Las medidas de seguridad sanitarias han hecho que nos encerremos en casa y que evitemos el contacto. De sexo como lo conocemos, ni hablar, pero ?nos vamos a perder la posibilidad de hacer de esta hecatombe una pel¨ªcula?
Son raros estos d¨ªas de confinamiento. Seg¨²n nos pillara el decreto de estado de alarma, as¨ª ha afectado a nuestra rutina, tuvi¨¦ramos o no pareja. Nuestra vida sexual ha entrado en esta #CuarentenaCoronavirus que cumple su primera semana. Seas madre, padre, novia, novio, amante o no tengas pareja, este encierro cambia nuestras expectativas, costumbres y hasta ganas. No salimos de casa. No nos relacionamos m¨¢s que con los que vivan en ella y, a gritos, con los vecinos que puedan estar cerca. NI vinos con amigos, ni paseos a solas, ni citas a deshoras. Ahora, en casa, con los nuestros, para m¨¢s de uno, los mensajes privados son la espita con la que se abren las posibilidades de tener sexo. Ya sea en este instante o calent¨¢ndonos. El sexteo se incrementa conforme pasan los d¨ªas.
Hay a quien el impacto de la situaci¨®n ha bloqueado por completo: "Los primeros d¨ªas de encierro, no pod¨ªa ni tocarlo sexualmente", reconoce Adriana. Tiene dos hijos adolescentes, pareja y est¨¢n todos encerrados en su piso en Valencia desde el d¨ªa del decreto de alarma: "Estoy bloqueada por el encierro. Para nosotros es algo muy extra?o; somos una familia que se pasa la vida en la calle. Mis dos hijos hacen deporte, ahora estudian en casa salt¨¢ndose un poco los horarios, estamos nerviosos y tristes porque conoc¨ªamos a alg¨²n mayor que ha fallecido. Llegar a la cama no significa ni mucho menos dormir, y menos tener sexo. Antes follaba una vez a la semana. Desde que me encerr¨¦, no puedo".
Las costumbres sexuales de antes se dinamitan, pero tambi¨¦n c¨®mo estemos acostumbrados a relacionarnos saldr¨¢ a flote inevitablemente. Los que acostumbren a meterse mano por los pasillos, dif¨ªcilmente dejar¨¢n de hacerlo. Para Lila y Ra¨²l, el confinamiento se ha traducido en m¨¢s sexo. Al menos por ahora (una semana confinados): "Me he quedado en casa con mi reci¨¦n estrenada pareja con la que apenas llevo un a?o. Estamos en 60 metros cuadrados de casa y ambos somos especialmente sexuales. A veces ocurre por sorpresa y otras planeado, con ordenes del tipo "acabo este correo electr¨®nico y me lo comes, cari?o", tambi¨¦n nos ha dado por el sexo con cometidos: "Ponte los ligueros". Ambos han encontrado en este encierro obligado la posibilidad de dar rienda suelta a sus apetencias sexuales, que son muchas. Aunque llevan un a?o, su relaci¨®n encaja profesional y personalmente. La situaci¨®n les permite trabajar desde casa y relajan la tensi¨®n con el sexo. "He sacado a la perra y al volver me he ido a lavar las manos, como siempre que vuelvo de la calle. He visto, sec¨¢ndose, los plugs anales que hab¨ªamos usado en nuestro ¨²ltimo polvo. Me ha arrancado una sonrisa inmensa y casi me dan ganas de volver a empezar".
La reclusi¨®n va a ser larga; no nos quita nadie uno o dos meses y acabe el modelo de comunicaci¨®n y sexo habr¨¢n cambiado.
La situaci¨®n que vivimos, como describe ?ngel Barbero, CEO de Recubica, es la m¨¢s an¨®mala que jam¨¢s haya existido. Afecta a todas las clases sociales y a todo tipo de personas. "Esto cambiar¨¢ nuestra vida y nuestra manera de relacionarnos. Hay quien tiene m¨¢s experiencia haciendo videoconferencias y sexteo, pero hay otros que jam¨¢s se habr¨ªan visto en esta. Me pregunto tambi¨¦n qu¨¦ va a pasar con las apps de ligue; se tendr¨¢n que adaptar a la situaci¨®n. La reclusi¨®n va a ser larga; no nos quita nadie uno o dos meses. Cuando esto acabe, el modelo de comunicaci¨®n y sexo habr¨¢n cambiado. No podremos salir y hacerlo todo a la vez, sino que tendremos un proceso de adaptaci¨®n largo en el que tengamos restringido el contacto para frenar el virus. Lo digital pasa a ser fundamental para la comunicaci¨®n. Se normalizar¨¢ y evolucionar¨¢ porque todo el mundo utilizar¨¢ dispositivos para relacionarse, y, por l¨®gica, para tener sexo."
Las redes sociales, los dispositivos electr¨®nicos, los correos electr¨®nicos se convierten en mensajes incendiarios y de salvaci¨®n. Bocanadas de aire fresco en la situaci¨®n claustrof¨®bica que vivimos. Despu¨¦s de esta, el mundo convulsionar¨¢. Seg¨²n datos facilitados por Gleeden, portal para infieles, la plataforma ha experimentado el doble de actividad entre sus usuarios esta semana de estado de alerta. Esperen divorcios y matrimonios. Puede que termine esta cuarentena m¨¢s caliente que el asfalto de Georgia a cuenta de todos esos mensajes de buenas noches enviados durante el confinamiento, as¨ª que, por favor, cu¨¦ntenlo en esa novela que siempre quisieron escribir.
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