Cuotas de consejeras

La presencia de mujeres en los consejos de administraci¨®n de las empresas cotizadas en Bolsa deb¨ªa llegar al 30% en 2020. Ese es el mandato del C¨®digo de Buen Gobierno promovido en 2015 por la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. Faltan horas para el 2020 y ni siquiera las 35 grandes corporaciones del selectivo Ibex 35, las de mayor volumen, han alcanzado el objetivo: se han quedado en el 27,41%. Hay que reconocer el esfuerzo realizado por algunas sociedades, pero hemos de lamentar que todav¨ªa hay un n¨²mero considerable de grandes empresas que muestran una inaceptable resistencia a la paridad, con porcentajes inferiores al 20%.

Si el c¨®digo de autorregulaci¨®n no da los frutos esperados, habr¨¢ que revisar si ese mecanismo es suficiente para promover la igualdad en el gobierno de las empresas. El art¨ªculo 529 de la Ley de Sociedades establece que los consejos de administraci¨®n deber¨¢n facilitar ¡°la selecci¨®n de consejeras en n¨²mero que permita alcanzar una presencia equilibrada de mujeres y hombres¡±. El objetivo del 30% autoimpuesto en el C¨®digo de Buen Gobierno no es una presencia equilibrada. Est¨¢ diez puntos por debajo de los est¨¢ndares de paridad que desde la Conferencia de Naciones Unidas de 1995 en Beijing figura en todo tipo de tratados y convenios internacionales ¡ªque ning¨²n sexo tenga una representaci¨®n inferior al 40%¡ª y veinte puntos por debajo de la paridad estricta, que ser¨ªa del 51%.

La adopci¨®n del c¨®digo supuso un avance, porque estableci¨® una cuota voluntaria bajo el principio de ¡°cumplir y explicar¡±, lo que obliga a las empresas incumplidoras a justificarlo en el informe anual. Pero las expectativas no se han cumplido. El precio reputacional de no cumplir el objetivo no es un incentivo suficiente en muchos casos para vencer las inercias de una cultura empresarial que prioriza la elecci¨®n de hombres porque son hombres los que deciden. El actual predominio de hombres favorece unos m¨¦todos de selecci¨®n de consejeros que tiende a perpetuar el dominio masculino. A ello hay que a?adir requisitos que son ¨²tiles para el buen gobierno pero en la actual situaci¨®n de desigualdad perjudican a las mujeres, por ejemplo la exigencia de experiencia previa como consejeros en corporaciones de igual o superior tama?o.

Los c¨®digos de autorregulaci¨®n, basados en la voluntariedad, son un buen instrumento siempre que haya voluntad de cumplirlos. De lo contrario, se convierten en una r¨¦mora para el progreso. Su principal debilidad estriba en que exigen una presi¨®n constante para hacer cumplir los objetivos y los resultados suelen ser decepcionantes. Y, lo que es peor, los avances alcanzados pueden ser reversibles como se ha visto en algunas empresas. Se ha demostrado que las cuotas son un mecanismo eficaz para romper inercias. Si las voluntarias no consiguen una mejora sustancial, habr¨¢ que establecer cuotas obligatorias.