No, el mejor ¡®souvenir¡¯ de Par¨ªs no es una Torre Eiffel en miniatura
El nuevo perfume de Diptyque, Eau Capitale, es el primer homenaje de la casa parisina a su ciudad natal y el mejor modo de viajar a la ciudad del Sena sin coger un avi¨®n
En casa de herrero, cuchillo de palo. Solo el refranero popular puede explicar el motivo por el que, a lo largo de m¨¢s de medio siglo de historia, la perfumer¨ªa Diptyque, emblema cosmopolita de Par¨ªs, nunca hab¨ªa dedicado un perfume a la ciudad del Sena. ¡°Un d¨ªa me di cuenta de ello, y de que tampoco hab¨ªa entre nuestros perfumes ning¨²n chypre, que es el g¨¦nero olfativo parisino por excelencia¡±, cuenta Myriam Badault, directora creativa de la casa. Cuando dice chypre se refiere a la familia de perfumes inaugurada por el legendario Fran?ois Coty en 1917 que ha inspirado desde entonces multitud de fragancias c¨¦lebres. ¡°Se compone esencialmente de cuatro ingredientes, que son el l¨¢dano, el musgo de encina, la bergamota y el pachul¨ª¡±, explica el perfumista Olivier Pescheux, que ha sido el encargado de crear este nuevo perfume que salda varias deudas pendientes en la historia de Diptyque.
Quiz¨¢s por ello lo han llamado Eau Capitale. ¡°No quer¨ªamos ser obvios¡±, apunta Badault. Con ella coincide el tercer implicado en la creaci¨®n, Pierre Marie: ilustrador, decorador y ornamentista, como ¨¦l mismo se define. Marie colabora con la firma desde hace una d¨¦cada y ha dise?ado la imagen de Eau Capitale, que, explica, rinde homenaje a una ¨¦poca crucial. ¡°El primer chypre se cre¨® cuando Par¨ªs viv¨ªa el apogeo del modernismo [el movimiento est¨¦tico lleno de profusa decoraci¨®n vegetal de principios del siglo XX]¡±, afirma. ¡°De hecho, en la primera ¨¦poca de Diptyque, en los sesenta y los setenta, hubo un regreso a aquel art nouveau a trav¨¦s de la psicodelia. Solo hay que ver los primeros frascos de la casa. As¨ª que me pareci¨® algo natural unir el chypre, Par¨ªs y el modernismo en un dise?o que, sin embargo, no cayera en el clich¨¦ tur¨ªstico. No es que seamos esnobs, pero ten¨ªamos que ir m¨¢s all¨¢ de las bocas de metro de Hector Guimard¡±.
Cuenta Pierre Marie que la iluminaci¨®n le lleg¨® en el edificio que alberga el Instituto Giacometti, antigua residencia de Paul Follot, el arquitecto art d¨¦co, que conserva intactas muchas de sus vidrieras originales. ¡°All¨ª estaba todo el imaginario de Diptyque, las cornucopias, los pavos reales¡ y entonces decid¨ª que lo m¨¢s l¨®gico era hacer una vidriera ad hoc¡±.
Dicho y hecho, la vidriera de la que habla es una creaci¨®n artesanal a la que hace referencia la imagen del perfume. Desde los tiempos en que Desmond, Christiane e Yves, tres amigos aficionados al arte y la decoraci¨®n, abrieron en el Boulevard Saint Germain una tiendecita ecl¨¦ctica y exquisita con doble escaparate (de ah¨ª el d¨ªptico al que alude el nombre de Diptyque), la casa parisina se ha caracterizado por demostrar sobre el papel, y sobre el perfume, que todos los detalles cuentan. Ahora, adem¨¢s, demuestra que ser profeta en tierra propia no es imposible si se espera al momento oportuno.
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