El misterio de la Mujer Muerta
En diciembre de 1958, un cuatrimotor que hac¨ªa la ruta entre Vigo y Madrid desapareci¨® con 16 pasajeros y cinco tripulantes en las monta?as de Segovia
De peque?o, cuando a¨²n viv¨ªa en el pueblo (Escalona) y por las ma?anas me despertaban los cencerros de las vacas camino del prado, lo primero que ve¨ªa desde mi habitaci¨®n, orientada hacia el sur, era la sierra de Guadarrama y dos monta?as m¨¢gicas: Pe?alara y la Mujer Muerta. Esta ¨²ltima, un cordal de cumbres de m¨¢s de dos mil metros que desde la campi?a segoviana compone el inconfundible perfil de una mujer yacente, me fascinaba y aterraba, sobre todo en invierno, cuando la cubr¨ªa un sudario de nieve.
Sobre ella circulaban antiguas leyendas romanas, pero hab¨ªa un relato especialmente inquietante, por lo reciente: el 4 de diciembre de 1958, un a?o antes de que yo naciese, un cuatrimotor Sud-Est Languedoc 161 de Aviaco que hac¨ªa la ruta comercial entre Vigo y Madrid desapareci¨® con 16 pasajeros y cinco tripulantes a bordo. El avi¨®n hab¨ªa salido a las 16.45 horas de Vigo y su se?al se perdi¨®, a la altura de Salamanca, una hora despu¨¦s. Tras dos largos d¨ªas de b¨²squeda, un joven pastor segoviano, Luciano Otero, encontr¨® los restos del aparato entre los canchales del pico de Pasap¨¢n (2.006 metros), en ¡°los pies¡± de la Mujer Muerta. El informe oficial culp¨® del accidente a la formaci¨®n de hielo en las alas. El reloj hallado en la mu?eca de uno de los cuerpos se hab¨ªa parado a las 19.41. Aquel d¨ªa el fr¨ªo era especialmente intenso. Al parecer tambi¨¦n fall¨® la radio y el avi¨®n entr¨® en una nube de ventisca que no le permiti¨® ver la monta?a contra la que choc¨®. No hubo supervivientes.
Entre los 21 fallecidos estaba Maribel Sastre Bernal, barcelonesa de 18 a?os, la ¨²nica azafata en aquel vuelo y una de las primeras en Espa?a. Cuando la encontraron, la joven estaba sentada junto a una piedra y alejada del lugar del impacto, lo que llev¨® a pensar que hab¨ªa sobrevivido al accidente, pero muri¨® congelada tras pasar dos d¨ªas y dos noches a 2.000 metros de altura.
El accidente del Languedoc inspir¨® la novela El ¨²ltimo vuelo (Ediciones B), del periodista holand¨¦s Edwin Winkels. En la l¨ªnea del New Journalism de autores como Norman Mailer o Truman Capote, el autor reconstruye los hechos y las historias de sus protagonistas en forma novelada, recuperando los aspectos humanos de una cat¨¢strofe a¨¦rea que conmovi¨® a la Espa?a de la ¨¦poca. Winkels conoci¨® la historia del accidente paseando por el cementerio barcelon¨¦s de Montju?c, cuando descubri¨® en una de las tumbas el busto de una joven con uniforme y gorro de azafata y este emotivo epitafio: ¡°Volar fue tu deseo y volaste tan alto que desapareciste. Entre los c¨¦firos de la gloria tus nuevos compa?eros de vuelo ser¨¢n ¨¢ngeles como t¨². Te vas y dejas en la tierra una inmensa laguna de l¨¢grimas. El cuerpo dolorido que nos dejaste grabar¨¢ en nuestros corazones un recuerdo de tu ternura, tu belleza, tu gracia y tu juventud que no se borrar¨¢n jam¨¢s. Ven con tu nave de besos y sonrisas y ll¨¦vanos pronto junto a ti¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.