Plan para Daimiel

Los acusados episodios de sequ¨ªa que padece Espa?a de manera recurrente tienen un grave impacto en las zonas naturales protegidas. Como consecuencia de las adversidades climatol¨®gicas, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, la ¨²nica llanura de inundaci¨®n de clima semi¨¢rido de Europa, atraviesa una situaci¨®n cr¨ªtica. Sus gestores han lanzado un grito de auxilio al Gobierno ante el delicado estado de salud del humedal de La Mancha: la zona anegada apenas cubre 97 hect¨¢reas, el 5,5% de las 1.750 que conforman el parque. Frente a quienes reclaman al Ejecutivo que autorice un trasvase desde el acueducto Tajo-Segura, tanto el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica como los grupos ecologistas consideran que la transferencia de agua de una cuenca a otra no resultar¨ªa en estos momentos una acci¨®n eficaz.

Al deterioro de este espacio natural ha contribuido de manera muy especial la sobrexplotaci¨®n h¨ªdrica para atender las demandas de la producci¨®n agr¨ªcola en las inmediaciones del parque nacional. El Gobierno se propone controlar las captaciones legales de agua, pero tambi¨¦n los pozos abiertos irregularmente que contribuyen a menguar el acu¨ªfero subterr¨¢neo y su ¨¢rea de influencia. Un riguroso plan de inspecciones permitir¨¢ determinar hasta qu¨¦ punto est¨¢n siendo esquilmados los recursos h¨ªdricos en un territorio extremadamente sensible.

La supervivencia de Las Tablas pasa por evitar que se reproduzcan episodios como los vividos hace una d¨¦cada, cuando la sequ¨ªa, unida al expolio del acu¨ªfero, desecaron el subsuelo y la turba entr¨® en combusti¨®n, un fen¨®meno que podr¨ªa repetirse si no se adoptan medidas urgentes. Las soluciones estudiadas para eludir la cat¨¢strofe ecol¨®gica contemplan, adem¨¢s del trasvase entre cuencas, extraer agua del subsuelo mediante sondeos de emergencia para extenderla en la superficie y humedecer as¨ª la zona. Sea cual sea la decisi¨®n, debe prevalecer la preservaci¨®n del parque. Pol¨ªticos, conservacionistas y agricultores est¨¢n obligados a consensuar los remedios para garantizar la supervivencia del parque dentro de un modelo sostenible.

Mantener Las Tablas de Daimiel vivas es una obligaci¨®n irrenunciable. El entorno ha sufrido un declive progresivo en las ¨²ltimas d¨¦cadas, en parte por la desidia de las autoridades a la hora de contener las extracciones de agua, realizadas a veces mediante profundos pozos horadados con tecnolog¨ªa petrol¨ªfera. No adoptar las soluciones necesarias para preservar la laguna y la fauna que en ella recala es una irresponsabilidad. El parque necesita acciones pol¨ªticas de manera inaplazable. Poner parches para salir del paso o dejar su futuro al arbitrio de la meteorolog¨ªa es una temeridad.