De la esperanza al abismo; de la sublevaci¨®n a la transici¨®n
La ca¨ªda de Evo Morales fue resultado de un proceso largo. Se transit¨® durante 14 a?os de la esperanza al vaciamiento, de este al prorroguismo, violando la Constituci¨®n, de ah¨ª al fraude y al abismo
La ca¨ªda de Evo Morales fue resultado de un proceso largo. Podr¨ªa decir que se transit¨® durante 14 a?os de la esperanza al vaciamiento, de este al prorroguismo, violando la Constituci¨®n, de ah¨ª al fraude y al abismo.
De esta manera se liquid¨® la mayor oportunidad hist¨®rica que tuvo el pa¨ªs para resolver problemas centenarios. El fracaso del Movimiento al Socialismo (MAS) se visibiliz¨® reci¨¦n en el refer¨¦ndum del 21 de febrero de 2016, cuando el prorroguismo fue derrotado en las urnas. Esa mayor¨ªa le dijo a Evo Morales que, luego de una d¨¦cada, los grandes problemas permanec¨ªan irresolutos, que se hab¨ªa defraudado la esperanza nacional. Desde el Gobierno no se ley¨® el mensaje de las urnas y se enrumb¨® al abismo.
Entonces a la fractura de la ¨¦tica, las libertades, lo ind¨ªgena y las instituciones se sum¨® la fractura de la Constituci¨®n cuando decidieron no respetar el veredicto popular. Utilizando el Tribunal Constitucional y el Tribunal Electoral, Evo Morales se habilit¨® como candidato para un cuarto mandato en las elecciones del 20 de octubre. La mayor¨ªa del pa¨ªs nunca acept¨® esta imposici¨®n y durante 3 a?os se pas¨® de la impotencia a la bronca. Hab¨ªa una conciencia de no aceptar el prorroguismo y ¨¦sta se expres¨® el 20 de octubre. El rechazo ciudadano, de dimensi¨®n inesperada, se volc¨® en las urnas y el Gobierno, torpe y de modo premeditado, apel¨® al fraude. Veinte d¨ªas de movilizaci¨®n ciudadana y Evo Morales tuvo que renunciar y huir del pa¨ªs, de manera casi id¨¦ntica a otro presidente de Bolivia que, a inicios de siglo, mostr¨® el mismo agotamiento y miop¨ªa que Morales ahora.
No hubo golpe, fue una sublevaci¨®n popular
No se produjo un ¡°golpe de Estado¡±. Evo Morales, y su populismo autoritario, no ten¨ªa nada m¨¢s que ofrecer al pa¨ªs. Por ello apelaron al fraude que provoc¨® la ira ciudadana. Solo quedaba entonces la renuncia y la huida. No ha habido otra movilizaci¨®n, rebeli¨®n, parecida en los 37 a?os de vida democr¨¢tica y, teniendo en cuenta las distancias hist¨®ricas, ha sido la mayor en la vida del pa¨ªs.
La juventud sali¨® a la calle, fue la protagonista, en defensa de su voto, con una nueva conciencia antiautoritaria acumulada m¨¢s en causas que en ideolog¨ªas que se excluyen. Entre sus grandes causas est¨¢ la defensa del Territorio Ind¨ªgena y Parque Natural del TIPNIS, la defensa del voto y el respeto del 21-F y la cr¨ªtica a los incendios en la Chiquitania. Esta lucha se irradia muy r¨¢pido y de ella es parte la juventud de sectores populares que, si bien generados por el modelo gubernamental que ampli¨® los sectores medios, no se identificaban con un gobierno autoritario.
Los fabriles de Cochabamba, los gremiales de La Paz, los mineros cooperativistas de Potos¨ª y los cocaleros de Los Yungas le dieron una fuerte impronta popular a la revuelta. Los comit¨¦s c¨ªvicos fueron tambi¨¦n la expresi¨®n vigorosa de este ciclo y desde Santa Cruz se asumi¨® la conducci¨®n global. La conducci¨®n pol¨ªtica tradicional fue a la zaga de la direcci¨®n c¨ªvica porque se entramp¨® en el c¨¢lculo, se distanci¨® de la movilizaci¨®n y perdi¨® la calle, escenario definitorio de la crisis.
Los ¡°cabildos¡± se sucedieron de manera permanente en muchas ciudades durante las tres semanas de la protesta. La consigna m¨¢s repetida: nadie se cansa, nadie se rinde, resumi¨® la voluntad nacional, mal calibrada por un gobierno que no sali¨® de la perplejidad, cedi¨® la calle y a partir de ello sufri¨® la fisura de la institucionalidad gubernamental con el mot¨ªn policial y la neutralidad castrense.
?Qu¨¦ se ha desplomado y ca¨ªdo? ?Es solo un gobierno, un r¨¦gimen o es todo un ciclo estatal agotado que se ha venido abajo? Es esencial plantearse estas cuestiones para encarar integralmente la transici¨®n abierta luego del desplome.
Se trata de una transici¨®n democr¨¢tica y por lo mismo su primer momento es un momento electoral, encabezado, luego de la sucesi¨®n constitucional, por el Gobierno transitorio de la senadora Jeanine ??ez. Las tareas principales son convocar nuevas elecciones con un nuevo ¨®rgano electoral, pacificar, normalizar el funcionamiento del Estado y desmontar la estructura gubernamental masista.
La presidenta Jeanine ??ez, con el peso de los enfrentamientos y los muertos, las dificultades de lo imprevisto, de lo transitorio y lo improvisado, est¨¢ llevando bien este momento.
Son otros tres los actores principales de m¨¢s largo alcance de esta transici¨®n:
Comunidad Ciudadana (CC) con Carlos Mesa que logr¨® m¨¢s de dos millones de votos; el movimiento c¨ªvico que encabez¨® la sublevaci¨®n en las calles a la cabeza de Luis Fernando Camacho y el MAS que, aunque sin cabeza, subsiste.
CC tiene que reajustar casi todo su andamiaje, desde su binomio hasta sus listas, pasando por su programa y su estrategia. Carlos Mesa gan¨® las urnas el 20 de octubre pero casi al d¨ªa siguiente perdi¨® la calle. Obtuvo m¨¢s de dos millones de votos pero no promovi¨® una nueva opci¨®n militante en la gente.
El movimiento c¨ªvico tiene que ¡°hacerse¡±. Su audacia, cercan¨ªa con la calle, su manejo de lo simb¨®lico alcanzaron para promover la ca¨ªda pero no bastan para mostrarse como un proyecto nacional capaz de redefinir las tareas b¨¢sicas de la reconfiguraci¨®n gubernamental que el pa¨ªs reclama.
Peor si detr¨¢s de la audacia se mantienen pr¨¢cticas prebendales o se oculta una visi¨®n conservadora o fundamentalista.
Finalmente el MAS, que debe reinventarse. ?Podr¨¢ el MAS encarar un verdadero post-evismo? ?Podr¨¢ relanzar un nuevo ¡°proyecto de cambio¡± sin el caudillo? O lo m¨¢s importante a responder: ?Qu¨¦ pas¨® con su proceso de cambio? O recordando otro tiempo, ?d¨®nde se jodi¨® el MAS?
Si este partido se queda en el revanchismo, en negar el agotamiento, las fracturas y el fraude, de la ca¨ªda puede pasar a la crisis y la implosi¨®n lapidando un proyecto que pudo ser distinto y una base social que a¨²n se mantiene a pesar de las traiciones.
Juan del Granado es abogado y fue alcalde de La Paz (Bolivia) de 2000 a 2010.
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