Han vuelto a matar a Marielle
La muerte misteriosa y enigm¨¢tica de una de los supuestos involucrados con el asesinato de la concejala podr¨ªa ser un peligroso boomerang
Escrib¨ª en esta misma columna que la joven activista negra, Marielle Franco, ejecutada a tiros por las milicias, acabar¨ªa siendo para el senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente de la Rep¨²blica, m¨¢s peligrosa muerta que viva.
De hecho, Marielle, asesinada, segu¨ªa viva pol¨ªticamente y su figura de activista comprometida con la defensa de los derechos humanos y su lucha contra las milicias, no hab¨ªa muerto. Era como una sombra y una voz acusadora que su muerte no consigui¨® disipar.
Marielle, s¨ªmbolo de la defensa de la libertad y de todos los excluidos por diferentes, no se apag¨® y sigui¨® asustando desde su tumba. Lo sab¨ªan muy bien quienes le quitaron la vida y todos aquellos pol¨ªticos que estaban asustados con su posible resurrecci¨®n.
La muerte misteriosa y enigm¨¢tica de uno de los supuestos involucrados con la muerte de Marielle, el capit¨¢n de la polic¨ªa militar y miliciano, Adriano N¨®brega, podr¨ªa ser un peligroso boomerang que amenaza a todos aquellos que la preferir¨ªan muda en su tumba.
Han querido asesinarla de nuevo, pues hab¨ªan entendido que segu¨ªa viva y amenazante. ?Lo habr¨¢n conseguido esta vez acallando la voz de quien quiz¨¢s m¨¢s sabr¨ªa sobre aquel crimen que ya hab¨ªa atravesado las fronteras del pa¨ªs? Sobre la muerte violenta del expolic¨ªa a¨²n se escribir¨¢ mucho y podr¨ªa hablar hoy con m¨¢s peligrosidad que vivo.
Este segundo asesinato de Marielle deber¨¢ ser puesto a la luz p¨²blica. Son muchas las preguntas que los pr¨®ximos d¨ªas se har¨¢n sobre el misterioso asesinato que a pocos de quienes aman la democracia podr¨¢ convencer que fue inevitable. Quiz¨¢s un d¨ªa no lejano quienes tanto deseaban la desaparici¨®n del l¨ªder de la organizaci¨®n criminal investigada por la muerte de Marielle se arrepienten de no haberle detenido vivo.
Con esa nueva muerte los nubarrones de la peor de las sospechas seguir¨¢n persiguiendo a los organizadores de aquel crimen que se niega a morir. Brasil, las fuerzas que siguen creyendo en los valores de la libertad necesitan saber.
Como escrib¨ª sobre Marielle tiempos atr¨¢s, no es posible matar a los muertos. Pero s¨ª pueden resucitar y exigir cuentas a los que resulten ser los culpables de un crimen que nos duele y averg¨¹enza a todos.
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