Los medios, la epidemia y el miedo
La prudencia y la buena informaci¨®n son fundamentales, pero tambi¨¦n saber los objetivos
La epidemia de coronavirus Covid-19 est¨¢ teniendo una importante repercusi¨®n p¨²blica que se magnifica de manera continuada desde los medios de comunicaci¨®n hasta en la prensa supuestamente m¨¢s ecu¨¢nime. Por ejemplo, entre ayer y hoy, en el peri¨®dico que leo habitualmente, ha habido no menos de cuatro referencias al supuesto p¨¢nico ciudadano (mascarillas, toses que producen terror...) a m¨¢s de varias p¨¢ginas dedicadas al tema.
Para comprobar c¨®mo est¨¢n las cosas he hecho un trayecto en metro y cercan¨ªas en Madrid (14 estaciones, tres l¨ªneas de metro y una de cercan¨ªas) fuera de las horas punta. Me he cruzado con m¨¢s de 1.000 personas (luego he dejado de contar) y solo tres con rasgos inequ¨ªvocamente ¡°orientales¡± (aunque igual hab¨ªan nacido en C¨¢ceres) llevaban mascarillas, y se escuchaban las toses habituales en los andenes y vagones sin mayores s¨ªntomas de preocupaci¨®n por el resto de los viajeros. Estuve a punto de fingir un acceso de tos, pero me contuve porque no soy partidario de las provocaciones, y porque el miedo se infiltra de manera insidiosa y nos incita a la prudencia extrema. No pretendo que se trate de una muestra representativa porque tiene sus sesgos (viaj¨¦ por la zona este, centro y sur de la comunidad, salvo una ni?a la infancia no estaba representada, y la poblaci¨®n laboral tampoco), pero creo que da una idea de la situaci¨®n, la mayor¨ªa de las personas parec¨ªan inmunizadas al p¨¢nico medi¨¢tico.
Es obvio que el Covid-19 es un virus nuevo del que sabemos poco y eso nos obliga a la precauci¨®n. Tambi¨¦n que su letalidad, con no ser muy grande, probablemente esta magnificada por el hecho de que muchas personas infectadas no tienen s¨ªntomas o los tienen muy leves, con lo que pasan inadvertidas y no se contabilizan, lo que favorece el contagio y dificulta parar la cadena de transmisi¨®n.
Tambi¨¦n que su seguimiento diario magnifica su repercusi¨®n. Ya sabemos que es distinto, pero la gripe estacional, seg¨²n los datos del Sistema de Vigilancia de la Gripe en Espa?a, hab¨ªa registrado 779 muertes en todo el pa¨ªs hasta el 24 de febrero de 2020, imaginemos lo que habr¨ªa pasado si cada una de ellas hubiese sido motivo de portada en los peri¨®dicos o de cabecera en los noticiarios, y no digamos si cada nuevo caso de gripe, aunque fuera oligosintom¨¢tico, fuera recogido a diario por los medios. Eso s¨ª que dar¨ªa miedo.
?Por qu¨¦ se magnifica tanto el Covid-19? Digamos que hay algunas razones objetivas y otras que no lo son: las objetivas son que se trata de una enfermedad nueva cuya evoluci¨®n l¨®gicamente no se conoce y obliga a la prudencia, y tambi¨¦n que el contagio desde personas sin s¨ªntomas favorece extremadamente su transmisi¨®n. Las otras tienen m¨¢s que ver con el miedo a lo desconocido en una sociedad desacostumbrada a los riesgos, con el exceso de confianza en la medicina, y con los intereses econ¨®micos que se lucran con la epidemia (que van desde la b¨²squeda sensacionalista de las audiencias hasta las empresas fabricantes de los productos sanitarios relacionados con la misma).
No existe hasta el presente un tratamiento espec¨ªfico, aunque se han probado muchos y algunos se han publicitado desde los medios como si estuviera comprobada su eficacia. Una enfermedad autolimitada y con tendencia a la curaci¨®n favorece la falsa impresi¨®n de que cualquier medida es eficaz, aunque realmente no tenga efecto o simplemente act¨²e como placebo.
?Qu¨¦ podemos hacer? La prudencia y la buena informaci¨®n son fundamentales, pero tambi¨¦n tener claro cu¨¢les son los objetivos a alcanzar. Si lo que se pretende es atajar la extensi¨®n de la epidemia hay que tomar medidas radicales de aislamiento, que en muchos casos tendr¨¢n que ser poblacionales y amplias, y que hasta ahora son las ¨²nicas que han demostrado su eficacia, pero que en todo caso, en nuestro pa¨ªs, dado lo que se ha tardado en tomarlas, inevitablemente solo tendr¨¢n efecto a medio plazo, es decir, los casos seguir¨¢n aumentando durante el periodo de incubaci¨®n de la enfermedad. Si por el contrario asumimos que se trata de un problema que no es tan grave, habr¨ªa que tratar a los enfermos y tomar medidas generales (como se ha hecho), asumiendo que los infectados y las muertes aumentar¨¢n. No es f¨¢cil tomar una opci¨®n porque el ruido medi¨¢tico es muy grande y se ha jugado demasiado a dar una imagen de que era posible contener la extensi¨®n del virus sin adoptar medidas rigurosas y amplias de aislamiento, lo que se ha demostrado que es imposible.
La epidemia tambi¨¦n tiene efectos positivos sobre la salud, como es la disminuci¨®n de emisiones de CO2, especialmente en China, que era uno de los grandes emisores.
Por suerte, parece que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n ha normalizado la epidemia y hasta el momento se niega a dejarse llevar por el miedo incontrolado, a pesar de la machacona campa?a medi¨¢tica. Por otro lado, el sistema sanitario p¨²blico est¨¢ respondiendo y demostrando, una vez m¨¢s, que cuando hay un serio problema de salud, real o sobredimensionado, es el ¨²nico con capacidad de respuesta, mientras el sector privado est¨¢ desaparecido, porque siempre lo hace cuando hay problemas potencialmente graves y en los que la rentabilidad econ¨®mica no est¨¢ garantizada.
Marciano S¨¢nchez Bayle es m¨¦dico y presidente de la Asociaci¨®n para la Defensa de la Sanidad P¨²blica de Madrid.
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