Comisiones del futuro

La mejor manera de adivinar el futuro es construy¨¦ndolo, y para ello es imprescindible aprender a divisar las olas, entender su trayectoria y potencia para surfearlas lo mejor posible, y conseguir as¨ª arribar a la playa deseada. A eso se dedican los observatorios de prospectiva o comisiones ¡ªincluso ministerios¡ª del futuro que existen en el mundo. Lo hacen conscientes de que los retos que los Gobiernos y las organizaciones tienen ante s¨ª requieren medidas urgentes y luces largas. Quien no act¨²e de forma inminente se quedar¨¢ atr¨¢s y pagar¨¢ caro el retraso, y quien lo haga con la miop¨ªa del corto plazo estar¨¢ caminando en sentido contrario.

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La prospectiva de pa¨ªs como transformador del presente

As¨ª lo entendieron ya hace a?os pa¨ªses como Francia, Reino Unido, Canad¨¢, Finlandia; organizaciones internacionales como la OCDE o la Uni¨®n Europea; empresas multinacionales, foros empresariales, etc. Tambi¨¦n en Espa?a ha habido ya experiencias como Etorkizuna Eraikiz, creada por la diputaci¨®n de Gipuzkoa para identificar los retos a abordar en los pr¨®ximos diez a?os y dise?ar soluciones desde pol¨ªticas p¨²blicas con visi¨®n estrat¨¦gica activando metodolog¨ªas colaborativas de todos los agentes pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos.

El anuncio del Gobierno de Espa?a comprometi¨¦ndose a crear una unidad de prospectiva y estrategia a largo plazo es, sin duda, una buena noticia, que sit¨²a al pa¨ªs en el grupo de los m¨¢s avanzados en visi¨®n y planificaci¨®n. La dimensi¨®n y alcance de esta unidad depender¨¢ de muchos factores, pero sobre todo de c¨®mo se conteste la pregunta clave: ?De qui¨¦n es esta unidad? Si es del Gobierno, sus trabajos podr¨¢n ser m¨¢s o menos relevantes y su impacto importante. Si es del conjunto del Parlamento, su capacidad de influir y de incidir en las pol¨ªticas p¨²blicas se multiplicar¨¢. Ahora bien, si se tiene la osad¨ªa y la capacidad de innovar lo suficiente como para hacer que sea del conjunto de la sociedad, entonces se convertir¨¢ en un instrumento de transformaci¨®n social de primera magnitud que permitir¨¢ dise?ar el futuro donde colectivamente se quiere llegar partiendo de las grandes tendencias que ya operan.

Despejada esta inc¨®gnita, un espacio con tales pretensiones est¨¢ obligado a ser, al menos, inter: interdisciplinar, intergeneracional, plural en lo ideol¨®gico, con representaci¨®n de los diferentes sectores de la sociedad civil, del mundo del conocimiento, de la econom¨ªa y la pol¨ªtica. Si sus trabajos son exitosos, se convertir¨¢ en un foro trans: transdisciplinar, transgeneracional y transversal tanto en lo ideol¨®gico como en otras dimensiones. Es decir, superando las visiones necesariamente parciales de cada cual para construir una visi¨®n de pa¨ªs compartida.

Una unidad del futuro que aborde los grandes desaf¨ªos en un Gobierno como este tendr¨¢ que operar en relaci¨®n con otros ¨®rganos de participaci¨®n como la Asamblea Ciudadana por el Clima o los ¨®rganos de gobernanza de la Agenda 2030, paradigma de desarrollo al que Espa?a se comprometi¨®, junto al resto de pa¨ªses de Naciones Unidas, y que dibuja todo un marco en el que construir un porvenir compartido.