La agricultura espa?ola y la Seguridad Social
Los Presupuestos deben asumir el sistema de protecci¨®n al sector agrario como pol¨ªtica econ¨®mica
El viernes 14 de febrero, EL PA?S publicaba un art¨ªculo de Valeriano G¨®mez y Fernando Moraleda sobre la agricultura espa?ola y el salario m¨ªnimo, que conclu¨ªa con algunas sugerencias: modificaci¨®n de la ley de contratos, mayor transparencia en la fijaci¨®n de precios, y ¡°reducir las cotizaciones sociales en el sector agrario para neutralizar el impacto de las subidas actuales y las que se prev¨¦n en el futuro para el SMI resulta imprescindible¡±. Sobre esto ¨²ltimo me gustar¨ªa aportar datos.
En la configuraci¨®n de nuestro sistema de Seguridad Social el R¨¦gimen Agrario (REASS) apareci¨® como un microsistema de escasas cotizaciones y prestaciones; inicialmente ni la base ni la pensi¨®n pod¨ªan superar sus cuant¨ªas m¨ªnimas, con cuotas y tipos muy bajos. En 1980 los afiliados agrarios eran 1.650.000, el 15% del total. En abril de 2004 eran 1.250.000 y a finales de 2019 era de 1.150.000, el 6% de los afiliados
Durante la etapa de Rodr¨ªguez Zapatero, incluimos al REASS cuenta propia en el R¨¦gimen de Trabajadores Aut¨®nomos (RETA), con un tipo de cotizaci¨®n m¨¢s reducido. El art¨ªculo 325 de la Ley General se?ala que este tipo, hasta el 120% de la base m¨ªnima, ser¨¢ del 18,75%. Para estos agricultores la subida del salario m¨ªnimo les ha obligado a pagar mejores salarios a sus trabajadores, pero tambi¨¦n disminuye su propia cotizaci¨®n. Sin embargo, muchos descendientes de los jubilados abandonan la actividad agraria; el total solo resiste por la incorporaci¨®n de mujeres y migrantes; por cierto, en muchas familias que han destinado los ahorros conseguidos en los a?os ¡°buenos¡± de la PAC a la compra de inmuebles se ha racaneado la cotizaci¨®n de las mujeres.
Los trabajadores asalariados pasaron a formar parte del R¨¦gimen General en 2011. El tipo de cotizaci¨®n de sus empleadores viene evolucionando del 15,95% al 23,60% (el del R¨¦gimen General) en veinte a?os, con una escala que acababa en 2031. En paralelo se les aplica una reducci¨®n de cotizaciones que crecer¨ªa del 6,10% al 8,15%. Esta reducci¨®n es una de esas cantidades que los anteriores y actuales gestores de la Seguridad Social hemos solicitado reiteradamente que sea abonada con tributos del Estado. El procedimiento de cotizaci¨®n es tan meticuloso que la subida del SMI escasamente ha incrementado los ingresos en el 5%.
Adem¨¢s, como los trabajadores agrarios asalariados tienen el derecho, excepcional pero l¨®gico debido a la estacionalidad de la actividad, de pagar cotizaciones cuando no trabajan al 11,5% se ha establecido una nueva reducci¨®n para que estas cuotas suban solo un 5,5%. Cuotas que se abonan los d¨ªas no trabajados (antes de 2007 se pagaban todos los d¨ªas). Y vamos a decirlo, hay doscientas mil personas que todos los a?os trabajan exclusivamente el n¨²mero m¨ªnimo de jornadas para tener acceso al PER, colectivo al que deber¨ªamos proteger en el presente y dar soluci¨®n en el futuro a trav¨¦s de las rentas m¨ªnimas.
En conclusi¨®n, la Seguridad Social ha sustituido durante las etapas socialistas para propietarios y empleados agrarios la anorexia franquista por un sistema m¨¢s generoso en la ratio prestaciones/aportaciones que los de otros sectores, lo cual es razonable. Pero intentar compensar las subidas del SMI con una mayor disminuci¨®n de ingresos no solo es contrario a la m¨¢s elemental equidad, sino algo imposible, ya que las exiguas cuotas no pueden compensarlas. Por cierto, que con las cotizaciones tambi¨¦n se cumple la Ley de Gresham: la cuota mala expulsa del mercado a la buena.
El art¨ªculo habla poco de la nueva cultura agraria que emerge: asociaciones de mujeres, nuevas cooperativas, agricultura y ganader¨ªa ecol¨®gica, marcas de calidad, denominaciones de origen, ferias como Fruit Attraction diversificaci¨®n de productos. Todas estas empresas y estos agricultores estar¨¢n moviliz¨¢ndose estos d¨ªas, porque perciben la reforma de la PAC como una amenaza y tienen la sensaci¨®n de que el Gobierno o al menos una parte les ningunea. En mi tierra, Castilla, dicen que para ellos los a?os se dividen en malos y peores. El discurso sobre el margen de la distribuci¨®n es cierto con toda seguridad, pero las alternativas pasan por una definici¨®n de las reglas de competencia similar a la que se aplica en otros pa¨ªses europeos, por el fomento de la nueva cultura agraria y no por la reiteraci¨®n de la misma protesta durante d¨¦cadas.
Ahora estamos discutiendo qu¨¦ papel tiene que jugar el Estado en la financiaci¨®n de la Seguridad Social, resulta extra?o que sin aportar datos consideremos imprescindible reducir cotizaciones para compensar subidas salariales. Seguro que a esta reivindicaci¨®n se apuntar¨ªan gozosos otros empresarios. El sistema de protecci¨®n ya es muy solidario con el sector agrario; deber¨ªan ser los Presupuestos Generales del Estado quienes asumieran esta solidaridad como una cuesti¨®n de pol¨ªtica econ¨®mica, tal y como por cierto ya propon¨ªa el Pacto de Toledo en 1995. Parece que de esto, como de los datos, nos hemos olvidado.
Octavio Granado ha sido secretario de Estado de Seguridad Social de abril de 2004 a diciembre 2011 y de junio de 2018 a enero de 2020.
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