Un Gobierno ?para gobernar?
?Actuar¨¢ el Ejecutivo con la independencia necesaria para afrontar los problemas de Espa?a o se limitar¨¢ a satisfacer las demandas de los partidos que le apoyan?
"Por fin, Gobierno¡±. En afirmativo, sin interrogantes. O bien tenemos que pronunciar estas palabras titubeando: ¡°?Por fin Gobierno?¡±. Ambas formulaciones tienen fundamento.
Por un lado, no cabe duda que se ha elegido a un presidente que ha designado ya a sus ministros: por tanto, tenemos nuevo Gobierno. Pero, por otro lado, tambi¨¦n sabemos que se trata de un Ejecutivo d¨¦bil tanto en su composici¨®n como por sus apoyos parlamentarios. En consecuencia, quiz¨¢s debamos reformular la pregunta inicial: ?tenemos un Gobierno coherente y s¨®lido capaz de llevar a cabo las reformas pendientes desde hace muchos a?os?
No soy un pesimista apocal¨ªptico pero tampoco un ingenuo optimista. Y esta ¨²ltima pregunta tiene m¨¢s f¨¢cil respuesta: este primer Gobierno de coalici¨®n no es coherente ni s¨®lido y, muy especialmente, la mayor¨ªa parlamentaria que lo sustenta es fr¨¢gil y contradictoria. Hay Gobierno, pero ?tendr¨¢ capacidad para gobernar con eficiencia y eficacia?
Siempre hay un Gobierno: con apoyos parlamentarios suficientes o insuficientes, o bien con capacidad limitada, como es el caso de los Ejecutivos en funciones. Desde finales de 2015 hemos tenido siempre Gobierno, pero no un Gobierno como es debido: se ha administrado, pero no se ha gobernado. ?Se gobernar¨¢ ahora con la independencia necesaria para afrontar los problemas a los que se enfrenta Espa?a o, simplemente, se limitar¨¢ a intentar satisfacer las demandas de los partidos que le dan su apoyo aunque sea mediante la abstenci¨®n? Ah¨ª est¨¢ el quid de la cuesti¨®n, ah¨ª puede triunfar o fracasar nuestro arriesgado presidente del Gobierno.
En efecto, las dificultades le pueden surgir desde dos ¨¢ngulos. Desde el interno, con Unidas Podemos en el Gabinete o con Esquerra Republicana de Catalunya (y dem¨¢s independentistas) en el Congreso. Si uno de los dos falla, o los dos, ya no tendr¨¢ posibilidades de sobrevivir a menos que busque apoyos nuevos en el PP, cosa no f¨¢cil, quiz¨¢s para ¨¦l imposible de aceptar. La oposici¨®n, pues, la puede tener en su propio bloque m¨¢s que en el contrario.
Desde el ¨¢ngulo externo, m¨¢s que en los partidos de la oposici¨®n, con los que ya se cuenta que ejerzan este papel, el Gobierno de Pedro S¨¢nchez puede tener dificultades en la opini¨®n p¨²blica, una fuerza con la que a veces no se cuenta pero que puede ejercer una presi¨®n fundamental hasta llegar a forzar la dimisi¨®n y, en unas nuevas elecciones, hacer perder votos y esca?os hasta descalabrar a su partido.
De momento, el primer traspi¨¦s ha sido proponer a Dolores Delgado como fiscal general del Estado, un gui?o evidente a los independentistas para desjudicializar ¡ªvaya palabro¡ª la cuesti¨®n catalana, una muestra de que los compromisos adquiridos en la investidura tienen atado ¡ª aunque esperemos que no bien atado¡ª a Pedro S¨¢nchez. Mal empezamos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.