?Estamos ganando?
Europa no tiene apetito de poder.Los europeos somos de Venus
Cumbre extraordinaria en Bruselas, madrugada de vigilia fracasada para que Europa se dote de la palanca financiera necesaria para posibilitar la UE que deseamos, verbalmente ambiciosa. La soberan¨ªa geoestrat¨¦gica, tambi¨¦n la tecnol¨®gica, hoy liliputiense ante los grandes gigantes de EE?UU e incluso ante el salto realizado por China, simbolizado sobre todo por Huawei, y tambi¨¦n adelantada en el terreno de la inteligencia artificial. Asignaturas pendientes de una UE que quedan casi siempre suspendidas hasta septiembre. Sin recursos para servirla, la ambici¨®n europea como actor global de relevancia es solo ret¨®rica. Y nuevas asignaturas: encabezar la revoluci¨®n verde con la lucha contra el cambio clim¨¢tico y ser punta de lanza en los avances cient¨ªficos. Y m¨¢s fondos para la migraci¨®n. Al tiempo, la UE contin¨²a aferrada a un gasto de 368.000 millones de euros para engrasar la pol¨ªtica agraria com¨²n, y miles de millones en fondos, justos y necesarios, para fortalecer la cohesi¨®n.
Una demograf¨ªa insuficiente ¡ªuna tasa de nacimientos de 1,6 beb¨¦s por mujer para el conjunto de la UE, con una excepci¨®n notable: la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen, es madre de siete hijos¡ª para mantener los Estados del bienestar actuales. Grave lesi¨®n para una Europa protectora. La pelea se libra por el presupuesto para los pr¨®ximos siete a?os (1,09 billones de euros), al que se le pone un candado del 1% de la renta nacional bruta de los Veintisiete. Escu¨¢lido para asegurar la Europa necesaria. Una Europa que ya sufre los primeros efectos negativos del Brexit. Mientras el Reino Unido navega hacia lo desconocido, los Veintisiete cuentan con 12.000 millones de euros menos anuales procedentes de Londres. Cuando m¨¢s que nunca necesitamos una Europa que contrapese al gigante de EE?UU, dimitido del orden internacional multilateral con un presidente que act¨²a como un aliado err¨¢tico de los europeos, y la ya muy poderosa China, que proyecta su creciente influencia en todos los continentes.
La UE no debe conformarse con seguir emparedada entre EE?UU y China, renunciando a ser el tercer polo en un mundo multipolar. Los diagn¨®sticos son los correctos, pero a menudo naufragan en un pantano discursivo y procesal, sin efectos pr¨¢cticos. D¨¦cadas hablando del eje franco alem¨¢n como motor europeo, pero esto no va ya de ejes. Los ejes producen discordia y las unanimidades par¨¢lisis. Ahora el de los frugales ricos contribuyentes netos, frente a los m¨¢s d¨¦biles que aspiran a seguir recibiendo fondos de ayuda y mantener en el siglo XXI, a un coste muy alto, agriculturas que solo representan el 1% de la riqueza europea. Alemania ya no es el ancla de estabilidad europea, Merkel se desvanece tras 15 a?os en la canciller¨ªa, ni EE?UU el paraguas fiable que nos cubre de todo. Europa no tiene apetito de poder. Los europeos somos de Venus. Hace unos d¨ªas, en la Conferencia de Seguridad de M¨²nich, Mike Pompeo asegur¨® que ¡°Occidente est¨¢ ganando¡±. Los europeos presentes callaron abochornados ante la aseveraci¨®n del jefe de la diplomacia de Trump. ?Europa est¨¢ ganando frente a EE?UU y China? fgbasterra@gmail.com
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