La indecencia es rentable
Es un buen momento para dar otra vuelta al mandato de Trump evitando la caricatura
El pol¨ªtico dem¨®crata que suceda a Trump en la Casa Blanca est¨¢ todav¨ªa en el instituto. A¨²n le quedar¨ªan cinco cursos por delante hasta que en enero de 2025 el pol¨¦mico presidente acabe su probable segundo mandato. Por lo visto la ¨²ltima semana en EE?UU, la m¨¢s brillante de su presidencia, no resulta aventurado abandonar toda esperanza sobre el resultado de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, el ¡°Lasciate ogni speranza¡±, de la Divina comedia de Dante a las puertas del infierno.
El presidente absuelto por el Senado de abuso del poder y obstrucci¨®n del Congreso; el descalabro dem¨®crata incapaz de gestionar los caucus de Iowa y el arca¨ªsmo de privilegiar el colegio electoral sobre el voto directo; la d¨¦bil participaci¨®n a la hora de votar, desmintiendo la leyenda urbana del inter¨¦s de la ciudadan¨ªa por quitarse de encima a Trump; el humillante resultado obtenido por Biden en el peque?o Estado de Iowa, el dem¨®crata considerado, por su moderado centrismo, m¨¢s elegible para ganar a Trump.
Creo que este es un buen momento para repensar a Trump, considerar con detenimiento su presidencia, darle otra vuelta a su mandato evitando la caricatura. Puede resultar m¨¢s eficaz para entender su inexplicable ¨¦xito y capacidad para que le reboten las cr¨ªticas de sus adversarios por sus mentiras, su corrupci¨®n, su racismo, su pasi¨®n por los aut¨®cratas y las democracias iliberales. Con el resultado de la erosi¨®n de la democracia estadounidense.
En primer lugar, Donald Trump no fue un presidente por accidente, como preferimos pensar. La presidencia de Obama no fue un ¨¦xito sin paliativos como llegamos a creer. Hillary Clinton fue una p¨¦sima candidata. El millonario neoyorquino entendi¨® antes que sus contrincantes la irritaci¨®n creciente de una mayor¨ªa ciudadana ante la realidad de que un salario normal no serv¨ªa ya para tener una vida digna.
Trump ha logrado que lo que est¨¢ bien y lo que est¨¢ mal no sean ya la br¨²jula de la democracia, borrando las fronteras entre la verdad y la mentira. Ha exportado con ¨¦xito su populismo desacomplejado ¡ªel Brexit ser¨ªa el ejemplo perfecto¡ª manejando con astucia la comunicaci¨®n a trav¨¦s de irritantes tuits, relegando al desv¨¢n a los medios tradicionales que pierden su calidad de prescriptores, arrollados por la seducci¨®n de las redes sociales. Ha cambiado de ra¨ªz el tablero pol¨ªtico; hasta el proteccionismo comercial con el ¡®Am¨¦rica primero¡¯, eje de su presidencia, le est¨¢ funcionando. Su atrevimiento con China es aplaudido.
Absuelto por el Senado, cabe preguntarse si el sistema de control y equilibrio del Ejecutivo ha funcionado y el presidente puede hacer lo que le venga en gana. Lo que funciona es la econom¨ªa, que vive el ciclo de crecimiento m¨¢s largo de la historia de EE?UU, con pr¨¢ctico pleno empleo. La baza m¨¢s importante para ser reelegido el martes 3 de noviembre. La presidencia de Trump no es una noria err¨¢tica, obedece a un guion y tiene m¨¦todo por heterodoxo que nos parezca. La indecencia es rentable. Hoy resulta virtuosa y no solo en EE?UU.
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