?xito y fracaso de la ficci¨®n
Buscamos en series o pel¨ªculas una interpretaci¨®n de lo que pasa, la met¨¢fora definitiva de la actualidad
![Aspecto de una caseta en la Feria del Libro de Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EVOCF7AU5D32QWCC5MZAM4P2XQ.jpg?auth=f0bc98903540769c1748d1f07bcb631b71f5a73d9a862823b9aa13b87f357175&width=414)
Vivimos en una ¨¦poca de descr¨¦dito de la ficci¨®n. Las obras narrativas importan m¨¢s por sus temas que por sus personajes o la habilidad con la que est¨¦n hechas. Las leemos y vemos como si fueran un comentario del asunto que est¨¢ de moda esta semana. Las novelas se justifican por el tema y las pel¨ªculas son relevantes si dan munici¨®n en la guerra cultural: ha ocurrido con ?rase una vez... en Hollywood, con Mujercitas, con Historia de un matrimonio.
Aunque una de las ense?anzas m¨¢s duraderas del arte es que cualquier cosa es interesante y reveladora si se observa con atenci¨®n, y que lo que parece menor puede ser mayor, predomina una lectura basada en el tema y centrada en los aspectos pol¨ªticos. Para la cr¨ªtica estadounidense Jessa Crispin esto facilita las cosas: si decidimos que una obra es importante podemos ahorrarnos la tarea m¨¢s trabajosa de valorar si es buena o mala. El comentario cultural se hace a trav¨¦s de una lente pol¨ªtica que permite abroncar a los dem¨¢s, que es una cosa que siempre da gusto, pero ignora que una buena novela o una buena pel¨ªcula tiene un elemento esencial de ambig¨¹edad. Por eso, como dec¨ªa Italo Calvino, un cl¨¢sico es un libro que nunca se acaba de leer.
Aplicamos esa lectura chata y farisea a obras y autores del pasado, y a personas de otras ¨¦pocas. Pico Iyer ha criticado esa tendencia presentista, o cronocentrista, que consiste en utilizar la opini¨®n actual como un criterio sin matices. No podemos ser totalmente relativistas con respecto al pasado, pero tampoco deber¨ªamos considerar que nuestros valores son absolutos o nos vuelven autom¨¢ticamente superiores. Un poco de autoconciencia nos hace ver lo maleables que somos y la suerte que tenemos por vivir en tiempos tolerantes, esperar que las circunstancias no pongan a prueba nuestro temple moral y saber que las generaciones posteriores juzgar¨¢n b¨¢rbaras algunas de nuestras costumbres.
Son lecturas oportunistas, literales e inevitablemente empobrecedoras. Esa desconfianza en la ambig¨¹edad de la ficci¨®n coexiste parad¨®jicamente con la evidencia de la fuerza que tienen las ficciones en la vida cotidiana y con nuestra obsesi¨®n por el relato. Buscamos en series o pel¨ªculas una interpretaci¨®n de lo que pasa, la met¨¢fora definitiva de la actualidad, y sociedades avanzadas sucumben a mitos nost¨¢lgicos e ilusiones de grandeza, porque en el fondo, como dec¨ªa Eliot, tampoco podemos soportar demasiada realidad. @gascondaniel
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![Daniel Gasc¨®n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F7a6091c3-3848-493f-84ff-de6b9734854a.png?auth=56ffc0a2f7ee79ebdafce26f70acc65afec95c7369b8943f8abad6b16d916d79&width=100&height=100&smart=true)