Soberan¨ªa y onanismo
En qu¨¦ momento lo mejor que Europa ha dado al mundo se ha convertido en t¨®picos ¡°buenistas¡± en el argumentario de pol¨ªticos y analistas
Hace tiempo que la propaganda ultra repite un mantra que no por falso deja de ser menos persuasivo: en 2015, Merkel abri¨® las fronteras permitiendo la entrada de los refugiados sirios y, con ellos, la desgracia del pueblo alem¨¢n. No importa que, como bien se?alaba Carolin Emcke, ¡°las fronteras ya estaban abiertas¡± y que cerrarlas, precisamente, hubiera provocado una verdadera crisis de identidad en Alemania, cuyo proceso de construcci¨®n nacional ¡ªaunque esto, aqu¨ª, sea dif¨ªcil de entender¡ª es indisociable de su responsabilidad por los horrores del pasado. Pero tambi¨¦n hubiera acrecentado la crisis del europe¨ªsmo, esa disposici¨®n cosmopolita que Bauman defin¨ªa como ¡°atracci¨®n, admisi¨®n, acomodaci¨®n y asimilaci¨®n de lo externo¡±.
Y en estos d¨ªas en que disparamos ni?os en la frontera griega, ahora que la fortaleza sur parece interesar de nuevo, tan b¨¦licamente, a nuestras autoridades europeas, y cuando los problemas de Grecia son ¡ªahora s¨ª¡ª los problemas de toda la Uni¨®n, aparece otro mantra reactivo: ¡°Cuidado con los barbari ad portas¡±, pues su inclusi¨®n podr¨ªa provocar la subida de la ultraderecha, como ha ocurrido en Alemania. Por lo visto, para librarnos de la ultraderecha debemos convertirnos en ella, asumir su discurso, sus pol¨ªticas y sus formas: cerrar las murallas y contratar guardas fronterizos armados contra la supuesta invasi¨®n de los refugiados. ?El miedo al ascenso de Le Pen nos hace reaccionar como Le Pen? ?Qu¨¦ obtusa desorientaci¨®n es esa? M¨¢s bien pregunt¨¦monos en qu¨¦ momento lo mejor que Europa ha dado al mundo, los discursos normativos, nuestra herencia ilustrada, se han convertido en t¨®picos ¡°buenistas¡± en el argumentario de pol¨ªticos y analistas; desde cu¨¢ndo se tilda de ¡°na¨ªf¡± o ¡°elitista¡± nuestra tradici¨®n ¨¦tica y filos¨®fica, aquella que contempla el mundo a la luz de sus potencialidades y combina imaginaci¨®n y realismo en la b¨²squeda del cambio.
Resulta desolador que, en lugar de incidir en los valores aut¨¦nticamente europe¨ªstas, a izquierda y derecha la oferta sea asimilable: la vuelta a un inexistente pasado soberano dominado por la l¨®gica del cierre y la protecci¨®n mercantilistas. Incluso quien se dice de izquierdas empu?a el belicoso discurso de la protecci¨®n de los pueblos, fomentando la renacionalizaci¨®n mientras critica lo sucedido en la frontera griega y las pol¨ªticas de la Uni¨®n. Ese cantonalismo cutre de nuestras izquierdas es una peligrosa emulaci¨®n de la naturaleza emotiva del autoritarismo que declaran combatir: la afirmaci¨®n patri¨®tica se hace siempre a cambio de una promesa de seguridad. Es el viejo pacto hobbesiano, el agradecido amor al soberano que nos subordina. De ah¨ª a cerrar filas ante los ¡°extra?os¡±, a convertirse en un solo cuerpo encerrado am¨¢ndose a s¨ª mismo hay solo un paso. Y en pol¨ªtica no hay nada m¨¢s peligroso que el onanismo.
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