?Quieres ser infiel?
Me divierte, igual que a medio pa¨ªs, gritar ¡°Estefan¨ªaaa¡± en una cola o dentro del taxi
Gracias a La isla de las tentaciones para unos cuantos millones de espa?oles la infidelidad se ha convertido en ese caramelo que todos queremos probar. Si no llegamos a atrevernos a dar el paso, s¨ª podemos sentarnos delante del televisor para que M¨®nica Naranjo y los semidesnudos concursantes del programa nos deleiten con las infinitas posibilidades, amargas y dulces, que ofrecen los cuernos de esa fruta prohibida.
Me divierte, igual que a medio pa¨ªs, gritar "?Estefan¨ªaaa!" en la cola de una tienda o dentro del taxi. Christofer es el desdichado novio de Estefan¨ªa que gritaba su nombre en las id¨ªlicas playas de Santo Domingo despu¨¦s de que M¨®nica Naranjo le ense?ara las im¨¢genes donde Fani disfrutaba de las curvas y el maquillaje corporal del corpulento Rub¨¦n, una tentaci¨®n en forma de var¨®n depilado. Ha sido un momento impagable, cierto. En ese grito est¨¢ encerrado el secreto del ¨¦xito del programa: podemos vivir la fantas¨ªa de cometer una infidelidad. Porque es natural. Resulta imposible ser permanentemente fiel.
Pero si estamos en la otra esquina del cuadril¨¢tero, podemos hacer como la gran ?gatha Ruiz de la Prada, quien protagoniza la portada de ?Hola!, (hablando alto y claro, como le gusta tanto a lectores como a telespectadores) expresando que no desea ver a Luis Miguel en ¡°mucho, mucho tiempo¡±. Bueno, as¨ª se termina una infidelidad, aunque ?gatha confiesa que no tiene pruebas pero la intuici¨®n las suple. En este caso, la infidelidad trajo algo bueno y ?gatha tiene ahora libertad de movimiento, Luismi tambi¨¦n y todo el mundo est¨¢ mejor. Podr¨ªa tratarse de un caso flagrante de infidelidad positiva. Que puso a cada quien en un lugar mejor.
Claro que tambi¨¦n hay infidelidades malas, como la de Bigote Arrocet y sus amigas, que parece fueran todas fieles a la misma peluquer¨ªa. Desde otra trinchera acaba de saltar a la arena medi¨¢tica la hija de Bigote, que defiende a su padre con la fiereza con que lo har¨ªa cualquier hija en un culebr¨®n venezolano. Mar¨ªa Teresa, por su parte, acude a S¨¢lvame y da una entrevista cuyo contenido se extiende cinco d¨ªas de emisi¨®n. La vi angulosa, bien peinada y fiel a s¨ª misma, que es lo mejor que se puede hacer. Y lo m¨¢s televisivo.
Pero la peor de las infidelidades actuales es la que representa Karelys. La ¨²ltima entrega de esta apasionante historia es que Karelys Rodr¨ªguez podr¨ªa trasladarse a Madrid y abandonar Londres, esa ciudad de la que le encantaba tanto su diversidad como sus cafeter¨ªas m¨¢s ordinarias. Karelys est¨¢ empezando a adquirir ciertas sombras en su cara. Me apena la armon¨ªa entre cuerpazo y rostro, ahora inexistente. Pero ya sabe mejor que su abogada que su verdadero objetivo es el volverse contenido de la insaciable y rom¨¢ntica prensa rosa y desea ser fiel a ese jugoso juego. En el otro lado, Eva Gonz¨¢lez se mantiene fiel a su bolso Loewe y a su impecable sonrisa, aparte de declarar, siempre escuetamente, que conf¨ªa en Cayetano. Yo conf¨ªo en Eva.
Tambi¨¦n defiendo que no se puede ser siempre fiel. Es una p¨¦rdida de tiempo. Sobre todo en un mundo saturado de ofertas que lo pone todo del rev¨¦s. Quiz¨¢s vaya siendo hora de que veamos a la infidelidad como ese ingrediente picante que ¡°despierta cualquier ensalada¡±, como una vez dijo Diana Vreeland. Y es lo que nos ense?a La isla de las tentaciones, que un poco de infidelidad es necesaria para que cualquier pareja, relaci¨®n o matrimonio, despierte y se avive. Vuelva a ser lo que era.
Quiz¨¢s por eso fascin¨® ese reencuentro de Brad Pitt con Jennifer Aniston en la entrega de los premios de la Academia de actores. Llevo d¨ªas con esa foto en todos mis aparatos, el m¨®vil, el ordenador, me encanta la madurez que ofrecen. Se ven como si estuvieran reconoci¨¦ndose con la franqueza de saber que se conocen mejor que nadie. Ella est¨¢ c¨®moda, con su premio, con ese traje de 15 a?os atr¨¢s que sigue sentando bien. ?l, relajado, recuperado, tranquilizando toda la situaci¨®n. Ambos atravesaron todo lo que conlleva una infidelidad. En el caso de Pitt, matrimonio y paternidad con Angelina Jolie y reconocimiento de que se emborrachaba para conseguir digerirlo. Ahora, vuelven a estar donde el destino hollywoodiense ha querido llevarles: cara a cara. Deber¨ªamos colocar esta foto en las plazas. Y celebrar el lado positivo de la vida. Que una infidelidad siempre, o casi siempre, te devuelve a la felicidad.
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