Cualquier cosa no es la renta b¨¢sica
Para la izquierda, la financiaci¨®n de una asignaci¨®n p¨²blica incondicional y universal significa una reforma fiscal que suponga una redistribuci¨®n de las rentas m¨¢s altas al resto de la poblaci¨®n
Hay quien puede pensar que es perfectamente l¨ªcito referirse a un huevo como casta?a y a un calzoncillo como traje. Pero, como todo lenguaje privado, es de poca utilidad y de mucha confusi¨®n. F¨¢cil es conseguir un amplio acuerdo sobre estas aseveraciones. La propuesta de la renta b¨¢sica (RB) parece que no goza de la misma suerte. Es frecuente constatar que algunos autores llaman a un calzoncillo traje y a cualquier subsidio condicionado lo llaman RB. Expresiones como ¡°rentas b¨¢sicas¡±, ¡°RB condicionadas a¡¡±, ¡°RB no universal ni incondicional¡¡± y similares pueden encontrarse en art¨ªculos, libros, documentos acad¨¦micos y period¨ªsticos incluso muy recientes. As¨ª que en este art¨ªculo no ser¨¢ redundante apuntar que cuando me refiera a la RB ser¨¢ ¨²nica y exclusivamente con la acepci¨®n de la Basic Income Earth Network y de su secci¨®n Red Renta B¨¢sica (www.redrentabasica.org): asignaci¨®n p¨²blica monetaria incondicional y universal a toda la poblaci¨®n. No se trata de ning¨²n purismo, es un llamamiento prudente a evitar la confusi¨®n que nubla cualquier debate racional.
La caracter¨ªstica distintiva de la RB respecto a los subsidios de muchos tipos que conocemos en el Reino de Espa?a o en distintos lugares del mundo es la condicionalidad. Son condicionales las rentas m¨ªnimas de inserci¨®n, las rentas garantizadas, las propuestas program¨¢ticas de rentas para pobres de los partidos parlamentarios. Tambi¨¦n son timorata y extremadamente condicionales las propuestas del programa de Gobierno PSOE-UP. En claro contraste, la RB es incondicional.
La l¨®gica de los subsidios condicionados no es otra que la ayuda ex post a quienes han fracasado, a quienes han ca¨ªdo y pueden demostrarlo ante la burocracia estatal. Sea porque se han quedado en el paro; sea porque, pese a trabajar remuneradamente, no alcanzan el umbral de la pobreza ¡ªen el Reino de Espa?a, esta es la realidad creciente en los ¨²ltimos a?os de los trabajadores asalariados, en la actualidad de un 15%¡ª. Los subsidios condicionados se han mostrado muy limitados como medidas paliativas de la pobreza y de la exclusi¨®n y, todav¨ªa m¨¢s, como mecanismos para el fomento de la libertad efectiva de las personas que los reciben. Con la RB se defiende la l¨®gica incondicional de las medidas que entran en vigor ex ante, </CF>como derechos de ciudadan¨ªa. Y garantizar la existencia material de entrada, ¡°desde el principio¡±, equivale a hacer posible la negociaci¨®n de los t¨¦rminos de la interacci¨®n social de un modo m¨¢s libre. La incondicionalidad significa poder de negociaci¨®n, y poder de negociaci¨®n supone mayores niveles de libertad efectiva para el conjunto de la poblaci¨®n. Y estas son tambi¨¦n algunas de las consideraciones que conducen a llamar la atenci¨®n ante el candor de algunos que suponen que el gradualismo forma parte del camino que nos conduce firmemente a la adopci¨®n de la RB. Perm¨ªtaseme ser claro: una prestaci¨®n focalizada de condicionalidad algo m¨¢s relajada no supone, por definici¨®n, el acceso ¡°por la puerta trasera¡± a una RB plena que, supuestamente, deber¨ªa llegar no se sabe muy bien cu¨¢ndo. La l¨®gica de la incondicionalidad de la RB es una caracter¨ªstica que la hace completamente muy diferente a la condicionalidad de los subsidios que conocemos.
Los subsidios condicionados se han mostrado muy limitados para paliar la pobreza y la exclusi¨®n
Otra confusi¨®n de un tenor muy distinto es la que embarga a no pocos interesados en la propuesta de la RB: si alguna izquierda y alguna derecha defienden la RB, ?cu¨¢l es el misterio de semejante prodigio? No hay tal prodigio. Una atenta lectura de las propuestas de RB provenientes de la derecha liberal y de la izquierda republicana puede f¨¢cilmente constatar al menos las siguientes diferencias.
1. En la forma de financiar la RB. Lo que equivale a especificar detalladamente qu¨¦ parte de la poblaci¨®n sale beneficiada con una RB y qu¨¦ parte no. Para la izquierda, al menos la partidaria de la libertad republicana en la que me incluyo, la financiaci¨®n de la RB significa una reforma fiscal que suponga una redistribuci¨®n de la renta de las decilas m¨¢s altas al resto de la poblaci¨®n. La derecha pretende otros objetivos, no precisamente una redistribuci¨®n de la renta de los m¨¢s ricos al resto. Lo contrario ser¨ªa m¨¢s pr¨®ximo a la verdad.
2. En las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica que adicionalmente se proponen junto a la RB. La izquierda asume la defensa de la sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas y, en general, del Estado de bienestar. La derecha, no. Los defensores de derechas pretenden desmantelar el Estado de bienestar (o lo que queda en algunos lugares del mismo) ¡°a cambio¡± de la RB ¡ªser¨ªa el caso por ejemplo de Charles Murray, el economista que defiende la RB en las p¨¢ginas de The Wall Street Journal: el t¨ªtulo de uno de sus ¨²ltimos libros, de 2016, es suficientemente expl¨ªcito, In Our Hands: A Plan to Replace Welfare State¡ª, persiguiendo sus cl¨¢sicos objetivos liberales de ¡°adelgazamiento¡± del Estado ¡ªexcepto la polic¨ªa, el ej¨¦rcito y los tribunales de justicia, significativamente¡ª y de reducci¨®n de la presi¨®n fiscal a los ricos. La izquierda (al menos la republicana) no concibe la libertad de forma independiente de las condiciones materiales de existencia.
Los partidarios de la derecha pretende desmantelar el Estado de bienestar y reducir la presi¨®n fiscal a los ricos
3. En la concepci¨®n de la neutralidad del Estado. Para la derecha la neutralidad significa que el Estado no intervenga en las negociaciones y disputas de los agentes y sectores sociales. Para la izquierda republicana significa que debe intervenir activamente para impedir que los grandes poderes privados, como las multinacionales gigantes, impongan su voluntad privada a los Estados, con el ataque a la libertad de la mayor¨ªa no rica que eso supone. Con una defensa de una renta m¨¢xima, por ejemplo. Un Estado republicano debe intervenir para que la neutralidad sea un hecho, y no una superficial consigna de ¡°equidistancia entre los distintos proyectos de buena vida¡±. Republicanamente, esto ¨²ltimo se presupone, pero, cuando grandes poderes privados disponen de la capacidad de imponer a la ciudadan¨ªa su concepci¨®n privada del bien como bien p¨²blico, cuando la constituci¨®n oligop¨®lica de los mercados permite el secuestro del Estado por parte de los inmensos imperios privados, la neutralidad significa intervenci¨®n activa, no tolerancia pasiva y que gane el m¨¢s fuerte. De ah¨ª que la RB sea una propuesta, para la izquierda, republicanamente neutral.
En un art¨ªculo de hace muchos a?os (5-10-2007) en este mismo peri¨®dico escrito con Antoni Dom¨¨nech, acab¨¢bamos de esta manera: [LA RB]resulta al parecer amedrentante. Las luchas por el sufragio universal para todos los hombres, ricos y pobres, y despu¨¦s para todas las mujeres, tambi¨¦n parecieron locura ¡°diab¨®lica¡± a muchos que consideraban el sufragio censitario el no va m¨¢s del orden social. No es imposible que en unas d¨¦cadas todos se escandalicen de los ¡°argumentos¡± de quienes hoy se rasgan las vestiduras ante una medida que promover¨ªa ¡°diab¨®licamente¡± la ¡°vagancia¡±. Como ahora nos escandalizan los ¡°argumentos¡± de quienes no hace tanto ¡ªel Vaticano no levant¨® para los cat¨®licos el non expedit, la prohibici¨®n de votar, ?hasta 1919!¡ª se rasgaban las vestiduras ante la sola idea de que pudieran votar todos, tambi¨¦n los pobres, tambi¨¦n las mujeres, tambi¨¦n, ?por qu¨¦ no?, los ¡°vagos¡±, y aun los (pobres) ¡°diablos¡±.
A principios de 2020 sigo pensando que no hay m¨¢s que a?adir.
Daniel Ravent¨®s es editor de Sin Permiso, presidente de la Red Renta B¨¢sica y profesor de la Facultad de Econom¨ªa y Empresa de la Universidad de Barcelona.
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