Olor a rico, olor a pobre

Las dos fracturas m¨¢s serias que ha vivido Espa?a desde la restauraci¨®n de la democracia han propiciado la irrupci¨®n de los partidos que quebraron, parece que definitivamente, la c¨®moda y practicable alternancia bipartidista en nuestro pa¨ªs. En 2008 se rompi¨® el contrato social que sustenta el Estado de bienestar en las democracias liberales: ¡°T¨² te enriqueces con mi trabajo pero yo, y los m¨ªos, vamos progresando¡±. En 2017 el independentismo catal¨¢n rompi¨® el acuerdo constitucional: ¡°Somos muchos y diferentes, nuestras relaciones son a veces tensas y a veces fluidas, pero estamos juntos en este viaje¡±. La primera fractura llev¨® en volandas a Podemos al Congreso; la segunda hab¨ªa alumbrado primero a Ciudadanos y, despu¨¦s del oto?o separatista, le dio alas a Vox, por m¨¢s que los ultras sumen alg¨²n otro tipo de voto. Las dos fracturas siguen abiertas y los dos partidos que lideran las dos maneras de cerrarlas siguen siendo PSOE y PP, cuarteados, encogidos, pero mayoritarios todav¨ªa en sus ¨¢mbitos ideol¨®gicos.

M¨¢s informaci¨®n

El olor de los pobres

Par¨¢sita

?Pero hay realmente dos maneras de cerrar las brechas en el mundo ahora mismo? Porque las dos fracturas est¨¢n relacionadas y las dos trascienden a Espa?a. El pensamiento hegem¨®nico que recorre el planeta rico se traduce en los mismos esl¨®ganes con matices locales: America first, take back control, los catalanes mejor solos, y Espa?a para los espa?oles. Todos sabemos que eso conduce al desastre, pero la formulaci¨®n te¨®rica y la pr¨¢ctica pol¨ªtica en contra, se limita a poner parches a los desastres locales de una globalizaci¨®n econ¨®mica sin gobernanza pol¨ªtica. Por la ma?ana decimos que el nacionalismo condena al fracaso, y por la tarde cada pa¨ªs aprueba su tasa Google, porque no hay manera de que los organismos multilaterales establezcan un criterio com¨²n para hacer pagar impuestos a las grandes punto.com. Combatir el nacionalismo haciendo evidente que solo en el ¨¢mbito nacional te intentan dar soluciones no parece una gran idea.

Y qu¨¦ decir de la lucha de clases versi¨®n siglo XXI, que, seg¨²n los devotos de la pel¨ªcula Par¨¢sitos, refleja como nadie el director surcoreano Bong Joon-ho. Recomendable la pel¨ªcula, con hallazgos dram¨¢ticos como el olor a pobre que golpea, no en la nariz, sino en el est¨®mago. Pero con una conclusi¨®n final ¡ªojo, spoiler¡ª a la altura de los tiempos: hazte rico y libera a tu padre de sus cadenas.