Madrid independentista
Es f¨¢cil criticar la ingobernabilidad parlamentaria por la llegada de m¨²ltiples partidos de ra¨ªz localista, pero tambi¨¦n ser¨ªa inteligente reparar en las causas que motivan ese voto
Es una tradici¨®n que comenz¨® Esperanza Aguirre durante sus largos a?os de mandatos madrile?os. Su papel de frontal oposici¨®n al Gobierno de Zapatero le sirvi¨® de cortina de humo para disipar los atisbos de una corrupci¨®n galopante que se confirmaron m¨¢s tarde con las detenciones de los m¨¢ximos cabecillas, todos ellos con responsabilidades muy altas en el Gobierno regional y sucursales bancarias en Suiza y Panam¨¢. Esa salvaje oposici¨®n nos trajo algunos de los episodios m¨¢s da?inos para la pol¨ªtica nacional, como fue la llamada al boicoteo contra productos catalanes y la recogida de firmas contra el Estatut. Dos acciones de oportunismo pol¨ªtico de gran r¨¦dito local, pero que dieron combustible a los motores secesionistas en Catalu?a. Conviene tener siempre presente una cronolog¨ªa de hechos para no dejarse enga?ar por una lectura presentista de la pol¨ªtica nacional, en la que todo parece haberse desencadenado por sorpresa esta misma ma?ana.
A juzgar por las primeras acciones del Gobierno de D¨ªaz Ayuso, la escuela ha calado en sus pupilos. Poca actividad pol¨ªtica en beneficio de los madrile?os, demasiada aspiraci¨®n a capitalizar la oposici¨®n al Gobierno, incluso en la pol¨ªtica exterior con respecto a Venezuela. Sirve de coartada que la direcci¨®n del PP no parece capacitada para diferenciarse de opciones m¨¢s radicales a su derecha y Madrid es una joya que relumbra por su potencia econ¨®mica y su altavoz medi¨¢tico. Pero en pol¨ªtica no conviene confundirse de sede y de mandato. Puede que favorezca las aspiraciones personales, pero perjudica a los ciudadanos, que lo que quieren, cada vez m¨¢s, son pol¨ªticas locales de cercan¨ªa y tino. Madrid se beneficia de un Estado demasiado centralizado, en el que nadie parece entender que convendr¨ªa ir desplazando altas oficinas burocr¨¢ticas, organismos de control y tribunales superiores hacia capitales de otras provincias para solventar un problema cada vez m¨¢s grave de despoblaci¨®n y nacionalismos locales. Desde hace a?os se sabe que un Tribunal Constitucional en Huesca facilitar¨ªa esa desjudicializaci¨®n de la pol¨ªtica con la que algunos sue?an mientras alimentan el monstruo del carrerismo profesional a la sombra del poder.
Es f¨¢cil criticar la ingobernabilidad parlamentaria por la llegada de m¨²ltiples partidos de ra¨ªz localista, pero tambi¨¦n ser¨ªa inteligente reparar en las causas que motivan ese voto. Madrid ha destrozado con sus pol¨ªticas fiscales las regiones de su entorno, con premios a los grandes patrimonios y dopaje a las herencias m¨¢s altas. La ¨²ltima y grotesca ocurrencia de andar por los micr¨®fonos con la promesa de traerse la feria de m¨®viles de Barcelona ha puesto en evidencia una deslealtad que si hubiera sido de direcci¨®n inversa nos habr¨ªa obligado a escuchar las descalificaciones de las grandes cabezas que andan en sacrificio voluntario al servicio de la unidad de Espa?a. Los ciudadanos de Madrid han aprendido hace tiempo a sobrevolar en parapente la trama politiquera que satura sus corrillos. Saben que se puede vivir al margen y con la concentraci¨®n puesta en los asuntos propios. Pero no quieren que nadie los utilice para enfrentarse a otros compatriotas. Llevan la capitalidad con discreci¨®n y son, adem¨¢s, la poblaci¨®n m¨¢s receptiva con el for¨¢neo. Ojal¨¢ la agenda particular de sus pol¨ªticos no logre cambiar esas dos buenas costumbres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.