Un virus troyano en la democracia
Su v¨ªa de penetraci¨®n son las fake news que emponzo?an las redes sociales y los medios de comunicaci¨®n poco rigurosos e irresponsables
Para vencer a las extremas derechas es necesario reconquistar el lenguaje, llamar a las cosas por su nombre ¡ªcensura, no pin¡ª y no caer en calificativos hist¨®ricos f¨¢ciles, como fascista. El desaf¨ªo es m¨¢s profundo. Su objetivo no es liquidar la democracia, sino vaciarla. Estamos ante la pesadilla de Orwell, muerto un 21 de enero hace 70 a?os. La ultraderecha xen¨®foba es un virus alojado en el disco duro del sistema que encandila a las ¨¦lites. Su v¨ªa de penetraci¨®n son las fake news que emponzo?an las redes sociales y los medios de comunicaci¨®n poco rigurosos e irresponsables. El bulo compite en credibilidad con el hecho comprobado.
Las derechas democr¨¢ticas, esenciales en la construcci¨®n de la UE, han intentado dos v¨ªas para frenar su ascenso: cord¨®n sanitario o asumir todo o parte de su discurso. La primera funciona en Francia gracias al sistema electoral de dos vueltas que limita la fuerza del Reagrupamiento Nacional (ex Frente Nacional) en el Parlamento y hace casi imposible su llegada al El¨ªseo, como sucedi¨® en 2017. Casi todo el arco democr¨¢tico franc¨¦s apoy¨® a Macron para bloquear a Le Pen. Pero el mismo cord¨®n no logra frenar a la extrema derecha alemana, que ya tiene el 12,6% del voto (+7,9%). El corta y pega del recetario ultra fracas¨® en Holanda, Italia y Austria, y no funciona del todo para Viktor Orb¨¢n porque el Movimiento por una Hungr¨ªa Mejor roza el 20% y se mantiene como una amenaza. Vox, con un 15,9%, ha hipnotizado al l¨ªder del PP.
La batalla no consiste en asumir las ideas extremistas o en ignorarlas, sino en discutirlas con las mismas armas. Hay que descender al barro. No es f¨¢cil si se carece de experiencia en el cuerpo a cuerpo, como le sucede a los candidatos dem¨®cratas de Estados Unidos frente a Trump.
Es necesario releer a Sun Tzu y su Arte de la Guerra. Al enemigo hay que atraerle al espacio en el que somos fuertes, no acudir al suyo. ?En qu¨¦ somos fuertes? En la defensa de los derechos humanos, pol¨ªticos y sociales. De ah¨ª el ¨¦xito de Operaci¨®n L¨ªbero, un movimiento de activistas suizos que trata de quebrar la narrativa de la extrema derecha apropi¨¢ndose de sus armas, no de sus recetas. Un ejemplo podr¨ªa ser el patriotismo. Es urgente invertir su significado. Lo patri¨®tico no es expulsar a migrantes, sino defender la sanidad p¨²blica. Los malos suizos (o espa?oles) son los que quieren privatizarla en beneficio de unos pocos.
Esta defensa no puede llevarse a cabo desde un lenguaje burocr¨¢tico o elitista, sino a pie de tuit, en cada noticia, y en la calle, con humor y ejemplos concretos. Hablar de manera sencilla y directa no puede ser negativo, ni sin¨®nimo de populismo. Esta es la primera palabra que deber¨ªamos recuperar. No existe un populismo de derechas y otro de izquierdas. No es lo mismo comprender a los nazis que defender a sus v¨ªctimas.
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