m¨¢s a un conjunto de entornos aislados, controlados por un pu?ado de actores p¨²blicos y privados, donde los usuarios interact¨²an hasta donde pueden. Rusia fue uno de los pa¨ªses que en 2010 se plantaron en una agencia de la ONU para pedir fronteras soberanas en el mundo digital. No lo consiguieron.
Desde entonces se han ido inspirando en el modelo chino, el Internet aut¨®nomo y controlado por excelencia. Hay otros pa¨ªses con un Internet aislado, como Corea del Norte o Bielorrusia, pero no son representativos: China ha conseguido una Red censurada pero potent¨ªsima y con vida propia al mismo tiempo. Tiene sus propios buscadores, sus propias Apps, y una Gran Muralla digital que elimina el acceso a contenidos prohibidos desde mediados de los noventa. Muchas p¨¢ginas extranjeras est¨¢n bloqueadas, al igual que las informaciones sobre episodios hist¨®ricos como la matanza de Tiananmen. A los usuarios se les exigen sus datos reales en redes sociales y los gigantes tecnol¨®gicos como Alibaba o Tencent, aunque sean independientes financieramente, mantienen una relaci¨®n estrecha con el Partido Comunista Chino y su aparato de seguridad. La contrapartida es que en ning¨²n otro punto del planeta se da una cultura online tan ingeniosa para hablar de lo prohibido.
La decadencia de la Red no viene solo de los sistemas autoritarios. Estados Unidos aplica la hipervigilancia a sus ciudadanos, como demostr¨® Edward Snowden con sus revelaciones sobre la NSA. Otros Gobiernos est¨¢n aumentando el control, aunque lo disfracen de lucha contra la desinformaci¨®n. Y, pese a todo, solo podemos confiar en Occidente para dar un golpe de tim¨®n que redirija el rumbo de Internet. @anafuentesf
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