D¨ªas de cocido y coronavirus: lo que ARCO nos ha ense?ado este a?o
Gente joven y bella y estrellas del rock del artisteo se mezclaron en las exposiciones previas a la feria, cuyo mayor ¨¦xito fue que se celebrara. A¨²n as¨ª, "el mercado est¨¢ calentito", se comentaba mientras algunas obras se vend¨ªan como churros, o entre churros
"El mercado est¨¢ contentito".
La frase la pronunci¨® la semana pasada Mar¨ªa Porto, asesora de coleccionistas, en una de las muchas inauguraciones previas a la 39 edici¨®n de ARCO que termin¨® el pasado domingo. Y la prueba del repunte, me contaba, era que durante este a?o hab¨ªa orquestado bastantes operaciones de hasta medio mill¨®n de euros: el segmento asequible en la Primera Divisi¨®n del mercado del arte, y que en periodos de crisis suele desaparecer por completo.
Contentito, que tampoco euf¨®rico: de todas las exposiciones que se han visto estas dos semanas en Madrid, una podr¨ªa servir como perfecto resumen para estos d¨ªas de arte y saraos. The longer you can look back, the farther you can look forward, de Babak Golkar, inundaba de niebla artificial el inmenso espacio de la galer¨ªa Sabrina Amrani en Carabanchel, de forma que las piezas del artista canadiense ¨Cesculturas, pinturas y v¨ªdeos¨C iban apareci¨¦ndose ante unos visitantes que, desorientados, solo eran capaces de ver lo que en ese momento les quedaba a menos de un par de metros de distancia. As¨ª que toda la exposici¨®n parec¨ªa renovarse cada poco. Esa misma fue la sensaci¨®n en los cinco d¨ªas que dur¨® esta edici¨®n de la feria de arte contempor¨¢neo m¨¢s importante de nuestro pa¨ªs, en la que el panorama cambiaba por completo a cada paso.
Es inevitable que la incertidumbre fuera la t¨®nica general si partimos de que, independientemente de que por calidad fuera una buena edici¨®n (y lo fue), el mayor m¨¦rito de ARCO 2020 es haber llegado a celebrarse con la que estaba cayendo. Pero despu¨¦s iremos a eso.
Ya los previos promet¨ªan carnaza. El jueves de la semana anterior, varias galer¨ªas hab¨ªan inaugurado sus exposiciones con lleno hasta la bandera. Sobre todo Juan Sili¨®, la ¨²ltima en abrir local en Madrid (mantiene el que ya ten¨ªa en Santander), y Traves¨ªa Cuatro, donde alrededor de la artista Teresa Solar se cre¨® una tormenta el¨¦ctrica de coleccionistas, comisarios, cr¨ªticos y j¨®venes y bellos visitantes que lleg¨® a su apogeo con la entrada ¨Ccomo dos estrellas de rock¨C de la mecenas Francesca Thyssen-Bornemisza y la artista Joan Jonas, que el lunes siguiente presentaban su propia expo en el Museo Thyssen-Bornemisza.
Aquel que fue el pistoletazo de salida (aunque, repetimos, no oficial). En las salas del piso inferior del Thyssen, la foto de Maribel L¨®pez ¨Creci¨¦n estrenada como directora en solitario de ARCO¨C y Carlos Urroz ¨Canterior director de la feria y actual responsable de la Fundaci¨®n TBA21 de Francesca¨C habr¨ªa podido interpretarse como un simb¨®lico paso de testigo si no fuera porque en realidad los dos ya hab¨ªan capitaneado la feria mano a mano desde 2011, con ella como subdirectora. Entre el resto de asistentes, el entusiasmo se palpaba y el amor estaba en el aire.
Dos d¨ªas m¨¢s tarde, a las pocas horas de abrir la feria, los augurios de Mar¨ªa Porto se cumpl¨ªan al saberse que Helga de Alvear se hab¨ªa hecho con un Roy Lichtenstein por 624.000 euros, entre un buen pu?ado de compras de post¨ªn. Como reconocido agente doble de ARCO (acude cada a?o como galerista, pero tambi¨¦n como coleccionista), Helga es un pilar insustituible de la feria, hasta el punto de que no ser¨¢n pocos los que fantaseen seriamente con clonarla. Lo que nos lleva hasta las medusas.
"?T¨² crees que vamos a morir todos?"
Si la niebla simbolizaba el estado de ¨¢nimo reinante, la medusa se acab¨® convirtiendo en un objetivo vital. No solo porque Joan Jonas interactuara con unas proyecciones de im¨¢genes submarinas plagadas de celent¨¦reos ¨Cen una performance ejecutada en el Museo del Prado ante un p¨²blico entregado de antemano¨C, sino tambi¨¦n porque a la poblaci¨®n flotante de ARCO pronto le qued¨® claro que ser medusa es la mejor opci¨®n de supervivencia imaginable. Este animal carece de cerebro, pero a cambio es capaz de regenerarse y autoclonarse en caso de amputaciones. Ya estaba en este planeta cuando llegamos nosotros, los humanos, y seguir¨¢ en ¨¦l cuando nos hayamos ido, y sobre todo es inmune a los virus y bacterias que pueden aniquilar a una persona en cuesti¨®n de horas. Nada m¨¢s que ventajas.
Todo esto de las medusas viene a cuento de lo que ocurr¨ªa al segundo d¨ªa, cuando se produc¨ªa un claro viraje en el ¨¢nimo general: el progreso de las ventas era discreto y se buscaban responsables. Se hablaba de las guerras comerciales entre grandes potencias, del desplome de las bolsas ¨Cun galerista preocupado es capaz de adoptar con soltura el lenguaje de cualquier analista senior de Goldman Sachs¨C, y sobre todo del coronavirus.
Hace semanas, Art Basel Hong Kong anunciaba su cancelaci¨®n debido a la crisis sanitaria mundial. Y, por el mismo motivo, a los expositores de Art Basel Basilea (prevista para junio) ya les han comunicado que hasta nueva orden no empaqueten sus b¨¢rtulos rumbo a Suiza. As¨ª que el hecho de que Ifema y Maribel L¨®pez decidieran mantener su criatura contra viento y pandemia ya puede considerarse un triunfo. Ahora bien, el COVID-19 ha sido el tema que nadie se quitaba de la boca en los pasillos de Ifema, as¨ª como en fiestas, c¨®cteles, desayunos, brunches, vernissages, finissages y merendolas varias.
El t¨ªtulo de la secci¨®n que esta vez cambiaba al pa¨ªs invitado por un homenaje al artista cubano F¨¦lix Gonz¨¢lez-Torres v¨ªctima del sida, It¡¯s just a matter of time, resonaba m¨¢s amenazante que nunca. Y las capas de significaci¨®n crec¨ªan como un souffl¨¦ en el horno. "?T¨² crees que vamos a morir todos?", me inquiri¨® una coleccionista con el mismo tono flem¨¢tico que cualquier otro a?o habr¨ªa empleado para preguntarme sobre la calidad media de la secci¨®n Opening (ante todo cero dramas, beb¨¦s). "Es solo cuesti¨®n de tiempo", le respond¨ªa la propia feria.
La secci¨®n, por cierto, recibi¨® la visita de Fiona Campbell-Walter, tercera esposa de Heini Thyssen, madre de Francesca y modelo de la era dorada de la alta costura que paseaba su aura monumental entre los piezones de Glenn Ligon o Pepe Espali¨².
Aquello ocurri¨® durante el tradicional desayuno de coleccionistas en Ifema. Esta vez, y para desconcierto de muchos, en lugar de boller¨ªa fina circulaban bandejas con churros y porras. Cabe pensar que la funci¨®n de esas bombas crujientes de grasa y carbohidratos consistiera en aportar un chute de energ¨ªa. "Sobre todo para nosotros, los galeristas", me confesaba Anne Barthe, directora de la Marlborough. Porque poco aprovechamiento le dan al churro los collectors, que llegan a Ifema con el desayuno del Westin Palace reci¨¦n ca¨ªdo al est¨®mago.
Cocido y seducci¨®n
?Es casualidad que ARCO ofrezca porras y que la coleccionista turinesa Patrizia Sandretto Re Rebaudengo sirviera platazos de cocido (con sus garbanzos, su chorizo y su repollo) el d¨ªa de la presentaci¨®n de su fundaci¨®n en Madrid? Yo no lo creo. Esta vuelta a lo castizo podr¨ªa admitir tantas interpretaciones como una de las piezas de Gabriel Rico en el stand de la Galerie Perrotin, veterana del alto galerismo parisino?(una instalaci¨®n donde cab¨ªan desde neones hasta ramitas de ¨¢rbol y que gener¨® disputas entre coleccionistas engolosinados). Pero posiblemente tenga mucho que ver con la tendencia a regresar a nuestras ra¨ªces en tiempos revueltos. Como Scarlett O¡¯Hara con Tara.
Ni los coleccionistas de arte se libran de esto, con todo el cosmopolitismo que se les supone.?
Fuera por la calidad de la obra o por las armas de seducci¨®n de la gastronom¨ªa castiza, el negocio repunt¨® los ¨²ltimos d¨ªas de feria (jornadas que, por el contrario, suelen ser de mucho lirili y poco lerele). Varias instituciones confirmaron sus compras, muchos particulares vinieron detr¨¢s y, de nuevo, el producto nacional es el que tuvo m¨¢s salida. A Juana de Aizpuru los campanos se los quitaban de las manos. Marlborough encajaba sus antonio l¨®pez en un santiam¨¦n. Lelong (con sedes en Par¨ªs y Nueva York) destacaba sus ventas de Plensa, Usl¨¦ y Mir¨®. La Fundaci¨®n Maria Cristina Masaveu Peterson adquir¨ªa piezas de ?ngela de la Cruz, Aur¨¨lia Mu?oz, Dar¨ªo Villalba, Mar¨ªa Luisa Fern¨¢ndez (bravo) o Pepe Espali¨² (bravo, bravo). Y el Reina Sof¨ªa sumaba a su colecci¨®n obra de ocho artistas, entre ellas Ana Buenaventura, Sara Ramo, Victoria Gil y Cabello/Carceller.
Y, como cada a?o, algunas de las mejores cosas de ARCO ocurr¨ªan fuera de ARCO. Ese fue el caso de las exposiciones que inauguraban galer¨ªas como Elba Ben¨ªtez (Ignasi Aball¨ª), Heinrich Ehrhardt (Fernando Garc¨ªa), Ivorypress (Blanca Mir¨® Skoudy), Maisterravalbuena (Maria Loboda), Garc¨ªa Galer¨ªa (Francesc Ruiz), Parra & Romero (Rosa Barba), Albarr¨¢n Bourdais (Koo Jeong A), The Ryder (Shezad Dawood) o Carlier Gebauer (Iman Issa).
Esta ¨²ltima adem¨¢s llen¨® de obra de sus artistas estrella un piso se?orial de Chamber¨ª. Laure Prouvost en el recibidor, Thomas Sch¨¹tte y Julie Mehretu en la biblioteca, y todo en ese plan. Los coleccionistas no ten¨ªan ni que hacer el esfuerzo de imaginarse c¨®mo quedar¨ªan las piezas en sus casas, porque all¨ª mismo les ofrec¨ªan la sugerencia de presentaci¨®n. Con el ¨¢nimo tomado por la duda y la cabeza ocupada por tantas decisiones pendientes, ellos agradecieron que se remara a favor de obra.
El domingo por la tarde, el balance entre los galeristas era positivo: "No tan bueno como el a?o pasado, pero ha ido bastante bien", resum¨ªa la valoraci¨®n mayoritaria. A punto de echar el cierre, los expositores nacionales estaban m¨¢s satisfechos de c¨®mo les hab¨ªan ido las ventas que los extranjeros, o que aquellos que trajeron muchos artistas extranjeros. Ah¨ª a Hauser & Wirth, la galer¨ªa m¨¢s poderosa de todas las presentes en ARCO, se le supon¨ªa juego sobre seguro con una propuesta ¨ªntegramente dedicada a Eduardo Chillida. La decisi¨®n de traer a Madrid la obra de uno de los artistas espa?oles m¨¢s importantes de la segunda mitad del siglo XX parec¨ªa caer por su propio peso ¨Cel de las casi cinco toneladas de la escultura de granito rosa Lo profundo es el aire XVIII¨C, pero justamente por obvia acab¨® resultando algo decepcionante. Francamente, el aut¨¦ntico progreso vendr¨¢ cuando H&W convierta al autor del Peine de los Vientos en el centro de sus pr¨®ximos stands de Art Basel Hong Kong y Miami (el d¨ªa en que se celebren, claro).
Vender porras. Porras magn¨ªficas. Pero fuera.
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