?Estefan¨ªaaa!
En 'La isla de las tentaciones', la escena de una mujer ejerciendo absoluto dominio emocional sobre un hombre resultaba a la vez penosa e hipn¨®tica
Desenga?¨¦monos, colegas cronistas: salgamos de la burbuja. Hoy, en los bares de los curros y los recreos de los institutos no se habla de la cumbre de S¨¢nchez y Torra, sino de la de Fani y Christofer. Si saben qui¨¦nes son, no hace falta explicar el motivo. Si no, no s¨¦ si darles la enhorabuena por su buen gusto, o el p¨¦same por lo que se est¨¢n perdiendo. Lo resumo r¨¢pido. En su ¨²ltimo bombazo televisivo, Mediaset recluta a cinco parejas de novios entre exconcursantes de sus realities. Los suelta separados por sexos en dos villas caribe?as rodeados de pretendientes que van a deg¨¹ello y sin otra cosa que hacer m¨¢s que comer, beber y liarse entre ellos, y espera acontecimientos. El reto de los t¨®rtolos consiste en resistir la tentaci¨®n y fortalecer su v¨ªnculo, o caer en ella y salir tarifando. Todo, ali?ado con expl¨ªcitas vistas de sus atributos y escarceos. Nada nuevo bajo el aud¨ªmetro.
Lo nuevo, y adictivo, es que las novias, oh esc¨¢ndalo, han resultado ser m¨¢s procaces y promiscuas que sus novios. Que ellas son el sexo fuerte y ellos el d¨¦bil. Que ellos lloran y ellas r¨ªen. Que ellas son las malas y ellos los buenos, o los tontos. O que se lo hacen todo, todos. El cl¨ªmax fue cuando Estefan¨ªa, un mujer¨®n de 34 a?os, se rio del llanto de su pareja, Christofer, un chaval de 27, mientras ambos ve¨ªan el v¨ªdeo de ella fornicando con otro. Quiz¨¢ por in¨¦dita, la escena de una mujer ejerciendo absoluto dominio emocional sobre un hombre resultaba a la vez penosa e hipn¨®tica. Luego, mientras Chris se iba deshechito de la isla, Fani volv¨ªa a la casa de las chicas a seguir viviendo la experiencia. O sea, a seguir comiendo, bebiendo y revolc¨¢ndose con su nuevo churri. Dicen que todo es mentira. Que Chris y Fani siguen juntos y se est¨¢n riendo de nosotros mientras esperan vendernos nuevas motos. Vale. Tampoco es para tanto. S¨¢nchez y Torra tambi¨¦n hacen el parip¨¦ ante su p¨²blico y no nos dan tan buenos ratos.
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