El Brexit y la crisis de transformaci¨®n mundial
El Reino Unido es un ejemplo del debilitamiento y secuestro de la democracia. La igualdad, libertad y solidaridad, valores de la Ilustraci¨®n que la civilizaci¨®n ha intentado defender, vuelven a estar amenazados
Los brit¨¢nicos se han apresurado a alejarse de los acantilados blancos de Dover. Con su victoria en las elecciones generales del 12 de diciembre, los conservadores de Boris Johnson han logrado que el Reino Unido est¨¦ fuera de la Uni¨®n Europea a partir del 31 de enero, lo que no deja m¨¢s que 11 meses para completar unos complicados acuerdos comerciales y sobre otros temas con la UE. No se har¨¢ a tiempo, lo que causar¨¢ caos y recriminaciones, puesto que los partidarios del Brexit culpan a Bruselas de todo lo que pueden.
He vivido y trabajado en la Europa continental muchos a?os y, como tal, me siento triste. Pero adem¨¢s hay consecuencias que deber¨ªan preocuparnos a todos. Nos encontramos en un momento peligroso de la transformaci¨®n mundial, en el que los sistemas democr¨¢ticos est¨¢n desgast¨¢ndose y los valores de la Ilustraci¨®n que la civilizaci¨®n ha intentado defender vuelven a estar amenazados.
Otros art¨ªculos del autor
El Reino Unido es un ejemplo del debilitamiento y el secuestro de la democracia. En el refer¨¦ndum de 2016 sobre el Brexit, con escasa participaci¨®n, solo el 37% vot¨® a favor de dejar la UE. Eso no es una mayor¨ªa. En las elecciones generales de diciembre, con escasa participaci¨®n, solo el 29% vot¨® a los conservadores. Sin embargo, el sistema electoral les dio el 56% de los esca?os en el Parlamento.
Lo ir¨®nico es que obtuvieron m¨¢s votos los partidos que o bien quer¨ªan un segundo refer¨¦ndum o bien quer¨ªan permanecer en la UE. Y la mayor¨ªa de todos los grupos de edad por debajo de 45 vot¨® abrumadoramente en contra de los conservadores.
Hay algo a¨²n m¨¢s siniestro. Tanto la campa?a del Brexit como la campa?a electoral conservadora se financiaron con dinero de multimillonarios, muchos de ellos extranjeros; los medios de comunicaci¨®n que los apoyaron son, casi todos, propiedad de plut¨®cratas extranjeros, en particular Rupert Murdoch; las redes sociales utilizadas por los conservadores son de propiedad extranjera, y la empresa de relaciones p¨²blicas que organiz¨® la campa?a de Boris Johnson era extranjera, propiedad de australianos y neozelandeses.
En el refer¨¦ndum de 2016, con escasa participaci¨®n, solo el 37% vot¨® a favor de dejar la UE. Eso no es una mayor¨ªa?
Los responsables de la campa?a de Johnson se aseguraron de que estuviera a salvo de los medios independientes, especialmente la BBC, que tiene la obligaci¨®n de ser pol¨ªticamente neutral. Lo protegieron de las entrevistas y de un debate televisivo sobre el cambio clim¨¢tico. Y lo m¨¢s revelador: la noche siguiente a la victoria electoral, Boris Johnson fue el invitado de honor en una fiesta en la mansi¨®n londinense de un antiguo esp¨ªa del KGB. Si fuera una pel¨ªcula, parecer¨ªa incre¨ªble.
El car¨¢cter plutocr¨¢tico del nuevo Gobierno empez¨® a aflorar. En enero se anunci¨® que el gasto p¨²blico se trasladar¨ªa de ¨¢reas en las que hab¨ªan dejado de votar a la izquierda para votar conservador hacia otras en las que concentran los simpatizantes m¨¢s ricos. Hubo fuertes rumores sobre planes para contener a la BBC ¡ªel asesor de Johnson dice que la cadena es su ¡°enemigo mortal¡±¡ª, y su director general dimiti¨®. Y se iniciaron conversaciones sobre un acuerdo comercial con EE?UU que desembocar¨¢n en una mayor privatizaci¨®n del Servicio Nacional de Salud.
Lo que se puede predecir es que el Gobierno va a entregar m¨¢s subsidios a empresas extranjeras para tratar de convencerlas de que no se vayan. En el Reino Unido operan mil empresas japonesas y, cuando los dirigentes de Nissan dijeron que estaban pensando en cerrar sus f¨¢bricas, el Gobierno conservador anterior se apresur¨® a concederle 21 millones de libras. Da igual: Nissan acept¨® el dinero pero se va a ir de todas formas. Ahora bien, lo que m¨¢s preocupar¨¢ a los espa?oles y el mundo hispanoparlante en general son las repercusiones internacionales. A medida que se desarrolla la transformaci¨®n mundial, la econom¨ªa neoliberal ortodoxa que ha prevalecido desde los tiempos de Thatcher y Reagan ha creado un sistema mundial de capitalismo de rentas en el que Estados Unidos est¨¢ tratando de obtener la mayor parte posible de los ingresos rentistas, de las finanzas, la propiedad y la llamada ¡°propiedad intelectual¡±.
Estados Unidos depende de las finanzas. En los a?os setenta, los ingresos generados por su sector financiero equival¨ªan al 100% del PIB; ahora valen el 350%. Goldman Sachs es un pulpo de alcance mundial que ofrece puertas giratorias a pol¨ªticos destacados, incluido alg¨²n espa?ol bastante importante. Muchas otras instituciones financieras est¨¢n qued¨¢ndose con los activos europeos.
Trump y Johnson van a contribuir discretamente a que la Uni¨®n Europea siga fragment¨¢ndose
Para impulsar las finanzas, en 1994, EE?UU globaliz¨® su r¨¦gimen de derechos de propiedad intelectual imponiendo el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) a trav¨¦s de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Antes de 1995, cada a?o se registraban menos de un mill¨®n de patentes internacionales; en 2018, m¨¢s de 3,3 millones, cada una de las cuales representaba 20 a?os de ventajas monopol¨ªsticas; en algunos casos, 40 a?os. Una situaci¨®n que ha beneficiado a las empresas tecnol¨®gicas, farmac¨¦uticas y financieras estadounidenses y ha sostenido su econom¨ªa nacional.
Sin embargo, la capacidad de obtener beneficios de monopolio, o rentas, de otros pa¨ªses fue ef¨ªmera, porque Estados Unidos subestim¨® la fuerza de China, que se incorpor¨® a la OMC en 2001. A partir de entonces, su aceleraci¨®n fue tal que, en 2011, adelant¨® a Estados Unidos, con cinco veces m¨¢s patentes registradas que la Oficina Europea de Patentes. En la actualidad, China registra anualmente m¨¢s patentes que la suma de Estados Unidos, Jap¨®n, la Rep¨²blica de Corea y la Oficina Europea. China est¨¢ convirti¨¦ndose poco a poco en el principal Estado rentista del mundo, adem¨¢s del primer productor industrial.
En el ¨¢mbito financiero y en propiedad intelectual, Europa se ha quedado atr¨¢s. Pero EE?UU est¨¢ en declive econ¨®mico, militar y pol¨ªtico. Por mucho que Trump exhiba su chauvinismo grandilocuente y su actitud agresiva hacia la Uni¨®n Europea y China, ese declive va a continuar. Sus aliados est¨¢n recelosos, nerviosos y desconfiados. Existe el peligro de que EE?UU intente sacar m¨¢s dinero de Europa y, para ello, fragmente todav¨ªa m¨¢s la Uni¨®n Europea, interfiera en su proyecto pol¨ªtico y facilite el saqueo que dirigentes como Trump y Johnson permiten y Putin apoya calladamente.
No es ning¨²n secreto que Trump y Johnson se llevan muy bien. En Davos, Trump llam¨® a Johnson ¡°el maravilloso primer ministro brit¨¢nico¡±. Pero el acuerdo comercial y de inversiones que imponga Estados Unidos al Reino Unido ser¨¢ un caballo de Troya. Y ambos dirigentes van a contribuir discretamente a que la UE siga fragment¨¢ndose. El pr¨®ximo objetivo puede ser Italia, cada vez m¨¢s cerca de dar la victoria pol¨ªtica a la extrema derecha, con su agenda populista.
La mayor amenaza es la que se cierne sobre los valores de la Ilustraci¨®n alimentados durante muchas generaciones, los valores de igualdad, libertad y solidaridad, que los europeos cultos consideran la esencia de la civilizaci¨®n. Nos debe alarmar el peligro que representa un r¨²stico EE?UU gobernado por ignorantes que no respetan ninguno de esos valores, aferrados a su estatus de superpotencia y vinculados a ¨¦lites poco fiables en Europa y Latinoam¨¦rica, en particular.
La alarma es necesaria para poder resistir. Y solo conseguiremos resistir si logramos forjar una visi¨®n progresista distintiva con un programa estrat¨¦gico que tenga en cuenta las aspiraciones y las necesidades del precariado europeo, en busca de una seguridad b¨¢sica y un impulso ecol¨®gico para evitar no solo la extinci¨®n de la naturaleza, sino la de la propia Ilustraci¨®n. Podemos hacerlo. Pero debemos empezar cuanto antes.
Guy Standing es autor de Plunder of the Commons: A Manifesto for Sharing Public Wealth.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.