Cinco a?os

Felipe VI ha cumplido cinco a?os como jefe del Estado y su discurso de Nochebuena aprovech¨® esta circunstancia para establecer un balance de las fortalezas del pa¨ªs, as¨ª como de las dificultades a las que se enfrenta. Unas, derivadas de la realidad mundial en transformaci¨®n y sometida a desaf¨ªos como el cambio clim¨¢tico; otras, sin embargo, resultado de circunstancias estrictamente internas. Frente a unas y otras dificultades, Felipe VI quiso recordar en su discurso que los avances cosechados desde la instauraci¨®n del sistema democr¨¢tico en Espa?a constituyen hoy un s¨®lido capital para superarlas. Y tambi¨¦n que la historia reciente demuestra que el pa¨ªs ha encontrado siempre la manera de poner en pr¨¢ctica el ¨²nico mecanismo para hacerlo: la b¨²squeda de acuerdos entre intereses, experiencias y visiones diferentes.

Felipe VI prest¨® particular atenci¨®n a los efectos de la desigualdad provocada por la crisis econ¨®mica, y tambi¨¦n por las transformaciones sociales que han acarreado las tecnolog¨ªas de la era digital y los procesos econ¨®micos que desbordan las fronteras nacionales. Al se?alar esos efectos, y al colocarlos entre los problemas que Espa?a debe abordar y resolver, el discurso de Felipe VI invit¨® a no resignarse ante ninguna fractura que haya podido aflorar durante estos a?os. Ni la fractura social, derivada del alto desempleo que sigue padeciendo Espa?a, particularmente entre los m¨¢s j¨®venes, ni tampoco la que procede de una ancestral discriminaci¨®n de la mujer. Los instrumentos para dejar atr¨¢s ambas situaciones existen en un Estado social y democr¨¢tico de derecho como es Espa?a, por m¨¢s que deban seguir siendo mejorados. Tambi¨¦n existe y se ha asentado entre los ciudadanos el inequ¨ªvoco compromiso con los valores de libertad, igualdad y solidaridad.

El discurso no evit¨® referirse a la situaci¨®n pol¨ªtica que atraviesa el pa¨ªs desde la repetici¨®n de las elecciones generales del pasado mes de noviembre, poniendo el acento en el funcionamiento de los mecanismos constitucionales, en los que el jefe del Estado ha cumplido escrupulosamente su papel proponiendo un candidato a la presidencia del Gobierno despu¨¦s de haber escuchado a los grupos parlamentarios. Catalu?a apareci¨® una ¨²nica vez en la intervenci¨®n de Felipe VI, pero en un contexto del que se desprend¨ªa la importancia que concede a la crisis territorial como jefe del Estado; tambi¨¦n la confianza en encontrar una soluci¨®n que reafirme la voluntad de integraci¨®n y de respeto a las diferencias plasmada en la Constituci¨®n.

Felipe VI record¨® que, por inciertos que puedan ser los tiempos, encontrar las certezas elementales que permiten avanzar a un pa¨ªs en tolerancia, cohesi¨®n y prosperidad exige no dejarse arrastrar por los extremos, ni librarse a lo que defini¨® como ¡°una autocr¨ªtica destructiva¡±. El momento para hacerlo era oportuno, puesto que, reclamada la atenci¨®n de todos por los problemas m¨¢s urgentes, es f¨¢cil olvidar que el sistema constitucional establecido en 1978 no ha dejado en ning¨²n momento de ofrecer respuestas en cada terreno en que se ha necesitado. Los cinco a?os de Felipe VI encarnando la m¨¢xima representaci¨®n de ese sistema no han sido f¨¢ciles, ni en sus comienzos ni en su desarrollo. Y es justo reconocer que el papel desempe?ado hasta ahora ha estado a la altura.

EL MENSAJE DE NAVIDAD DEL REY