Los secretos pol¨ªticos y amorosos del El¨ªseo
El historiador Jean Garrigues hace un recorrido por la larga lista de esc¨¢ndalos sexuales de presidentes y dirigentes franceses


Vistos con perspectiva, los l¨ªos amorosos de los ¨²ltimos presidentes de Francia que llenaron en su momento portadas, desde la familia secreta de Fran?ois Mitterrand a las m¨²ltiples amantes de Jacques Chirac, pasando por el divorcio y nueva boda, en pleno mandato, del conservador Nicolas Sarkozy o las escapadas a ver a su amante inmortalizadas por paparazzi del socialista Fran?ois Hollande, son peccata minuta si se comparan con los protagonizados por antecesores suyos. Sus affaires habr¨ªan provocado las risas de buena parte de los antiguos inquilinos del El¨ªseo, un palacio, hoy sede presidencial, salpicado de esc¨¢ndalos de faldas desde que fue construido, a principios del siglo XVIII.
Aunque lo erigi¨® con el dinero de su mujer, Marie-Anne Crozat, hija de un banquero con la que el conde de ?vreux se cas¨® por su fortuna, la joven esposa pis¨® una ¨²nica vez el suntuoso palacio, el d¨ªa de su inauguraci¨®n en diciembre de 1720. Esa misma noche, Henri de La Tour d' Auvergne, el noble pero pobret¨®n conde de ?vreux, se instal¨® en la ¡°casa de recreo m¨¢s bella de los alrededores de Par¨ªs¡±, como se llam¨® al El¨ªseo en su momento, con su tambi¨¦n aristocr¨¢tica amante, la duquesa de Lesdigui¨¨res. A la muerte del conde, en 1753, el El¨ªseo fue adquirido por otro personaje no menos controvertido de la historia francesa, Jeanne-Antoinette Poisson, madame de Pompadour, la amante favorita de Luis XV.
Pero las suntuosas paredes palaciegas a¨²n no lo hab¨ªan visto todo. El 16 de febrero de 1899, Felix Faure, presidente de Francia, fallece en las dependencias del El¨ªseo rodeado de su esposa y de su hija, v¨ªctima de una ¡°congesti¨®n cerebral¡±¡ o eso es lo que dec¨ªa la versi¨®n oficial, encargada de maquillar el hecho de que Faure hab¨ªa sufrido un ataque en pleno encuentro amoroso con su joven amante en el sal¨®n de Plata, uno de los m¨¢s ic¨®nicos del palacio presidencial y donde unas d¨¦cadas antes Napole¨®n firm¨® su abdicaci¨®n.

Todo esto es contado de manera minuciosa en Una historia er¨®tica del El¨ªseo, de la Pompadour a los paparazzi. Este ¨²ltimo libro ¡ªde una larga lista¡ª sobre los esc¨¢ndalos sexuales de los que ha sido testigo el El¨ªseo no lo ha escrito nadie del mundo del coraz¨®n, ni siquiera de la prensa francesa. Lo firma Jean Garrigues, historiador y presidente del Comit¨¦ de Historia Parlamentaria y Pol¨ªtica. Al tel¨¦fono, reconoce que cuando le propusieron contar estas historias dud¨®. Esa tem¨¢tica ¡°forma parte de los aspectos privados de la funci¨®n p¨²blica y solo puede ser interesante en cuanto nos dice algo de una ¨¦poca o de los personajes que nos han gobernado¡±, explica. Pero fue este mismo razonamiento el que acab¨® por convencerle de la conveniencia de escribir sobre la ¡°er¨®tica del El¨ªseo¡±.
¡°No se trata solo de an¨¦cdotas, de una curiosidad malsana. Nos aclara la personalidad de los que llegan al poder, sobre su manera de concebir la seducci¨®n, pero tambi¨¦n las batallas, las conquistas, la manera de ver la sociedad, la vida y, sobre todo, su forma de concebir el poder. Al menos hasta Nicolas Sarkozy hab¨ªa una concepci¨®n muy mon¨¢rquica, era la omnipotencia, ese creer que un presidente pod¨ªa hacer de todo y permit¨ªrselo todo¡±.
A la par, ¡°tambi¨¦n nos aclara las pr¨¢cticas de una ¨¦poca, la evoluci¨®n de la mentalidad, especialmente en la relaci¨®n de hombres y mujeres, la manera en que consideramos la seducci¨®n, la pareja¡ Todo eso es algo muy interesante en el plano sociol¨®gico, dice mucho del personaje pol¨ªtico mismo y tambi¨¦n sobre una sociedad globalmente en su mirada ante la relaci¨®n hombre-mujer¡±.

De hecho, recuerda Garrigues, sobre las verdaderas circunstancias de la muerte de Felix Faure ¡°hubo algunos art¨ªculos en la prensa, pero la mayor¨ªa de los peri¨®dicos o no hablaron de ello o lo hicieron de manera casi divertida, pero para nada en un tono de condena o reprobaci¨®n, sino m¨¢s bien comprensi¨®n¡±.
Algo que hoy ser¨ªa imposible, como tampoco existir¨ªa tolerancia ni connivencia de la era de Mitterrand, quien durante a?os consigui¨® que nadie revelara que ten¨ªa una hija secreta. O de su predecesor, Val¨¦ry Giscard d'Estaing, sobre quien, recuerda Garrigues, circularon numerosos rumores de infidelidades y de sus famosas salidas nocturnas, sobre todo desde el ¡°accidente lechero¡±, cuando, llegando de madrugada al El¨ªseo al volante de un coche deportivo, en 1974, el presidente habr¨ªa chocado con un cami¨®n de transporte de leche.
¡°La forma en que Giscard, Mitterrand o Chirac ¡ªdel que se cuenta que la noche en que muri¨® Lady Di en Par¨ªs estaba ilocalizable porque se encontraba con su amante, la actriz Claudia Cardinale¡ª vivieron su vida amorosa o ¨ªntima ser¨ªa absolutamente imposible hoy¡±, se?ala Garrigues, apuntando, por un lado, a la ¡°sobreinformaci¨®n¡± y las redes sociales. Pero tambi¨¦n hay ahora ¡°una intolerancia de la opini¨®n p¨²blica: al igual que los ciudadanos toleran cada vez menos las derivas financieras o pol¨ªticas, exigen tambi¨¦n una especie de transparencia, de integridad en la vida privada¡± de sus mandatarios. Lo que lleva a veces a extremos, como, recuerda, pas¨® con los rumores sobre una presunta homosexualidad que el actual inquilino del El¨ªseo, Emmanuel?Macron, se vio obligado a desmentir cuando estaba en campa?a.
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