Los hijos que Pablo y Santi no tuvieron
Pienso en qui¨¦n defender¨¢ los derechos de la ni?a de 9 a?os que quiere casarse con su mejor amiga. O los del ni?o homosexual que se cr¨ªa en una aldea de 150 habitantes heterosexuales
Tengo la sensaci¨®n de que ¨²ltimamente no hablamos de otra cosa que de los hijos de Pablo Casado y Santiago Abascal, dos pol¨ªticos que han confundido el grupo de WhatsApp de padres del cole con la agenda pol¨ªtica de sus respectivos partidos. ¡°Mis hijos son m¨ªos y no va a venir un socialista o un comunista a decirme c¨®mo educarlos¡±, sentencia Pablo Casado. Y la expresi¨®n se le derrite en la boca, como si se le fuera a caer la baba. ¡°A mis hijos no los va a educar tu secta comunista¡±, escupe Santi Abascal v¨ªa Twitter a Pablo Iglesias. Como si el pin parental fuera el resultado de un ego paterno mal digerido.
Lo que yo me pregunto es cu¨¢ndo llegar¨¢ el momento de hablar de todos los ni?os que no son hijos de Santi Abascal ni de Pablo Casado. Qui¨¦n defender¨¢ los derechos de todos esos menores en medio de un debate colapsado por el linaje de estos dos sementales. Pienso, por ejemplo, en qui¨¦n defender¨¢ los derechos de la ni?a de 9 a?os que quiere casarse con su mejor amiga. O los del ni?o homosexual de 12 que se cr¨ªa en una aldea de 150 habitantes heterosexuales y necesita conocer su cuerpo y entender su subjetividad. Pienso en el derecho de sus compa?eros a respetar la igualdad y celebrar la diferencia.
Me pregunto tambi¨¦n qui¨¦n hablar¨¢ del ni?o transg¨¦nero que intenta sentirse a gusto en su cuerpo si es que ese ni?o trans no tiene la suerte de ser hijo de Pablo Casado. Que entonces s¨ª, entonces seguro que Pablo se sacaba de la manga alg¨²n programa dise?ado para los intereses de ¡°su hijo trans¡±. Y pienso en todas las ni?as, claro est¨¢. Porque hasta ahora Pablo y Santi solo han nombrado a sus hijos, a pesar de que tambi¨¦n tienen hijas. Pero ellos son los padres y nombran a su prole como quieren y en sus t¨¦rminos, que para eso son suyas. De todas formas, los discursos de Pablo y Santi me recuerdan el derecho de todas las ni?as a ser nombradas en femenino. Tambi¨¦n pienso en el derecho de todas a crecer en un mundo sin violencia ni agresi¨®n sexual. En que todas tengan herramientas para identificar la agresi¨®n siempre que les roce. Porque en este pa¨ªs, eso ya lo sabemos, les rozar¨¢ a casi todas y les tocar¨¢ a muchas. A algunas hasta las matar¨¢.
Los l¨ªderes de Vox y el PP cambiar¨ªan su discurso si estuvieran hablando para todos los ni?os. Pero ellos solo cuidan de su prole
Como madre puedo decir que, cuando te pones a pensar en todos los hijos que no son tuyos la realidad se hace cada vez m¨¢s grande, el horizonte cada vez m¨¢s amplio y complejo. A lo mejor por eso he pensado estos d¨ªas en todos los ni?os y ni?as que fueron violados en escuelas franquistas por curas pederastas. Me he acordado de cuando la ignorancia y el oscurantismo sexual favorec¨ªa los abusos sexuales en este pa¨ªs. Y he sentido el peso del silencio de a?os sobre los hombros de todos esos ni?os, hoy ya viejos. Son ellos quienes me han llevado a pensar en todos los ni?os que han sido v¨ªctimas de abusos sexuales en Espa?a en lo poco que llevamos de 2020. En todos esos ni?os invisibles que est¨¢n siendo violados aqu¨ª y ahora. Los pienso haciendo su mochila para ir al colegio, poni¨¦ndose la bufanda, saltando los charcos. Me pregunto si entienden lo que les ha pasado, si saben ya que ninguna caricia puede ser secreta por mucho que un adulto les haya pedido que no digan nada. Pienso si alguien les ha explicado ya en casa o en el colegio c¨®mo defenderse de algo as¨ª. Pienso si saben que pueden (y deben) hablar para salvarse.
Y estoy segura de que Santi y Pablo cambiar¨ªan su discurso si estuvieran hablando para todos estos ni?os, para todos los ni?os. Pero ellos solo cuidan de su prole. Ellos son machos muy machos y han tenido los mejores hijos. Ellos sienten que con una herencia gen¨¦tica (y fiscal) como la suya, sus hijos lo tienen ya todo hecho. Y solo les queda trabajar para que el sistema los respete y no los estropee.
Los pobres Santi y Pablo no han entendido nada. Porque el hecho cierto es que sus hijos, tambi¨¦n los suyos, tienen el derecho a ser educados en igualdad de oportunidades solo por el hecho de haber nacido en Espa?a. La educaci¨®n va justo de eso en nuestro pa¨ªs. Es lo que est¨¢ por encima de la herencia y del linaje. Es lo que garantiza la igualdad de oportunidades y por tanto lo que sostiene la esencia misma de la democracia. Sin igualdad de oportunidades no hay democracia posible. Por eso la ultraderecha quiere colocar ah¨ª su dichoso pin, justo en la l¨ªnea de flotaci¨®n del sistema. Ellos saben que no podemos vivir en democracia si las oportunidades se conceden en el nombre del padre. Y eso es justo lo que a ellos les gustar¨ªa. De nosotros depender¨¢ que lo hagan posible.
Nuria Labari es escritora y periodista, autora de La mejor madre del mundo (Literatura Random House).
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