?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde: ¡°Ser ministra trunc¨® mi carrera de guionista¡±
La ganadora de dos premios Goya, guionista, directora, expresidenta de la Academia de Cine, escritora y exministra de Cultura habla sobre la dificultad de decidir entre ser uno o muchos; sobre el duelo, los ausentes y la fuerza de la familia; sobre lo diferente que es ser hija y ser madre; sobre la igualdad entre g¨¦neros; sobre su ¨²ltima novela, 'Despu¨¦s de Kim', y sobre la pol¨ªtica.
En Pozuelo, en la periferia burguesa de Madrid, la casa en la que vive la guionista de La buena estrella, finalista del Premio Planeta por El buen hijo y exministra de Cultura ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde (Madrid, 54 a?os) ocupa el solar de la casita de vacaciones que perteneci¨® a un abuelo que ella adora sin haber llegado a conocer. All¨ª, ante una infusi¨®n de rooibos y en zapatillas de andar por casa, asegura que conoci¨® a ese abuelo en el amor que su padre sent¨ªa por ¨¦l. Esa fortaleza contrasta, o tal vez se explica, con las m¨²ltiples dudas de una mujer que ha dedicado su vida profesional a indagar en la p¨¦rdida y a reclamar conquistas sociales. ¡°Las mujeres trabajamos en el cine con horarios que no nos permiten estar con nuestros hijos¡±, dijo en 2004 tras recibir el Goya a la mejor direcci¨®n novel por La suerte dormida. Como ministra (2009-2011), mont¨® una comisi¨®n para velar por la paridad en los Premios Nacionales. Inmigrantes, mujeres desbordadas o parados pueblan sus novelas.
?La preocupaci¨®n social es el nexo entre sus profesiones?
En la pol¨ªtica sent¨ª una p¨¦rdida de identidad al no poder recurrir a mi bagaje personal como herramienta de trabajo. Entend¨ªa esa limitaci¨®n como respeto democr¨¢tico: representas a toda la sociedad. Aprendes a protegerte porque, si te da?an, tambi¨¦n da?an al ministerio, al teatro, a la danza y a la conveniencia o no de invertir en cultura.
No llev¨® con naturalidad el hecho de ser ministra.
En la gesti¨®n encaj¨¦. El juicio al que est¨¢s sometida lo llevaba peor. Los dardos paralizan las pol¨ªticas. Eso me frustraba. En la Administraci¨®n, cambiar cosas exige di¨¢logo. Solo los cambios para mal son r¨¢pidos. Lo hemos visto en los Gobiernos del PP. No dotando con presupuestos paralizas pol¨ªticas como las de igualdad, en marcha hace 10 a?os.
?Qu¨¦ lleva a alguien con una vida plena como guionista y madre a la pol¨ªtica? ?Ambici¨®n? ?Responsabilidad? ?Inconsciencia?
En parte, no saber lo que implica. Y la educaci¨®n que recib¨ª. Mi padre [el productor, director y guionista Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez-Sinde] milit¨® en el Partido Comunista. Estuvo en la c¨¢rcel cuando era ni?a. Hasta que muri¨® con 51 a?os, se implic¨® en responsabilidades por el bien com¨²n.
La mayor parte de la gente que se dedica a la pol¨ªtica lo hace por vocaci¨®n. ?C¨®mo te vas a meter en ese trabajo si no?
?l cre¨® la Academia del Cine. ?Y su madre?
Bueno, era su apoyo. Como tantas mujeres amas de casa, no ten¨ªa faceta p¨²blica. Pero tambi¨¦n acept¨¦ por curiosidad. Jorge Sempr¨²n lo dice en sus memorias: es una propuesta irresistible para una persona con la ambici¨®n de cambiar las cosas.
?Se paga un precio por haber sido ministra?
S¨ª. Creo que trunc¨® mi carrera de guionista. Supuso un par¨®n de tres a?os m¨¢s dos de incompatibilidad. Cuando pude volver ya no era una guionista m¨¢s. Hab¨ªa tomado posici¨®n a favor o en contra de los intereses de los productores. Existe el mito de que quien ha sido ministro tiene un mont¨®n de consejos de administraci¨®n y una paga de por vida, pero no es as¨ª. Si los ministros salen del Gobierno y tienen trabajo, no cobran la indemnizaci¨®n por incompatibilidad. Fui la ¨²nica que la cobr¨¦ porque no ten¨ªa adonde volver.
Dedic¨® ese tiempo a escribir El buen hijo, con la que qued¨® finalista del Planeta y fue criticada. ?Fue poco oportuno ese premio tan temprano?
Para nada. Escribir es la profesi¨®n que he tenido siempre. La creaci¨®n est¨¢ amparada por la ley. No s¨¦ por qu¨¦ Bono, Zapatero o Rajoy pueden publicar un libro al dejar la pol¨ªtica y una persona que toda su vida ha escrito no.
Ellos no se presentaron al Planeta.
Llevaba dos a?os fuera del Gobierno. ?Cu¨¢nto m¨¢s ten¨ªa que esperar? Despu¨¦s de la ley Sinde, mi nombre generaba tr¨¢fico en Internet. Eso conven¨ªa a las webs de los peri¨®dicos.
?Hay machismo en la pol¨ªtica? Su predecesor, ?C¨¦sar Antonio Molina, cont¨® que Zapatero le hab¨ªa dicho que necesitaba ¡°una chica joven y con glamur¡±.
Sigue con esa obsesi¨®n. Lo volvi¨® a decir hace unos meses en la SER. Agradezco el piropo: jam¨¢s pens¨¦ que tuviese glamur. Y tampoco era joven. Pero Zapatero no era ni tan ignorante ni tan temerario como para hacer un casting de su Gobierno a partir del f¨ªsico.
?Le atribu¨ªa glamur por dedicarse al cine?
Molina es un se?or de mediana edad. Y tiene el benepl¨¢cito de un extra de respeto. A Guirao o a otros ministros no se les ha descalificado con la alegr¨ªa con que se descalifica a Bibiana A¨ªdo o a F¨¢tima B¨¢?ez. Se las criticaba por exceso o por defecto. Que si parece una teresiana, que si est¨¢ demasiado atenta a la moda. Hay que ignorar los comentarios y hacer una defensa com¨²n por encima de las ideolog¨ªas. Lo importante de que haya mujeres en puestos de responsabilidad es el ejemplo que das. Ocupas ese espacio y muchas ni?as lo ven.
?Est¨¢ a favor de las cuotas?
Todos los organismos p¨²blicos deber¨ªan aplicar la paridad en sus consejos directivos y en los jurados. Estaba en la ley de igualdad. No tiene coste econ¨®mico y es una educaci¨®n para que ni?os y ni?as vivan con naturalidad que haya se?oras que mandan.
O que se equivocan.
Eso. Es importante que haya mujeres que se equivoquen. Debe ser la normalidad lo que las lleva a ejercer profesionalmente, no que sean fuera de serie.
?La vida depende de decisiones pol¨ªticas o estamos en manos de entidades financieras?
El mundo desregulado por el neoliberalismo y las empresas tecnol¨®gicas deja menos espacio para los ciudadanos. Pero sus representantes son los pol¨ªticos. Por mucho que los denostemos, si ellos no tienen poder, lo perdemos todos. Hacen falta Gobiernos valientes de verdad, que est¨¦n dispuestos a perder el poder.
?Las puertas giratorias han desprestigiado a la pol¨ªtica?
Existen y da?an, pero es un porcentaje ¨ªnfimo. Hay otra manera de verlo. Es un desaprovechamiento que a nadie le interese lo que he aprendido y no te llamen para participar en una empresa audiovisual. Habr¨¢ puertas giratorias como pago, pero deber¨ªa haberlas como aprovechamiento del conocimiento acumulado. Con la experiencia adquirida, ?qu¨¦ hace esa persona?
Igual necesita que concrete un ejemplo: Elena Salgado pas¨® en tres meses de Vicepresidencia para Asuntos Econ¨®micos a consejera de Endesa.
Solo nos fijamos en los conocidos. ?Qu¨¦ me dice de los inspectores de Hacienda? ?De abogados del Estado que abandonan el cargo para irse a despachos privados? ?O de m¨¦dicos que se van a un laboratorio? No hay ninguna regla que les impida hacerlo.
?Qu¨¦ le choc¨® de la pol¨ªtica?
El enfrentamiento entre el partido y el Gobierno. Y descubrir que la mayor parte de la gente que se dedica a pol¨ªtica lo hace por vocaci¨®n. ?C¨®mo te vas a meter en ese trabajo si no?
Ha descrito la dificultad de trabajar tras ser pol¨ªtica. ?Nos cuesta aceptar que una persona sea m¨¢s de uno?
En Estados Unidos, donde estudi¨¦, se cambia de ciudad y de profesi¨®n por decisi¨®n o por necesidad. Aqu¨ª los cambios profesionales se viven o como fracasos o como un indicador de que no eres una persona seria.
?Se ha sentido menos aceptada en alg¨²n ¨¢mbito?
Igual sentirse aceptado o no es algo que viene de m¨¢s atr¨¢s, ?no? Si tienes marcado desde la infancia ese rasgo, esa herida la vas a tener siempre. ?Qu¨¦ viene antes, la sensaci¨®n de no pertenecer a ning¨²n lugar o la b¨²squeda constante? Poder cambiar de ocupaci¨®n te da independencia y autonom¨ªa. Siempre he sabido que deb¨ªa ser autosuficiente.
No pienso que mi manera de vivir las ausencias sea ni siquiera sana, pero siento conexi¨®n con lo que tuve. Los muertos son mayor¨ªa
?C¨®mo lo supo?
Creo que fue la educaci¨®n que recib¨ª. Pertenezco a una generaci¨®n puente hija de las feministas de los sesenta y de las mujeres que llegaron luego. Cuando he tenido hijas no me he cogido los cuatro meses de baja. Ahora las mujeres abandonan sus carreras con m¨¢s facilidad para criar a los hijos. La autonom¨ªa econ¨®mica la vi en las madres de mis amigas. En mis t¨ªas. En mis amigas.
Entonces, ?d¨®nde no encajaba?
Bueno, siempre tengo esa sensaci¨®n. No soy una verdadera escritora porque no saco una novela cada a?o. El motor de la curiosidad me saca adelante de las p¨¦rdidas, el duelo, la tristeza y el fracaso. Siempre hay algo que quiero saber. Quiz¨¢, m¨¢s que no pertenecer, lo que me ha frenado ha sido no sentirme autorizada a opinar.
Pero escribe una columna de opini¨®n.
Con 54 a?os asum¨ª que solo eso ya me permit¨ªa opinar.
?La fortaleza se demuestra mostrando debilidades u ocult¨¢ndolas?
Cuando era muy joven me constru¨ª un personaje que las ocultaba. Mala decisi¨®n, porque al final salen el d¨ªa menos oportuno. Y forman un cortocircuito en tu cabeza, una conducta contraf¨®bica que los dem¨¢s no entienden: si soy muy t¨ªmida, soy la que m¨¢s bailo en la fiesta.
?C¨®mo se sale de eso?
Hablando te das cuenta de que cada uno tiene lo suyo. Y de que no eres tan importante. Los dem¨¢s no est¨¢n tan pendientes de ti ni est¨¢n esperando para juzgarte. Y eso que me siento muy vulnerable a las cr¨ªticas. Con los a?os aprendes que conectas con los dem¨¢s por tu fragilidad, por tu vulnerabilidad, que no es lo mismo que tu victimismo. Reconocerlo te libera de una presi¨®n que te pones y no puedes cumplir.
Entre esas cr¨ªticas la llamaron SINDEmocracia por lo que hacemos ahora: pagar por ver pel¨ªculas, series o escuchar m¨²sica: la ley Sinde.
Es una regla de convivencia. Pagar asegura la calidad. Estaba en juego el futuro de empresas tecnol¨®gicas m¨¢s poderosas que cualquier Gobierno.
La timidez est¨¢ presente en sus novelas con la cautela o la bondad.
La bondad y la belleza son lo m¨¢s importante y lo m¨¢s dif¨ªcil de describir. Es lo que salva.
A la izquierda se la acusa de buenista.
?De d¨®nde viene la idea de que el mundo del cine es izquierdoso? A lo mejor lo es. No solo el cine, la mayor parte de la gente dedicada a las artes tiene una propensi¨®n a ver el mundo como un lugar que debe ser mejorado¡
?El cine es la base de la cultura de nuestro tiempo?
No, yo creo que la base es la m¨²sica popular¡, es el pegamento que une a personas distintas y conforma un imaginario colectivo com¨²n. Aunque no s¨¦ qu¨¦ ser¨ªa hoy el equivalente a una canci¨®n de Serrat que oigamos todos nos guste o no.
Lleg¨® al cine por su padre¡
Por mi madre. Quer¨ªa ser actriz, pero ten¨ªa una timidez supina. Era incapaz. Cuando me rechazaron, me qued¨¦ desorientada, y mi padre, como hago yo con mis hijas ¡ª?uno repite¡ª, quiso que estudiara. Eleg¨ª Filolog¨ªa Cl¨¢sica. Mientras, trabajaba en lo que encontraba: una discogr¨¢fica, un grupo editorial, la revista Cosmopolitan o haciendo traducciones. Ning¨²n trabajo me encajaba. Mi madre vio el anuncio de un M¨¢ster de Guion en la Universidad Aut¨®noma, y dijo: ¡°T¨² escribes muy bien¡±. No hab¨ªa escrito m¨¢s que las cartas que le enviaba desde Estados Unidos. Me hicieron la entrevista. Nunca he sido cin¨¦fila. Y me hicieron esas preguntas destructivas: ¡°?Qu¨¦ pel¨ªcula te ha marcado?¡±. ?Qu¨¦ les iba a decir? ?Mujercitas? Soy incapaz de respuestas brillantes. Luego les escrib¨ª y habl¨¦ de Howard Hawks o George Cukor, con fast talking ladies, personajes femeninos que tienen una profesi¨®n. Me doy cuenta ahora. No ten¨ªa conciencia feminista.
En la novela El buen hijo habla de la familia como pegamento y como prisi¨®n. ?No puede ser de otra manera?
Parece ser que no.
?Ha sido buena hija?
Creo que se me da mejor ser madre que hija. Se es m¨¢s ego¨ªsta siendo hijo. Nunca perdonamos a los padres. Yo sigo agarrada a las ofensas y malentendidos de la infancia, que imag¨ªnate d¨®nde quedan.
?Qu¨¦ es ser buen hijo?
Saber ser comprensivo con los padres. Pero el hijo complaciente se destruye a s¨ª mismo. Un buen hijo tiene que ser un poco acompa?ador y un poco ausente.
Ha dicho del amor que es lo contrario de la pol¨ªtica: querer a alguien por nada.
Sin beneficio ni intercambio, pero yo ahora mismo no puedo pensar en eso. Solo pienso en lo que he perdido.
Dedic¨® su ¨²ltima novela, Despu¨¦s de Kim, a tres muertos amados: su pareja, el editor Claudio L¨®pez Lamadrid; su hermano David ¡ªfallecido en accidente¡ª y su padre. ?Ha sido capaz de encontrar amor en el dolor?
Cuando est¨¢s mal, si a lo largo de tu vida has dado amor, ese amor te vuelve: de tus amigos, de tus hijas, de compa?eros o de gente que conoces poco.
La dedicatoria dice: ¡°Gu¨¢rdame todav¨ªa en ti¡±, un verso de Ra¨²l Zurita, el poeta favorito de su pareja. ?C¨®mo se guarda a una persona?
Llevo dentro un cementerio. Llevo a mi padre, a mi hermano, a Ricardo Franco ¡ªen el que pienso a diario¡ª e incluso a un abuelo al que no conoc¨ª. Habr¨¢ gente que prefiera pasar p¨¢gina. No pienso que mi manera de vivir las ausencias sea ni siquiera sana, pero siento conexi¨®n con lo que tuve. Los muertos son mayor¨ªa. Lo malo de poner l¨ªmite a las emociones negativas es que luego tambi¨¦n lo pones a las positivas. Por eso me sorprende que digan que soy fr¨ªa cuando siento que dentro tengo un volc¨¢n y me parece que debo luchar contra mi impulsividad y mi impaciencia. Creo que est¨¢ bien ser p¨²dico y privado.
?Qu¨¦ ha hecho para poder convivir con el dolor?
Algunos d¨ªas, estar en la cama y leer. La lectura es mi manera de rellenarme por dentro cuando tengo vac¨ªo.
?Es cierto que con Claudio le¨ªan juntos un cl¨¢sico cada verano?
Fue idea suya leer en el coche en voz alta y por turnos. O en el jard¨ªn de su casa de Comillas. Un a?o le¨ªmos La monta?a m¨¢gica, otro David Copperfield¡ Para ¨¦l elegir libros para el verano era como ir a una pasteler¨ªa y decir: ¡°P¨®ngame un bocadito de nata, un petit choux¡¡±.
?C¨®mo era?
Era¡ era¡ uf. Era una persona, es que no s¨¦ decirte de verdad. Me cuesta much¨ªsimo hablar de ¨¦l porque me parece que me voy a quedar corta.
Eso ya es una definici¨®n.
Mis relaciones de pareja anteriores no hab¨ªan sido tan plenas por circunstancias o por mi propia dificultad o incompetencia. He tardado mucho en tener algo que a lo mejor otras personas tienen antes. M¨¢s all¨¢ de que encaj¨¢ramos, creo que el tiempo y las experiencias anteriores nos ayudaron a ser m¨¢s pacientes y a no mezclar nuestro afecto y nuestras neuras. Pero en el dolor no encuentro amor. Para m¨ª el amor es de dos, no de uno, y si no est¨¢ la otra persona, esa energ¨ªa no encuentra d¨®nde posarse.
En Despu¨¦s de Kim, unos padres intentan conocer qui¨¦n fue su hija. ?Se puede conocer a un muerto?
Si se quiere, desde luego. Otra cosa es que emocionalmente puedas permit¨ªrtelo. En mi primera novela sent¨ª que, si viv¨ªa como mi padre, prolongaba su vida: la pol¨ªtica, la Academia de Cine¡, aunque ¨¦l fuera m¨¢s brillante. En la segunda es la muerte de mi hermano la que me hace querer indagar en la vida de una persona que me parece que se me ha escapado sin darme cuenta. Buscas su experiencia y su vida, que est¨¢ en alg¨²n sitio.
?Cura m¨¢s la rutina que el cambio?
Cuando muri¨® mi padre me fui a Estados Unidos. Solo desplac¨¦ el duelo, y fue peor. Qued¨® latente. Cuando a la gente le diagnostican una enfermedad parece que lo que sana es la seguridad de lo conocido. Dices: dar¨¢ la vuelta al mundo. Y no, lo que quiere es volver a lo que hac¨ªa.
¡°La ventaja de la vejez es que nada es nuevo¡±. ?Por qu¨¦ es una ventaja?
Ante una emoci¨®n nueva no sabes c¨®mo comportarte. Que las cosas ya hayan pasado una vez est¨¢ bien.
?Sigue teniendo miedo a no saber c¨®mo comportarse?
Me asusta que algo me desborde o no saber aprovechar algo bueno.
?Siempre ha sido tan autoexigente?
Siempre, s¨ª. Mi padre era as¨ª. Y lo malo de la autoexigencia es que la transmites a tus hijos. Y quieres decirles: no hace falta¡ A eso me refiero con revivir experiencias: a saber c¨®mo actuar.
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