Lo que Eisenman no consigui¨®
Los arquitectos Sameep Padora han levantado una biblioteca al norte de la ciudad india de Mumbai en la que los usuarios pueden caminar por la cubierta
La biblioteca infantil Maya Somaiya de la escuela rural Sharda en Kopargaon, al noreste de Mumbai (India), es un homenaje al ingeniero uruguayo Eladio Dieste y al espa?ol del que aprendi¨® a construir la volta catalana: Rafael Guastavino. Sus autores, los arquitectos de Mumbai Sameep Padora & Associates, cuentan con una extensa trayectoria de edificios accesibles con rampas, viviendas pertrechadas tras celos¨ªas o inmuebles con cubierta ventilada en cuya construcci¨®n han empleado ladrillos. En esta ocasi¨®n, rinden tributo al sencillo e ingenioso sistema de arcos y dobles curvaturas heredero a la vez de la volta catalana y del propio Dieste y lo actualizan al haberlo calculado y dise?ado con el programa digital de 3D Rhinoceros desarrollado por la Escuela de Arquitectura ETH de Z¨²rich.
?As¨ª, levantada ¨ªntegramente con ladrillos (fachadas, paredes y cubierta), la biblioteca de 44 metros de largo confunde cada una de esas partes del edificio. El techo, transitable, alcanza el suelo para que las personas puedan subir y bajar. En Espa?a, y en muchos pa¨ªses occidentales, ser¨ªa dif¨ªcil levantar una cubierta transitable accesible desde el suelo e imposible construirla libre de vallas para garantizar la seguridad de quienes la utilicen. En Kopargaon, los ni?os aprenden desde muy temprano los peligros de un precipicio no sin elementos de retenci¨®n. As¨ª, el dise?o es a la vez un edificio, un paisaje, un espacio p¨²blico, un juego y una advertencia. Habla de exteriores y de interiores, de ingenio y de aprendizaje. Define una comunidad y describe una convivencia: el juego y el estudio, los ni?os y los mayores. Y todo en un ¨²nico y sencillo edifico sin apenas acabados que, en s¨ª mismo, constituye una lecci¨®n de arquitectura.
La biblioteca es, adem¨¢s, un homenaje a la historia de la arquitectura m¨¢s verdaderamente ¡ªno solo por nombre¡ª internacional en la que las ideas de un arquitecto, y de una tradici¨®n cultural, pueden interpretarse, y rescatarse, en otra parte del mundo. Por lo tanto, el inmueble demuestra tambi¨¦n que la educaci¨®n de las bibliotecas no la transmite solo el conocimiento encerrado en los libros. Lo hace tambi¨¦n la manera de acercarse a ellos: la luz para poder leerlos, la naturaleza del espacio, el ingenio, la econom¨ªa y la digesti¨®n del conocimiento que encarna la propia biblioteca.
Peter Eisenman propuso para Galicia una ciudad de la cultura con cubiertas transitables como cimas de macizos erosionados. No consigui¨® materializar esa voluntad: nadie camina por las cubiertas de esa ciudad, aunque el estadounidense s¨ª levant¨® un conjunto de edificios. El proyecto es mucho mayor que la Biblioteca Maya Somaiya y, por lo tanto, ser¨ªa incomparable en cualquier aspecto. El lugar, los materiales y el presupuesto son otros. Tambi¨¦n la ubicaci¨®n, en la cima de un monte, y la normativa. Sin embargo, todo esto: prohibiciones y reciclaje de ideas, atrevimiento y falta de medios, control y descontrol, gestos arquitect¨®nicos y vida comunitaria constituyen un material para repensar la arquitectura, su sentido, su oportunidad, sus riesgos y su normativa.
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