Un ciudadano, un voto y un ¡®like¡¯
Las elecciones se ganan en las urnas, pero se est¨¢n decidiendo en el tel¨¦fono m¨®vil
Mientras esto no cambie ¡ªque cualquier cosa puede pasar¡ª las elecciones se ganan y se pierden en las urnas. Tambi¨¦n es verdad que todo lo que sucede antes ¡ªlo que pasa en el mundo que vemos, olemos y tocamos¡ª resulta determinante. Pero comienza a serlo, y mucho, lo que ocurre en ese lugar que existe en nuestras pantallas y al que llaman, en un curioso ox¨ªmoron, realidad virtual.
La elecci¨®n de Barack Obama en las presidenciales de 2008 supuso una novedad en varios sentidos. Desde la misma raza del candidato dem¨®crata al hecho de que su carrera hacia la Casa Blanca, iniciada en las primarias de su partido, supusiera una permanente cuesta arriba donde sus m¨¢s encarnizados rivales eran precisamente sus compa?eros de formaci¨®n. Suele pasar. Pero, tal vez, la novedad de m¨¢s calado a largo plazo fue la utilizaci¨®n que su equipo de estrategas hizo de una herramienta, considerada pr¨¢cticamente secundaria hasta ese momento. La usaron para captar dos cosas que en las elecciones estadounidenses son casi igual de importantes: votos y fondos. Esa herramienta era Internet.
Doce a?os despu¨¦s, en esa orilla del Atl¨¢ntico, ya nadie levanta la ceja con escepticismo cuando se afirma que es necesaria una estrategia digital para ganar unas elecciones. En realidad ya nadie lo dice porque es una obviedad. Pero hoy los dem¨®cratas se encuentran con que los republicanos ¡ªo mejor dicho, el presidente sustentado por los republicanos¡ª les han robado el juguete. Cuando al inicio de su presidencia se supo que Donald Trump empleaba las noches en ver programas pol¨ªticos y tuitear sobre la marcha, abundaron las cr¨ªticas y los chistes. Ya nadie hace chistes. Se puede cuestionar si en esos momentos est¨¢ gobernando el pa¨ªs, pero lo que s¨ª que est¨¢ haciendo es mantener permanentemente engrasada su maquinaria electoral.
De modo que los pioneros se encuentran en una carrera en la que tienen mucho terreno que recuperar. En primer lugar, por algo que no tiene nada que ver con la tecnolog¨ªa. Los dem¨®cratas deben nominar un candidato en unas primarias. Un permanente escrutinio y tensi¨®n hasta la campa?a presidencial propiamente dicha. All¨ª aguarda un candidato republicano que lleva cuatro a?os en campa?a permanente. Pero es que adem¨¢s el intento m¨¢s visible de innovaci¨®n t¨¦cnica dem¨®crata no ha sido en la estrategia sino en el sistema. Y el resultado no ha podido ser peor por el fallo en la aplicaci¨®n para transmitir resultados.
?Afecta esto a la estrategia pol¨ªtica digital? No deber¨ªa. Lo importante en este caso es cu¨¢nto dinero se est¨¢n gastando los candidatos en Facebook y Google. Resulta que los dos que m¨¢s dinero han invertido ¡ªPete Buttigieg y Bernie Sanders, unos 15 millones de d¨®lares cada uno¡ª son los que han obtenido mejores resultados. Pero atenci¨®n, porque Michael Bloomberg a¨²n no se ha sometido a las primarias e ir¨¢ directo al llamado Supermartes el 3 de marzo... y ha gastado en lo mismo 60 millones.
Las elecciones se ganan y se pierden en las urnas, pero ya comienzan a decidirse en el tel¨¦fono m¨®vil.
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