Sectarismo en la India
El primer ministro Modi pone en peligro el Estado laico e integrador con sus leyes discriminatorias con los musulmanes
La modificaci¨®n en la ley de ciudadan¨ªa por el Gobierno de la India, que ha provocado una oleada de protestas con al menos diez muertos y decenas de heridos y detenidos, representa un peligro para la convivencia, siempre delicada, en este pa¨ªs de 1.200 millones de habitantes, pero se alza tambi¨¦n como una amenaza para la estabilidad regional porque puede aumentar la tensi¨®n con Pakist¨¢n, ya muy elevada. Se trata adem¨¢s de?nueva demostraci¨®n de sectarismo por parte del primer ministro Narendra Modi, del partido nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP), que cada vez deja m¨¢s claro que pretende alejarse del esp¨ªritu integrador de los fundadores de la India moderna, empezando por Mahatma Gandhi, y gobernar solo para la mayor¨ªa hind¨², excluyendo a los casi 200 millones de musulmanes que, le guste o no a Modi, son ciudadanos de pleno derecho.
La nueva legislaci¨®n concede asilo y ciudadan¨ªa a cualquier inmigrante indocumentado de varios pa¨ªses de la regi¨®n, siempre y cuando no pertenezca a la comunidad musulmana. Se trata de una medida claramente discriminatoria porque, si bien es cierto que los que no son musulmanes pueden sufrir persecuciones en pa¨ªses como Pakist¨¢n o Afganist¨¢n, resulta evidente que cualquier persona, independientemente de su credo, puede convertirse tambi¨¦n en una v¨ªctima de violencia y ser amenazada en esos lugares. El mensaje no puede ser m¨¢s claro: los musulmanes no son bienvenidos. Y se suma, adem¨¢s, a otra serie de medidas adoptadas por el Gobierno nacionalista indio, claramente en contra de la poblaci¨®n musulmana.
Poco despu¨¦s de ser reelegido en mayo por una amplia mayor¨ªa, Modi acab¨® con la autonom¨ªa de Jammu Cachemira, el ¨²nico Estado indio de mayor¨ªa musulmana y una fuente de conflicto permanente con Pakist¨¢n desde la partici¨®n de 1947. Lanz¨® adem¨¢s redadas masivas que acabaron con cientos de detenciones y cort¨® Internet para aislar a este territorio del mundo. Tambi¨¦n lanz¨® un programa de revisi¨®n de ciudadan¨ªa en el Estado de Asam, que pod¨ªa convertir a dos millones de musulmanes indios en ap¨¢tridas.
Su respuesta a las protestas de los ¨²ltimos d¨ªas ha demostrado tambi¨¦n un reflejo autoritario: ha activado una ley colonial para prohibir las movilizaciones, ha limitado Internet y ha detenido a decenas de personas. En vez de frenar las protestas, estas han aumentado, con la participaci¨®n de indios de todas las clases y credos, que quieren defender una democracia laica. El futuro de una India en paz pasa sobre todo por renunciar al sectarismo incendiario que est¨¢ demostrando Modi y por la construcci¨®n de una sociedad de ciudadanos, m¨¢s all¨¢ de cualquier divisi¨®n religiosa. Pero los primeros meses de su segundo mandato invitan al pesimismo.
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