Persecuci¨®n de musulmanes en la India
El partido fundamentalista hind¨² BJP incentiva met¨®dicamente el odio religioso contra la comunidad musulmana para ocultar su fracaso econ¨®mico en el poder
Lo que pasa en la India desde hace m¨¢s de tres semanas es profundamente inquietante. Una persecuci¨®n sistem¨¢tica y violenta de la minor¨ªa musulmana del pa¨ªs, bajo la mirada c¨®mplice del Gobierno central, est¨¢ impulsada y materializada por el partido fundamentalista hind¨² Bharatiya Janata Party (BJP), la formaci¨®n del primer ministro, el centrista Narendra Modi. Los secuaces de este partido atacan impunemente en las calles a los musulmanes opuestos a la reciente reforma de la ley de ciudadan¨ªa que dificulta el acceso a la nacionalidad india a los inmigrantes asi¨¢ticos musulmanes de larga residencia en el pa¨ªs. En general, estos fueron previamente refugiados provenientes de Pakist¨¢n, Banglad¨¦s o Afganist¨¢n: la ley significa, de hecho, una forma de condenarlos a ser ap¨¢tridas. La semana pasada, partidarios del BJP no vacilaron en agredir y reprimir brutalmente a mujeres musulmanas que se manifestaban para exigir respeto al principio de secularidad, oficialmente reconocido por la Constituci¨®n de la India.
Este partido, desde hace a?os, incentiva met¨®dicamente el odio religioso contra la comunidad musulmana para ocultar su fracaso econ¨®mico en el poder, del mismo modo que, en Europa, el neofascismo se?ala a los inmigrantes como maniobra para conquistar el poder pol¨ªtico. Su ideolog¨ªa es radicalmente fundamentalista; su objetivo es institucionalizar el hinduismo como religi¨®n de Estado, sometiendo a todas las confesiones del pa¨ªs. Los musulmanes, que conforman la minor¨ªa m¨¢s importante (unos 200 millones), practican un islam tolerante y modernista que ha aceptado, desde la independencia del pa¨ªs (1947), la secularizaci¨®n. Se arraiga en capas sociales medias y altas, lo que genera los resentimientos del subproletariado hinduista fanatizado.
En los discursos de los dirigentes fundamentalistas, incluido el del propio ministro del Interior, los musulmanes representan el modelo ideal de chivo expiatorio. La pol¨ªtica econ¨®mica de la corriente centrista del BJP ha desembocado, estos ¨²ltimos a?os, en una crisis social devastadora para las capas m¨¢s pobres; frente a ella, la estrategia del poder ha consistido en desviar los resentimientos populares sobre los musulmanes. En realidad, el BJP est¨¢ buscando, adem¨¢s de aterrorizar a las minor¨ªas no hind¨²es, provocar una radicalizaci¨®n sim¨¦trica de los musulmanes, favorecer de hecho el auge de un integrismo isl¨¢mico reactivo, creando de este modo una situaci¨®n permanente de enfrentamientos para cambiar estructuralmente el car¨¢cter democr¨¢tico del pa¨ªs. Se trata de acabar con la secularidad del Estado indio.
Esta estrategia fracasar¨¢ porque la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n no comparte ese objetivo. Sin embargo, los da?os son ya letales ¡ªdecenas de muertos y centenares de heridos¡ª para los musulmanes indios. Estos cr¨ªmenes impunes se inscriben tambi¨¦n dentro de una corriente que discurre desde la India hasta China, con la persecuci¨®n de los uigures, pasando por Myanmar (Birmania), acusada por la ONU de genocidio contra los musulmanes rohiny¨¢s. En estos pa¨ªses los Gobiernos cubren y legitiman pol¨ªticas de violaci¨®n de los derechos humanos y favorecen, en ocasiones, pol¨ªticas de exterminio contra las minor¨ªas musulmanas. Un nuevo mapa geopol¨ªtico de conflictos confesionales se est¨¢ dise?ando paulatinamente en Asia.
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