Trump puede perder
Una encuesta publicada esta semana indica que solo el 37% de los estadounidenses conf¨ªa en ¨¦l para gestionar la situaci¨®n
La pandemia se puede llevar por delante a Donald Trump en noviembre. Ha sucedido lo que muchos pol¨ªticos temen: un suceso inesperado y grave que obliga a retratarse, en el que no sirven los asesores y las mentiras. Se tiene talla de estadista o no se tiene. Tony Blair ciment¨® su gloria inicial en su reacci¨®n tras la muerte de Lady Di, la princesa del pueblo, en agosto de 1997. La crisis de la Covid-19 ha desnudado a Trump. Una encuesta publicada esta semana indica que solo el 37% de los estadounidenses conf¨ªa en ¨¦l para gestionar la situaci¨®n.
No solo es la negaci¨®n inicial, y sus ataques a los medios de comunicaci¨®n y a los dem¨®cratas, a los que acus¨® de exagerar. Sus compatriotas ir¨¢n a votar metidos en una recesi¨®n. Perdi¨® un tiempo precioso. No aprendi¨® de China, Italia y Espa?a. Ahora se ha embarcado en una cruzada de autosalvaci¨®n en la que trata de convencer a todo el mundo de que lo hizo muy bien, de que es un presidente de guerra, y que si rebaj¨® la gravedad al principio fue para que todos conservaran la calma.
No es necesario que todos sus votantes se den cuenta, basta con unos miles en los llamados swing states, los que cambian seg¨²n el candidato. Son una docena de Estados, y estar¨¢n entre los m¨¢s golpeados.
Los dem¨®cratas han concentrado su apuesta en un centrista que gusta a las minor¨ªas. Josep Biden no es Barack Obama, no tiene un carisma excepcional, pese a ser divertido e inteligente. Puede gustar a los republicanos que se hartaron del clown, y m¨¢s ahora que est¨¢n en juego miles de vidas y millones de puestos de trabajo.
Bernie Sanders ha perdido las tres primarias del martes, incluido Illinois. Si tuviera sentido de Estado, se retirar¨ªa a favor de Biden. Una de las claves para derrotar a Trump es recoger parte del discurso progresista, el que se refiere a la creaci¨®n de una sanidad p¨²blica. Sanders lleva cuatro a?os predicando en el desierto. La exigencia de una respuesta masiva a la Covid-19 desarma el discurso neoliberal, y devuelve el turno a los que defienden un nuevo contrato social, un New Deal que ayude a recuperar derechos, proteja el planeta y ponga a los especuladores en su sitio.
Los nuevos bancos son las compa?¨ªas a¨¦reas. Van a ser rescatadas. Se gastaron sus dividendos en los tiempos de bonanza en hinchar las acciones para que los bonos de sus ejecutivos fueran m¨¢s jugosos. No pensaron en el sueldo de sus trabajadores ni en los pasajeros que han viajado enlatados.
Ahora, emiten un SOS con las cartas marcadas. Les salvar¨¢n para evitar despidos en un a?o electoral, pero no se cuestionar¨¢n las ganancias de sus grandes ejecutivos. No esperen una revoluci¨®n con Biden, un pol¨ªtico del sistema y para el sistema, pero algo va a cambiar en la conciencia de la ciudadan¨ªa, la que paga impuestos y vota.
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