Limpiar el aire
Si los coches que entran en Barcelona son menos contaminantes, se habr¨¢ ganado mucho en t¨¦rminos de salud y de calidad ambiental, pero no ser¨¢ suficiente
El ¨¢rea de Barcelona acaba de estrenar una de las mayores zonas de bajas emisiones de Europa: 95 kil¨®metros cuadrados, 20 veces m¨¢s que la superficie de Madrid Central pero cinco menos que la de Par¨ªs. La zona abarca pr¨¢cticamente toda la superficie de la capital y parte de otros cuatro municipios adyacentes. Con algunas excepciones, los coches m¨¢s contaminantes que no posean etiqueta ambiental no podr¨¢n circular entre las siete de la ma?ana y las ocho de la tarde de los d¨ªas laborables. El objetivo es reducir la circulaci¨®n en unos 50.000 veh¨ªculos el primer a?o y hasta 125.000 en cuatro a?os.
Con esta medida Barcelona afronta por fin uno de los problemas que m¨¢s preocupa a su ciudadan¨ªa: la alta contaminaci¨®n ambiental. La ciudad supera desde hace m¨¢s de una d¨¦cada l¨ªmites establecidos por la OMS y junto con Madrid, tiene abierto un procedimiento sancionador de la UE por incumplimiento de la directiva sobre calidad del aire. Era pues una medida no solo necesaria sino urgente. La Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona estima que en 2018 se produjeron en la ciudad 351 muertes prematuras directamente relacionadas con la poluci¨®n. Aunque la medida causa inconvenientes a los propietarios de los veh¨ªculos afectados, parte con el viento favorable de una opini¨®n p¨²blica concienciada: nueve de cada diez barceloneses se muestra muy o bastante preocupado por la emergencia clim¨¢tica y siete de cada diez est¨¢n dispuestos a reducir el uso del veh¨ªculo privado, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro publicado.
Es remarcable que en las condiciones de fragmentaci¨®n y confrontaci¨®n pol¨ªtica extrema que vive el pa¨ªs, la medida haya sido aprobada sin ning¨²n voto en contra en el Consistorio y con el voto a favor de un abanico de fuerzas que va m¨¢s all¨¢ de la actual mayor¨ªa de gobierno formada por comunes y socialistas. Esto ha sido posible despu¨¦s de que fueran aceptadas el 45% de las alegaciones presentadas, entre ellas algunas destinadas a mitigar los efectos de la prohibici¨®n en las personas de rentas bajas.
La cuesti¨®n ahora es si ser¨¢ suficiente para cumplir la normativa europea sobre calidad del aire. Algunos informes advierten de que no y las autoridades metropolitanas estudian ya medidas adicionales. No se trata de sustituir el actual parque de veh¨ªculos viejos por otros nuevos, sino de reducir el n¨²mero de coches que circulan. Cada d¨ªa entran en Barcelona 435.000 coches. Si son menos contaminantes, se habr¨¢ ganado mucho en t¨¦rminos de salud y de calidad ambiental, pero no ser¨¢ suficiente. El verdadero reto es cambiar el modelo de movilidad, reduciendo el peso del veh¨ªculo privado en favor del transporte p¨²blico. Y para eso se necesitan inversiones mucho m¨¢s ambiciosas que las ahora previstas en la red de metro y autobuses.
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