Suiza, el pa¨ªs donde los esp¨ªas son bienvenidos
El asunto Crypto AG sale a la luz en un pa¨ªs muy reputado por su industria del cifrado
La sospecha que planeaba desde hace m¨¢s de 50 a?os se ha convertido en una certeza. Los servicios secretos estadounidenses y alemanes han escuchado e interceptado las comunicaciones de m¨¢s de 120 pa¨ªses, utilizando el duplicado de las llaves de las m¨¢quinas de cifrado vendidas por la empresa Crypto AG. Es m¨¢s, la propiedad de la empresa suiza, con sede en Zug, ha estado controlada en secreto por el BND alem¨¢n y hasta 2018 por la CIA, su hom¨®logo estadounidense. Un consorcio de periodistas de investigaci¨®n de SRF Rundschau, de la televisi¨®n alemana ZDF y de The Washington Post revelaba estos secretos a principios de febrero. Han sacado a la luz nuevos documentos que demuestran hechos que hasta hoy solo eran sospechas. Las investigaciones parlamentarias en curso dir¨¢n lo que sab¨ªa el Consejo Federal¡ o lo que no quer¨ªa saber.
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El asunto, que afecta en este momento a la Suiza oficial, no solo tiene una dimensi¨®n hist¨®rica, si bien se enmarca en el contexto de la Guerra Fr¨ªa. Desde la ¨¦poca en que surgieron dudas sobre Crypto AG (la d¨¦cada de 1990), las tecnolog¨ªas de cifrado (criptograf¨ªa), que permiten convertir la voz o los datos inform¨¢ticos en se?ales inaudibles o indescifrables, se han disparado. En la actualidad, estos medios t¨¦cnicos son muy accesibles y protegen (en parte) las redes de telecomunicaciones frente a las intrusiones. Los usuarios finales que lo deseen, es decir todo el mundo, tambi¨¦n pueden cifrar, o ¡°encriptar¡±, como se dice en la jerga, su voz o sus datos de un extremo a otro de la cadena de comunicaci¨®n.
Los periodistas de investigaci¨®n y las ONG utilizan habitualmente estos programas de cifrado. Su uso se ha duplicado con creces (aproximadamente el 20% de los correos electr¨®nicos est¨¢n codificados hoy d¨ªa) a ra¨ªz de las revelaciones sobre las escuchas masivas de Edward Snowden, el exagente de la CIA. Ocurri¨® en junio de 2013; el mundo entero descubri¨® entonces la magnitud de las escuchas realizadas por la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en ingl¨¦s), el organismo especializado del Gobierno estadounidense. Finalmente, muchos de nosotros entendimos lo que est¨¢ en juego cuando estall¨® el esc¨¢ndalo de Facebook, en el que descubr¨ªamos esta vez que el gigante de las redes sociales vend¨ªa nuestros datos personales, aunque siempre hab¨ªa afirmado que no lo hac¨ªa.
Al mundo de la criptograf¨ªa le va de maravilla, hasta el punto de que los ¨²ltimos avances preocupan cada vez m¨¢s al mundo del espionaje
Si bien el asunto Crypto AG ha empa?ado la imagen de una Suiza neutra y que se mantiene al margen de las grandes potencias, la industria helv¨¦tica sigue muy metida en las tecnolog¨ªas de la criptograf¨ªa. Zug presume p¨²blicamente de que se la conozca como Crypto Valley. Ginebra es la sede de ID Quantique, una empresa a la vanguardia de una nueva era de la seguridad de los sistemas de informaci¨®n. Su tecnolog¨ªa, basada en la ley de la inviolabilidad gracias a un par de fotones, los vectores de la luz que circula en las fibras ¨®pticas y dentro de poco en los microprocesadores, lleva la seguridad de los datos a una nueva dimensi¨®n. En resumidas cuentas, al mundo de la criptograf¨ªa le va de maravilla, hasta el punto de que los ¨²ltimos avances preocupan cada vez m¨¢s al mundo del espionaje. Aunque los servicios de seguridad han tolerado hasta ahora la proliferaci¨®n de los sistemas de cifrado, parece que varios quieren dar marcha atr¨¢s.
En Estados Unidos, se est¨¢n debatiendo algunos proyectos de ley para otorgar a la justicia o a los servicios secretos la capacidad de descifrar los c¨®digos en caso de amenaza seria (terrorismo, redes criminales, etc¨¦tera) sin que, evidentemente, los usuarios sean conscientes de ello. En un informe reciente, la Unesco se inquieta por los intentos de algunos Estados de prohibir o reducir los medios para proteger sus datos de las intrusiones externas que no se basen en un requerimiento judicial. Por su parte, los gigantes de las redes sociales y del sector digital viven cada vez peor la incertidumbre legal a la que se enfrentan. Desde el punto de vista jur¨ªdico, est¨¢n obligados a colaborar con la CIA o el FBI, pero no saben hasta d¨®nde les puede llevar esta colaboraci¨®n. En 2016, Apple se neg¨® a permitir el acceso a los datos de un iPhone que reclamaba el FBI en el marco de una investigaci¨®n penal. Otros casos similares est¨¢n pendientes de ser resueltos en las jurisdicciones californianas.
En el mundillo de los servicios de inteligencia, el tiempo apremia. Si bien el mundo digital les ha permitido recabar datos masivamente y a espaldas de los usuarios, la proliferaci¨®n de los sistemas de cifrado reduce el margen de maniobra de los esp¨ªas. Lo m¨¢s preocupante es que, con el tiempo, las tecnolog¨ªas digitales basadas en la ley de la f¨ªsica cu¨¢ntica podr¨ªan impedirles definitivamente cualquier acceso no autorizado. Una pesadilla para los esp¨ªas.
Pierre Veya es jefe de la secci¨®n de Econom¨ªa de Tribune de Gen¨¨ve.?
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)
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