Davos y el Ej¨¦rcito Verde

Ha llegado el Brexit, y sabremos de su crudeza por los gramos de singapurismo que decida inyectarse el sistema brit¨¢nico. Lo advert¨ªa Xavier Vidal-Folch: Londres podr¨ªa tener la tentaci¨®n de convertirse en un ¡°semipara¨ªso fiscal¡±, ¨¦mulo de Singapur, antigua colonia y hoy autoritaria polisasi¨¢tica. Ser¨ªa la inversi¨®n de la profec¨ªa de Fukuyama: las potencias asi¨¢ticas no han convergido hacia nuestro modelo democr¨¢tico, y somos las democracias las que asimilamos su modo de producci¨®n. Pens¨¢bamos, ingenuos de nosotros, que lo natural ser¨ªa que las otrora colonias adoptaran el parlamentarismo brit¨¢nico, y resulta que al peligroso y alocado Boris le pone el capitalismo sin reglas a lo Singapur. Es un problema civilizatorio de primer grado, pues estamos ante el mundo al rev¨¦s. El ¡°privilegio anticipador¡± del que hablaba Habermas (todos querr¨¢n llegar a ser lo que somos y cristalizaremos en una sociedad mundial proyecci¨®n de la nuestra) se encuentra ante lo contrario: somos nosotros los que queremos parecernos a ellos. Resulta inevitable preguntarse si eso tambi¨¦n significa que nuestras democracias podr¨ªan ser reversibles.

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EDITORIAL | Palabras y hechos

El fantasma de Singapur

?C¨®mo disciplinar al capitalismo para no seguir desdibujando nuestro modelo? Se habl¨® de ello en Davos, donde se puso en el div¨¢n al capitalismo del futuro, pues en su actual versi¨®n depredadora hay cierto consenso sobre que la cosa no funciona: inestabilidad laboral, desigualdad, deterioro medioambiental, turbulencias pol¨ªticas... Un listado conocido. Sabemos que no hay ni una sola democracia sin econom¨ªa de mercado, pero tambi¨¦n que el capitalismo sin doma impacta gravemente en el coraz¨®n de nuestro sistema. Es el viejo dictum marxista: la distribuci¨®n de los recursos explica buena parte del conflicto social y pol¨ªtico. Y conviene no ser ingenuos, pues el capital solo cede cuando peligra la fuente de sus privilegios. Fue el temor al Ej¨¦rcito Rojo lo que lo empuj¨® a ser m¨¢s condescendiente con los perdedores del sistema. El peligro del contramodelo comunista amenazaba su posici¨®n de poder, lo que deriv¨® en nuestras sociedades de bienestar capitalista. A este contrato se le llam¨® ¡°pacto social-democr¨¢tico¡±: los ricos podr¨ªan mantener sus privilegios a cambio de ceder parte de su riqueza, v¨ªa distribuci¨®n fiscal.

Hoy, el Ej¨¦rcito Rojo es el calentamiento global, y ante ¨¦l la agenda verde enarbola un valor que est¨¢ por encima del principio del beneficio: la sostenibilidad. Porque no hay salida, o se negocia una transici¨®n ecol¨®gica justa o la paz social no podr¨¢ ser garantizada. Ni tampoco nuestras democracias. El ecologismo es el ¨²nico actor con fuerza y legitimidad para domesticar al capital, y ser modelo de esa transici¨®n justa es la mejor baza para Europa, llamada a convertirse en la cabeza de mando del nuevo Ej¨¦rcito Verde. Que as¨ª sea.